Partida Rol por web

Adam no podía creer que su hermano se hubiera tirado de cabeza contra las hormigas gigantes., —vas a hacer que nos maten a todos, ¡¡maldita sea!! Adam busca en su cinturón la apertura para encontrar un palo de madera de fresno que parece emitir un cierto aura mágica. —¡¡¡Por Kelemvor que no pienso dejarte morir aqui!!!. Tras ponerse justo detrás de Derrick, Adam presiona la punta de la varita contra su hermano, y esta comienza a brillar con un tono verduzco. Acto seguido, la propia varita comienza a enroscarse sobre si misma mostrando dramáticamente que la vida, y la magia siempre tienen un precio.

Aruna cubre de ácido a la criatura que se enfrentó inicialmente a Derrick y toda su piel empieza a sisear y a desprender un olor a quemado de forma inmediata. La tercera de las criaturas se echa encima del guerrero y clava su aguijón en él en un momento de terrible descuido, inyectando otra pequeña cantidad de icor en sus venas.

Washakie entra en la sala y se prepara para ayudar a su hermano conjurando una oleada de frio que se pega al formicida pero que parece no afectarle en absoluto.

Adam, por su parte, toca con la varita de curación a Derrick, haciendo que brevemente sus heridas se cierren, pero parece que ni de lejos es suficiente para el castigo que está recibiendo.

Link no iba a dejar caer a su hermano, se concentra y unos proyectiles de fuego salen impactando a las criaturas.

Debilitado por el veneno, apenas soy capaz de levantar la espada, pero sin poder causar ningun daño a nuestros enemigos

Al ver que mis conjuros no podían hacer mucho contra aquellas criaturas, decidí empeñarme a fondo con mi lanza y cargué contra el formicida más cercano intentando hundir mi lanza con fuerza en su costado.

No desfallescan hermanos que nuestra hora aún no llega. - exclamo intentando arengar a mis hermanos a la acción.

La criatura esquiva sin dificultad el golpe del guerrero que nota sus brazos sin apenas fuerza y lanza un nuevo latigazo con su cola que es desviado por el escudo de Derrick.

Washakie, esquivando como puede las armas de sus rivales, se coloca cerca de su hermanastro y consigue acabar de un golpè bastante ajustado al primer rival que los sorprendió.

Aruna propina un nuevo escupitajo de ácido a una de aquellas hormigas gigantes antes de adelantarse con gallardía junto a su hermanastro para que no reciba todos los golpes uno sólo.

El primero de los formicidas lanza un ataque con su aguijón buscando tambien el cuerpo del guerrero, que se aparta rápidamente y alza de nuevo Hielo de Duende preparado para acabar con alguna de las dos criaturas que tiene enfrente antes de que sus fuerzas desaparezcan definitivamente.
Mientras el resto de los hermanastros quedan atrás pasivamente, la Incarnate avanza valientemente a colocarse junto a Derrick tras lanzar un escupitajo de energia que crepita en la piel de otro de los enemigos. El tercero de los enemigos, al descubrir en el guerrero un enemigo peligroso, decide que es más simple acabar con la mujer que tan alegremente se lanza a la batalla sin apenas armadura y la busca con su aguijón, dandose cuenta tarde que quizá la mujer no sea tan fácil de derrotar.

Por su parte, Washakie atraviesa con un tímido pero certero lanzazo a la primera de las formicidas, haciendo que la balanza se incline, al menos levemente, del lado de los huerfanos.

!!Maldita sea Adam, concéntrate!!! La voz interior del clérigo gritaba frenéticamente para que la varita funcionase como debería. —!!!Por Kelemvor!! Mándame tu fuerza, tu sabiduría y tu aguante para ayudarme en este momento de necesidad!!. Si mi hermano cae, caeremos todos!!!—
Por un momento la varita brilló con un haz de luz blanquecino mucho más intenso que la vez anterior. La madera de fresno parecía que empezara a cobrar vida mientras seis pequeñas raíces se enrollaban por la muñeca de Adam fuertemente. Algunos de estos objetos mágicos están malditos y a menudo hacen más mal que bien. Aún Adam no sabe si ese es el caso. En cualquier caso el haz de luz iluminó torso y espalda por completo de su hermano Derrick, proporcionándole alivio a sus heridas cada vez más abiertas.

Esas hormigas gigantes seguían acosando a mis hermanos y poco o nada podía hacer por ellos con mi magia, así que opté por seguir acosando a lis formicidas con mi lanza mientras observaba a mis hermanos intentando evaluar cuál de ellos estaba más herido.