Partida Rol por web

El piso franco no está lejos de la entrada del pueblo. Cuando encontráis el edificio, tras dar una vuelta a la manzana veis que la ventana desde la que es más fácil acceder da a una escalera de incendios por lo que podéis trepar. También podéis acceder por la entrada principal. Si vais hacia la entrada del piso veréis que la puerta está entornada pero no completamente cerrada.

Subir escaleras y trepar por una ventana. Consumo de calorias: 100. Segurdad: alta.

Entrar corriendo con los cerrados y a cabezazos por una puerta entornada. Consumo de calorias: 20. Seguridad: El gran padre Lenin lloraría emocionado por su hijo gatuno.. si no tuviera ojos de cristal y la tripa llena de algodones.

Para Rasputín la elección fue clara, a pesar de sus otros dos compañeros aun dubitativos, especialmente Medianoche que seguro reflexionaba un gran y seguro plan estratégico.

El gato ruso se movió. Él sabía por su último amo, aficionado a leer libros de señores que sacan la lengua en fotos y escriben letras con números en pizarras, que toda acción tiene su reacción. La pobre puerta no tuvo otra reacción que estamparse contra la pared al ser empujada por una mole gatuna llena de iniciativa. Y esperaba que lo que hubiera dentro no tuviera tiempo a tener otra reacción que la de poner unos ojos gordos y redondos de miedo sorpresivo...

Zoug dudaba y se sentó a esperar que iniciativa tomaban sus compañeros, miró a Medianoche y ya no tuvo tiempo de esperar más cuando Rasputín tomó su decisión.

Estaba encantado por la iniciativa que había tenido Rasputín.  No tuvo la más remota duda en seguirle corriendo detrás. El método de aquel gatazo le pareció totalmente acertado.

Cuando la puerta se estampó Zoug se escondió al lado de la puerta. Solo sus ojos se asomaban por el quicio para ver que había dentro.

Medianoche examinaba con detenimiento todas y cada una de las opciones que se les presentaban, lo más lógico era, obviamente, subir por la escalera de incendios y... 

Medianoche gimió al escuchar el golpe contra la puerta del bulto con ojos y bigotes que se hacía llamar Rasputín, y como no podía ser de otro modo... Zoug detrás de él. Debía haberlo imaginado... no hay lugar para la estrategia ni planificación formando parte de un grupo como este...

Inmediatamente, Medianoche saltó a la ventana y de ahí a la escalera de incendios... era el momento de hacer las cosas en serio.

Cuando subes a la escalera de incendios ves que un par de cuervos huyen de allí graznando. Sabes que vivía en el piso segundo, que no te cuesta encontrar porque la ventana está rota. Con cuidado pasas entre los cristales de la ventana que están casi todos caídos.

Te encuentras en lo que parece una habitación, ves una cama (da gato, claro) un pequeño escritorio que estaría lleno de papeles si no fuese porque estos están revueltos por el suelo y juguetes desperdigados por el suelo.

Irrumpís en la entrada, por suerte esos pisos no tienen portero y ahora mismo no hay ningún vecino al acecho.

Sabéis que medianoche ha conseguido entrar en el piso franco y os dice que es en el segundo piso, porque os lo dijo Trooper y os lo recuerda medianoche.

A vuestra izquierda hay unas escaleras para subir, una vez arriba conseguís encontrar la puerta ya que esta está entreabierta.

Zoug mira a Rasputín con admiración y con afán de hacerse respetar decide subir las escaleras a la carrera.

- ¡Si Medianoche! ¡ahora subimos!- Zoug no acaba de entender el tema de la telepatía y cree que tiene que contestar en voz alta para que Medianoche lo oiga.

Cuando llega al segundo piso se concentra en la puerta y usa sus poderes telequinéticos para poder abrirla (o eso cree él). Mira a Rasputín orgulloso con la esperanza de que el gatazo haya visto su destreza.

Irrumpe en la habitación y observa concienzudo, busca algo en su mochila y empieza a acordonar toda la estancia con una tira de plástico que pone: Csi No pasar.

- ¡Aquí se ha producido una pelea! He visto muchas temporadas de CSI y se exactamente lo que hay que hacer. - Zoug se pone unos guantes de látex, saca unas bolsitas transparentes y empieza a examinar todo minuciosamente con una lupa.

Medianoche mira desde la ventana como sus dos compañeros irrumpen en la habitación como un elefante en una cristalería y bufa desesperada; de inmediato, vuelve la cabeza e intenta adivinar hacia donde van los cuervos, esperando que no desaparezcan de su vista.

- Mirad esos papeles y buscad a ver si hay algo que nos pueda dar alguna pista más... Estaré en contacto con vosotros, veré donde van esos cuervos...  Os informaré de cualquier cosa.

Medianoche salta de nuevo a la escalera de incendios, mira hacia arriba esperando cualquier cosa e intenta seguir la pista de los cuervos.

Sacudiendo todavía la cabeza tras el golpe de la primera puerta para hacer desaparecer esa voz de gato que le hablaba, Rasputín ronronea satisfecho al ver que Zoug ya ha entrado en el piso y acordonado la zona. En un afán de profesionalismo, la habitación parece llena de cinta amarilla como si el cordón de seguridad debiera evitar el paso de una polilla.

La mesa llena de papeles desparramados parece el mejor sitio para empezar a investigar. Aunque Rasputín sabe leer a nivel de un ruso beodo por el vodka, tiene la esperanza de que en los papeles aparezcan dibujos que aclaren algo.

- Bien camarrrada. Sigue buscando prruebas sobre el paradero de nuestrrro contacto. - Le dice a Zoug que parece una señora de la limpieza con unos guantes absurdos en las patas.

Al pasar por las cintas, una se le queda pegada en el costado. Esa sensación extraña de algo adherido le obliga a caminar escorado hacia la izquierda. Durante la frustrante deambulación hasta el escritorio, sacudiendo el lomo continuamente, observa que la habitación muestra señales de un combate.

Justo al llegar al escritorio consigue desprenderse de la cinta con alivio. Observa los papeles con atención extrema.