El campamento está dividido en varias zonas:
La cantina es una tienda de lona montada con postes y estacas y cubierta de mosquiteras. Tiene unos seis metros de largo y tres de ancho. En el interior hay una mesa larga con espacio para que seis hombres coman, beban y fumen. En estos momentos, la cantina está repleta de soldados enfermos. Seis de los doce soldados se han visto afectados por algo parecido a la malaria. Los oficiales no tienen entrenamiento médico y solo el sargento posee algunas nociones básicas de primeros auxilios, por lo que los soldados están condenados a sufrir sin más.
La mina se encuentra en la base de una pequeña montaña y está formada por una serie de pozos que se adentran hacia el interior de la tierra. El agujero de entrada es estrecho y solo permite pasar un hombre a la vez. La mina alcanza una profundidad aproximada de 15 metros bajo el nivel del suelo.
Los soldados cuentan con dos perros para mantener a los nativos a raya y alertar de cualquier peligro que se aproxime. Están bien entrenados y son bastante irascibles. La jaula solo tiene una llave, custodiada por el sargento.
Los oficiales duermen en tiendas individuales de aproximadamente tres metros cuadrados. Cada una cuenta con un baúl, un catre, munición para los fusiles, granadas y demás.
Los nativos (veinte en total) duermen hacinados en una jaula de seis metros cuadrados y tres de alto cubierta de mallas y alambre de espino. Tienen un cubo a modo de retrete y disponen de poca comida y aún menos agua. Si se quejan (en su lengua nativa, por supuesto), son golpeados o fusilados. Veinte nativos en una jaula minúscula. Antes eran treinta, así que al menos ahora tienen un poco más de espacio.
A los nativos rebeldes se les castiga encerrándolos en una pequeña caja de metro y medio donde hace un calor asfixiante y apenas corre el aire. El rebelde se queda allí por unas horas, tal vez un día, hasta que se dé cuenta de que no debería quejarse tanto.
El lugar donde se guardan los suministros así como todo lo necesario para la misión. Entre lo quepuede encontrarse dentro hay:
La agonía cesará cuando derrames la sangre de otro ser, al menos por un momento. Y durante esos instantes tu cuerpo, tu cuerpo espiritual, podrá respirar.
El asesinato es aún mejor, porque limpia tu dolor.
Dispones de 3 puntos de Sangre que se regenerarán cuando alguien muera. Tú (y cualquier otro en la misma situación) puedes usar esos puntos para interactuar con el “mundo real”, para susurrar cosas al viento, para coger y mover objetos. Incluso puedes empuñar armas y usarlas, aunque solo por un momento.
La sangre alivia el dolor. Pero solo durante un breve momento. Usa tus puntos sabiamente.