Partida Rol por web

Habiéndoles ofrecido ya el predicador Fayban habitaciones supuestamente seguras para que descansasen esa noche, los 6 acólitos se encontraban debatiendo sobre la extraña actitud de su anfitrión. Era claro que no se comportaba normal, o mas bien no como un miembro de la eclesiarquia debería hacerlo; aunque los motivos de esto era para todos incierto. Mas importante aun era el hecho de que el predicador debería velar por limpiar la corrupción que se propagaba ahora en Coscarla. Sabia algo de ello? O simplemente por negligencia lo ignoraba?, y si sabia de ello, por que no hacia nada al respecto?
Lo cierto es que para bien o para mal, necesitaban lo que su anfitrión les ofrecía para poder reponerse sus fuerzas y dirigirse al amanecer a su aparente objetivo final.

- Parece que no somos los únicos feligreses en la parroquia - dijo Gaunt señalando a un hombre acurrucado junto a las butacas -. No se preocupe, no somos peligrosos ni buscamos problemas - añadió prácticamente ignorando a aquél hombre.

Mathiass dejo de lado el tema de la persona "que se habia ido" y se concentro en recuperarse. Ante el comentario de Baskin, asintio y lo dejo en sus manos.

-¿Padre, puede traerme algo de agua para lavar las heridas si no es molestia? y quizas si no es demasiado pedir, un caldo caliente para mi y mis compañeros. Con lo ajetreadod el dia de ayer no hemos cmido nada desde que llegamos a la colmena.

Intentando no forzar al padre, intentaba ganarse mas su confianza antes de interrogarle. No le gustaba como olia el asunto y estaba clar que sabia mas de lo que contaba.

     Ya mas tranquila, me dejo caer sobre uno de los bancos de la capilla y me recuesto en él. Quizás pueda descansar un poco después de todo y pensar un poco en todo lo que nos ha pasado hoy. - Quizás deberíamos hacer turnos de guardia, ¿no creéis? Comento en general a mis compañeros.

Me acomodo en el lugar y respondo:

-Mientras Mathiass cura sus heridas podemos aprovechar los demas y descanzar si se necesita que alguien mas haga guardia yo me ofrezco-

Espero Mathiass pueda sacarle informacion a ese predicador si tienen tiempo de charlar

El predicador miro con atención a Mathias sin mostrar expresión alguna, salvo su clara cara de ebriedad, que no se le quitaría salvo con descansar o con un buen baño. –Sopa…, tendrán que esperar al desayuno para eso. Por lo pronto puedo ofrecerles te chocolate caliente y algo de pan en buen estado.- Y bajando la mirada hacia las heridas de Mathias, Fayban concluyo –Te traeré además del agua caliente algo de tela limpia de sabanas que no se usan, podrás usarlo como vendas improvisadas.-

Mientras Mathias dialogaba con el predicador, el hombre que se estuviera escondiendo hasta ahora tras unas bancas, salio de donde estaba al ser visto por Gaunt y los demás. –Si lo se, gracias por indicármelo. Será mejor que yo me marche ahora- Dijo aquel hombre. Quien por su apariencia era un simplemente habitante mas del complejo Coscarla. Su rostro es el de un hombre que ha estado llorando largo tiempo y que parece ser atormentado por sus pensamientos, curiosamente un tanto similar al propio Fayban.

Clive sintió una de "sus corazonadas" cuando vió al tipo. Quizás fueran alucinaciones suyas, quizás fuera el ambiente de mierda donde estaban, o quizás la expresión del tipo, pero no iba a dejarlo marchar tal cual. Miró a Gaunt como diciéndoselo con la mirada, y luego, habló alto y claro al tipo:

- No, ven aqui ahora mismo, quiero hacerte unas preguntas, y no soy precísamente una persona a la que le gusten las sorpresas. Sientate aquí delante mío. - Dijo con tono que no dejaba lugar a dudas. Armado como estaba, no dudaría en pegarle dos tiros si intentaba huir... A las rodillas por supuesto.

Aquel hombre se mostró claramente asustado ante las palabras de  Clive, parecía intentar retroceder mas que avanzar. –Yo, creo que ya es tarde, debería irme…, ehh, solo vine a ver al predicador, a recibir una oración. Si, solo eso, ya debo irme- El hombre tras sus palabras dio la vuelta inmediatamente intentando esquivar a los acólitos y salir del lugar.

Al ver que el tipo trata de ezcapar me dirijo inmediatamente a la puerta tapandole el paso

-Tranquilo tipo, mi compañero es mal humorado pero no te hara daño... si no le das motivos claro, solo queremos hacerte unas preguntas. Ademas es por tu seguridad, es muy peligroso andar a estas horas por la calle ¿acaso no temes a los fantasmas de los que todo el mundo habla?-

En cuanto el hombre escucho la palabra fantasma se puso aun mucho mas nervioso, parecía cambiar su mirada de un punto a otro como buscando algún peligro inexistente en los alrededores –Yo…- Era claro por los tartamudeos del hombre que no sabia que hacer, por un lado parecía querer largarse de allí pero por otro ahora parecía también temeroso de hacerlo.

-¿No habias pensado en los fantasmas?...(mientras digo esto avanzo mas hacia la puerta para obstruir el paso pero de manera sutil, como si solo caminara para cabilar) Creo que sera mejor que no salgas, como te digo no te haremos nada mi amigo solo quiere charlar- Digo con un tono firme pero sin ser agresivo, como dando un consejo sobre el hecho de que salir es muy peligroso.

     Miro al tipo sin levantarme de mi posición, como si apenas me importase meter baza en la conversación que mantenía con mis compañeros. De hecho la conversación me importaba bien poco, y eran sus motivos los que me preocupaban. - Créame si le digo que en éstos momentos no encontrará un lugar mas seguro que éste en todo Coscarla... ahora que estamos nosotros, claro está. Digo a la vez que le doy un par de palmadas a mi escopeta para reforzar mis palabras. Aprovecho el vistazo para fijarme en la expresión del tipo y su lenguaje corporal. En la scholam nos enseñaban que éstas cosas muchas veces dicen mas de una persona que sus propias palabras. 

Después de comprobar que la persona "escondida" no parecía suponer una amenaza real para el grupo y viendo que ahora era el centro de atención de parte de sus compañeros, Gaunt se dispuso a descansar lo posible hasta que comenzasen con el plan. Rápidamente entró en la habitación que había indicado el párroco y se tumbó al lado de una de las esquinas desde donde pudiese tener controlada la puerta y cualquier otra via de acceso o salida y se adentró en los brazos del sueño.

Aquel hombre miro fijamente a Noh y algo en lo perturbaba, ese misterioso hombre enmascarado no le daba confianza, de hecho el grupo entero no le daba confianza, parecían agentes o mercenarios. Y si estaban tras el, bien sabía que debía haberse ido de aquel lugar desde la muerte de su amigo. Dándose cuenta del peligro que allí corría decidió intentar alejarse y salir de allí cuanto antes.
-Yo, en verdad debo irme…, me esperan…, en casa, si, me esperan en casa y ya es muy tarde. Que tengan buena noche señores- Y tras esto dio completamente la espalda a los acólitos para alejarse con mucha prisa de ellos y salir de allí por el mismo lugar por el que los acólitos entraron.

El Sol amenazaba con salir pronto y los acólitos sabían que debían descansar, pronto tendrían que adentrarse en lo que parecía ser la base secreta de operaciones de aquel que estaba generando todos los problemas en Coscarla, un ser conocido como el cirujano.
El problema no reparaba solo en el y en la posibilidad de que tuviera mas de esas abominables criaturas con el, sino también en la presencia de Moran, un hombre quien parecía servir al Cirujano y para quien trabajan varios mercenarios a suelo. Era también importante destacar los lazos que Moran tenia con los longitivistas y lo que esto pudiese implicar.

Considerando que poca información trascendente podrían sacarle a aquel pobre hombre, el resto de los acólitos que aun permanecían en el salón decidieron dejar al borracho a su suerte partiendo a las habitaciones que el predicador les había otorgado para que descansaran esa noche.
Manteniendo una guardia rigurosa, el resto de la noche transcurrió sin sobre saltos, y con solo unas pocas horas de descanso el grupo se puso de nuevo en pie antes de que las luces del complejo fueran encendidas de nuevo. Había que ponerse en marcha, el refugio Tantalus para los desfavorecidos era su próximo objetivo.