Sonia se acercó hacia Antonio y no dudó en darle un fuerte abrazo. ¡Había logrado también escapar de allí con vida! lo lamentaba por Roberto, que no había logrado salir de allí, pero al menos era bueno ver que su compañero había logrado sobrevivir.
Y justo tras eso, unas luces -a todas luces de coches de polícias- iluminaron la zona.
¿Vamos?- le preguntó a Antonio. Y antes de añadir nada mas, se dirigió hacia allí.
Viendo a Sonia y viendo las luces, caen lagrimas por mis mejillas de sentirme vivo, y haber sido capaz de salir de ese infierno de casa. Tiro mi hacha y abrazo fuerte a Sonia.
Le pregunto que tal esta ella? y la miro para ver si tiene algún rasguño, pero siempre fue una chica lista, y ha salido muy bien parada de esta aventura.
- Claro, ahora habrá que dar explicaciones....
Dos coches patrullas estaban aparcados al final del camino por el que vinísteis. Estaban concretamente delante del puente de piedra derrumbado sobre el riachuelo, el mismo que os obligó a desviaros hasta llegar al caserón de Adamo... Al parecer alguien había dado el aviso del puente cortado, y se acercaron a inspeccionar rutinariamente. Al verlos, corrísteis ambos hasta allí, con heridas y cansancio en el cuerpo, lleno de sangre, barro, y empapados por la lluvia que caía en medio de la noche. Los agentes se sorprendieron, y os rodearon ocho policías. Uno de ellos hablaba español y pudo comprender las pocas explicaciónes que les dísteis, de momento sin mucho detalle. En cuanto le contásteis los sucesos, no dudaron en internarse con vosotros hacia el caserón, y una vez allí, entraron por la fuerza, a golpe de pistolas.
Vosotros os quedásteis fuera, y en cuestión de minutos oísteis gritos y algún golpe de pared y puerta. A los pocos instantes, oísteis ruidos de peleas, varios disparos y luego calma. Los policías que estaban con vosotros pidieron refuerzos por rado y en seguida se personó un camión de mayor dimensión que un coche con más efectivos.Las sirenas se iluminaban por doquier, en medio del campo portugués...
En poco tiempo, los agentes sacaron a un hombre esposado, de gafas y pelo largo: era Adamo. Estaba ya consciente y deteneido. Os echó una mirada de rabia mientras escupía a propósito a vuetros pies, y luego era metido en el coche policial. Dos ambulancias se personaron, y los camilleros sacaron tres cuerpos de la casa: el del joven Cristovao, el del estudiante Roberto, y el de un acribillado a balazos Marco, el gigante deforme. Por lo visto, tras haberlo sacado del hueco donde estaba atrapado, había ofrecido resistencia muy violenta, y tuvieron que reducirle con fatal desenlace...
Los policías os llevaron al concelho portugués más cercano, a la comisaría. Allí daríais todos los datos y el relato de los cruentos sucesos de la estrambótica y horripilante noche que casi acaba con todos vosotros...
Epílogo.
LA HISTORIA DE ADAMO
En realidad, Adamo no era hijo único, sino que tenía un hermano menor, Marco, con una enfermedad degenerativa muy severa, así como ciertos trastornos psicológicos (el sujeto del sótano), el cual nunca fue tratado médicamente. Es cierto que aquel caserón era de su abuelo, y que sus padres murieron tiempo atrás, aunque cabe decir que éstos últimos fueron asesinados por el hermano menor sus trastornos incontrolados (y no como contó Adamo). No obstante Marco siempre ha tenido mucho aprecio a su hermano mayor, Adamo, el cuál es el único que le comprende y le protege. Desde hace unos años lo oculta en aquel caserón abandonado y en el sótano, evitando las miradas y cercanías de las gentes que la vida en un pueblo o ciudad tendría que soportar. Obviamente, en la actualidad, Adamo no puede ayudar con profesionales médicos a Marco, ya que tiempo atrás cargó con el encubrimiento del crimen de su hermano, y la opción que ha elegido es ocultarle. De ahí que incluso haya eliminado a su hermano de pequeño en las fotografías familiares del salón, para que nadie se percate.
LA VERDAD DE LOS HECHOS
Adamo no podía dejar que nadie encontrara su refugio, y al veros allí, ilusos peregrinos de santiago, añadió un somnífero en la cena y una vez completamente dormido en plena noche, apuntaló ventanas por fuera y cerró la puerta con llave. Ni el ruido del proceso oísteis debido al somnífero. La verdad es Cristovao no comió mucho (debido a los dolores nocturnos) y sorprendió a Adamo cerrando las salidas de la casa. Con la ayuda de Marco, acabó además con Cristovao, pues lo metió en la jaula. El propio Adamo fue luego raptado por su hermano por creer que aquellos tipos (que Marco veía como “amigos” de su hermano) querían hacerle daño. Es por eso que Adamo se encontraba atado en el sótano, obra de su hermano enfadado en medio de una de sus típicas crisis nerviosas.
:: FIN ::