Guardó el credi-stick que Sombra le facilitó y tras guiñar un ojo a la jovencita y dedicarle una media sonrisa, se dió la vuelta y empezó a abrir camino a sus compañeras hacia la salida de aquel tugurio, no era una mala cantidad por traer de los pelos a una niñata que posiblemente le hubiese robado el novio a esta otra o algo asi...
El gigantesco Rompededos se aparta con un gruñido y os deja salir de aquel rincón. Justo antes de salir veis a la muchacha que os observaba des del asiento con una enigmática sonrisa en el rostro.
Odrik seguía peleándose a voces con un melenudo que al parecer no dejaba la suficiente propina. Dejasteis el local a vuestras espaldas y la música que tronaba se convirtió en un murmullo cuando doblasteis la esquina.
De nuevo en la calle os encaminasteis hacia el siguiente paso.
5 min y Cambiamos de escena