Partida Rol por web

La mañana era fria, como el resto de mañanas de invierno, la trompeta sono llamando a formar filas, pero tus compañeros, como siempre, habian tocado tu reloj para que no sonara, y se habian despertado silenciosamente, otro dia mas, ibas a llegar tarde a la formacion.

Este año era el ultimo año antes de graduarse en la academia, ya, habia pasado mucho tiempo con bromas y putadas, no habias conseguido hacer amigos en el cuartel, habias sufrido una y otra vez mil bromas por ser mujer, pues el resto, ya se habian retirado antes de terminar por lo mismo, eso te daba fuerzas, pues era la ultima que resistia, pero, llegar tarde una vez mas a la formacion podria ser un problema. El teniente Harts era un hombre comprensivo, sabia cuan dura era tu vida, pero hoy no tocaba formacion con el...

Sondra se vistió a toda prisa, maldiciendo entre dientes. Pero no iba a dejar que esos cabrones la derrotasen. No iba a abandonar ahora que estaba tan cerca de su meta, de conseguir graduarse y entrar como oficial en el ejercito, de defender a su país como su padre y el padre de su padre antes que él... no conseguirían vencerla.

Saldría de allí o con su escudo o sobre él.

Corrió al patio de banderas, hacía la formación, intentando pasar lo más desapercibida posible aunque sabía que no sería posible.

El teniente Stalen era el encargado de supervisar la formacion hoy, aquel viejo amargado te tenia en el punto de mira desde hacia tiempo, te odiaba igual que odio a tu abuelo porque segun el, le hizo la vida imposible, y ahora le tocaba a el seguir contigo.

- llega tarde cadete Kingston, supongo que tendra una gran escusa de peso para presentarse en formacion cinco minutos tarde- gruño con su tono aspero, causado por la ingesta de alcohol y tabaco, y clavo su azul mirada, tabada por unas pobladas cejas canosas, en ti.

Sondra sabía que nada de lo que dijese podría ayudarla, así que optó por cargar con la culpa... como siempre.

- ¡No, señor.!- contestó en perfecta posición, mirada al frente, esperando la bronca y el castigo que, sabía, le caerían.

el teniente Stalen te miro directamente a los ojos y se humedecio los labios, colocandose a escasos centimetros de ti- sabe cuantas veces a llegado ya tarde a la formacion?... seguro que si... LAS SUFICIENTES PARA SER SUSPENDIDA!- grito al final, su fetido aliento de abuelo te recorrio cada poro de su cara y acto seguido su mano paso zumbando tu oreja derecha, para señalar a la puerta por la que habias aparecido- ya puede ir recogiendo sus cosas, porque voy a redarctar la carta de suspension y la explicacion de los motivos para la jefatura de estado, porque usted, no tiene disciplina ni la conoce! LARGO DE MI VISTA!

Dicho esto se giro, camimando de nuevo a su posicion y murmurando- maldita Kingston menuda deshonra para su familia...- lo cruel y triste, era que por culpa de los compañeros esa frase era totalmente cierta.

Sondra se quedó boquiabierta. Sólo la disciplina adquirida durante todos estos años impidió que hiciese algo de lo que podría arrepentirse. Y cuando volvió a los dormitorios, la situación le cayó encima como un mazazo.

Lo había perdido todo.

Su padre siempre había considerado que estaba pasando por una fase, que se le pasaría. El único que la apoyó en su momento fue su abuelo... y había muerto hacía ya tiempo.

Se sentó sobre su cama, la cabeza entre las manos, sin saber muy bien que hacer, hasta que recordó su pensamiento de aquella mañana.

O con tu escudo o sobre él.