Las huestes de Miguel llevaban mas de 30 dias golpeando las murallas de Genhinnom, y la legion de hierro empezaba a desgastarse, la legion escarlata aguardaba en la retaguardia ayudando a la de hierro... Lucifer, observaba, con la cabeza bien alta, algunos reveldes murmuraban sobre la rendicion, pero Lucifer no, el callaba los rumores con palabras de valor, fuerza, luchariamos hasta el final...
Alli os encontrabais, en el ultimo bastion, algunos ayudabais a la legion de hierro a luchar, otros, como pastores, guiabais a los humanos en sus canticos y alavanzas para que las fuerzas de las legiones no mermaran... y quizas alguno, simplemente, esperaba el fin.
quiero que pongais un poco que hicieron vuestros personajes en los ultimos dias, que pensaban de lo que ocurria, su punto de vista etc...
Durante el asedio los días de Armon se confundían unos con otros. Se pasaba día y noche curando a sus compañeros, yendo de un lado a otro de Genhinnom donde sus talentos, y los de los demás de su clase, eran necesarios. Ya no sabía cuantos días llevaban así, si cuanto tiempo llevaba sin descansar, sin detenerse a admirar lo que la rodeaba, como tanto le gustaba hacer antes de la guerra.
Ahora sólo llevaba la cuenta de cuantos compañeros no había podido salvar. De cuantos humanos habían muerto ante sus ojos y la impotencia de saber que había hecho todo lo que podía... y no era suficiente.
En los pocos momentos de descanso que tenían, recordaba. Recordaba como era la vida antes de que se rebelasen. Como era sentir Su amor constantemente, la certeza de que estaban haciendo algo grande. ¿Cómo habían podido ser tan orgullosos como para pensar que serían capaces de hacerlo mejor? Pero lo habían sido... y Armon estaba convencida de que tenían la razón de su parte.
Al menos al principio.
Entonces fue cuando vio los crimenes que se cometían con la excusa del deber. Cuando vio como los que se suponía se rebelaban para mejorar Su obra la destruían única y exclusivamente porque podían... en ese momento lo supo.
Estaban equivocados.
Y ahora tan sólo les quedaba esperar Su compasión... aunque no la mereciesen.
Como uno de los fanaticamente fieles a Lucifer, su lugar estaba en última instancia a su lado, una última barrera entre el enemigo y él. Demonios... El enemigo eran sus hermanos, ¿Qué locura era esta? Solo habían actuado por primera vez tal y como dictaba su corazón, después de una eternidad siendo las silenciosas, letales y fascistas tropas de un Ente que no aceptaba la iniciativa fuera de su visión de la Realidad. La espada de fuego de Sammael estaba bañada en sangre de ángeles, de antiguos amigos, de hermanos, y eso, pesaba más que cualquier carga. Miró a Lucifer a los ojos, necesitaba que su hermano le dijera que todo iba a salir bien, que todo había sido por la Humanidad, que esta guerra no era suya sino de Padre:
- Hermano... ¿En qué piensas? Durante toda la Guerra, he visto a otros ángeles preguntarse por la misión, a otros los he visto dudar de nuestro plan de salvación, a otros incluso el pensar en traicionarnos, pero... ¿En qué piensa el lider de la mayor revolución que conocerá la Realidad? He matado, sangrado, blasfemado y caido por tí, por tu sueño, por tu visión del futuro de nuestra querida Humanidad, pero dime Hermano, ¿Qué vamos a legarles?... Solo veo sangre en el camino, desolación, muerte. Pero si este fuese el final, y esa espada de fuego viniese a por tí, no le dejaría alcanzarte, no sin antes lanzarme yo a por ellos. Si es el final, me alegra haber estado contigo hasta el último momento...
Sammael se había sentado junto a Lucifer, clavada la espada de fuego frente a él, con las manos en la cabeza, esperando la respuesta de su Lider.
Como te dije, este Caido, Sammael, era un ferviente Luciferista, así como uno de aquellos cercanos al Caido. No por ello era más o menos poderoso, simplemente siempre creyó en él, sin necesidad de explicarle su plan. Sufrió la muerte de cada ángel que sus manos acababan, para él ellos eran esclavos del Creador, de un Padre que los usaba de un modo fascista para controlar un universo que ellos habían creado. Es de los pocos Caidos que se pasa una eternidad en el Abismo no solo pensando que no les traicionó, sino que además a él lo condenaron de un modo más cruel. Su única esperanza, enmascarada de ira, es encontrarle de nuevo sano y salvo.
edit: corregido
Harahel se sentaba en lejos de sus compañeros, sumido en sus pensamientos. Él sentía las cosas que pasaban de manera diferente. Mientras que las otras Casas poseían una pasión casi cercana a la humana, los Annunaki (¡Malefactores! ¡Con todo el bien que habían hecho y con todo lo que habían creado!) observaban, pensaban y decidían. Harahel no dejaba de dar vueltas a los últimos sucesos. Todo lo que había visto y hecho, bien o mal. Todas las muertes (muerte... la muerte no significaba nada para las rocas y los ríos, ni siquiera para los animales, pero cuánto la sentían los humanos...), toda la sangre y todo el dolor.
¿Por qué Dios había castigado a los ángeles por medio de los humanos? ¿Por qué había traicionado a sus hijos más cercanos para herir a sus siervos? ¿Qué clase de plan tenía el altísimo? ¿De qué valía una Creación a medio hacer? Y, sobre todo, ¿por qué no terminaba con todo de una vez?
El Señor tenía poder suficiente para ser y determinar lo que es y lo que no. Podía deshacer a capricho cada átomo de la existencia, cada nota de vibrante armonía que compusiera sus conciencias. ¿Por qué no lo hacía? ¿De qué le servía la Guerra?
Entonces, Harahel llegó a una conclusión. Si Dios era todo, era todo. Era el bien y el mal, la muerte y la vida, la justicia y la injusticia. El amor y el odio. Y eso lo conocía bien. Dios era completamente malvado, del mismo modo que era completamente bueno, porque Él era, y lo que no era, no existía en absoluto. Y su completa maldad se demostraba eternizando aquel conflicto cuando con un chasquido de dedos metafórico podría haber terminado para siempre. La pregunta era, ¿en qué posición los dejaba a ellos? ¿Eran parte de su maldad o eran la bondad, por rebelarse contra Él? ¿Y los otros ángeles, los comandados por Miguel? ¿Eran buenos o malos?
El Malefactor se cruzó de brazos. Aquellas preguntas exigirían más días de reflexión y no sabía si contaban con ellos.
la espada de fuego no es un arma muy correcta,sustitullela por otra cosa, puesto que la famosa espada de fuego, tal cual con ese nombre, era la que usaba lucifer y ahora empuña miguel.
a lo largo de la noche os actualizo.
De espaldas a vosotros, Lucifer observaba el paraje tras la ultima fortaleza, escrutaba el firmamento, parecia completamente ajeno a todo, sumido en sus propios pensamientos.
Lentamente se dio la vuelta, observado a cada uno de vosotros, sabias que podia ver a traves de cualquiera de los presentes en la sala. Veia vuestro miedo, vuestras dudas, la lealtad y la ira. Sentir su mera presencia observando directamente vuestras almas hacia que parte de esas preocupaciones se liberaran.
Pues cada uno de vosotros ya tenia en su interior sus propios demonios que comenzaban a consumirlo, el peso de los propios errores. Pero el Lucero del Alba no solo se hacia responsable de sus propias decisiones, si no de todas y cada una de la vuestras.
Era imposible de imaginar como alguien podia cargar con semejante peso y no solo mantenerse erguido, si no seguir con fuerzas para continuar luchando.
-Nuestro legado... ¿Os preguntais si todo esto ha valido la pena, no es asi? Sangre, desolación y muerte. ¿Pensais que es ese nuestro legado? Claro que no, eso es lo que nosotros hemos aprendido de ellos, de Cain el maldito, y el martir de Abel. No perdais de vista nuestro objetivo hermanos, a lo que aspiramos sea cual sea el final de esta guerra.
Sus poderosas alas se despligan y con un poderoso y noble aleteo se eleva varios metros sobre el suelo de la sala, donde poder contemplaros y ser contemplado por todos mejor.
-Nuestro objetivo es la inspiración y la libertad. La raza humana son nuestros propios hijos, tenemos que educarles o ellos mismos se destruiran, no controlarles, si no enseñarles a amar por si mismos, pensar por si mismos y vivir. Ser sus ejemplos. Esa es nuestra lucha, cargar con la resposabilidad de hacerlos libres. Los que aqui quedamos, junto a nuestros hermanos que nos defiendes ahi fuera somos los ultimos defensores de estos ideales. Es por eso que no podemos, ni debemos caer, o toda la raza humana caera con nosotros. Se que es una tremenda resposabilidad pero esto es lo que hemos elegido. Debemos Hacerle comprender que las cosas no son siempre como Ella quiere. Si para ello deben de caer todos y cada uno de nuestros hermanos, asi sea.... Pues no luchamos por nosotros, luchamos por nuestros hijos, y este amor en verdad no conoce limites.
Harahel escuchó el discurso de su líder y encontró algunos puntos convergentes y divergentes con sus propias conclusiones. Lucifer era el primero, el que había hablado con los humanos y les había propuesto abrirles los ojos. El Annunaki lo reverenciaba, aunque no tanto como algunos de sus compañeros. Pero le admiraba, sí, y tenía muy en cuenta sus palabras.
El ángel ladeó la cabeza y sopesó sus posibilidades. No fue hasta entonces que se pronunció:
-¿Es posible convencer a Dios de algo?
Lucifer observo entonces al primero de sus hermanos que habia hablado tras su breve discurso.
-Puede que sea un ser con un gran poder, pero eso no le da derecho a hacer lo que le plazca. A fin de cuentas, nos necesito a nosotros para llevar a cabo la Creación, nuestra opinión debe ser considerada tambien. Estoy convencido de que le podemos hacer ver nuestra postura.
Armón habló entonces, la preocupación evidente en su tono
- ¿Y si no podemos? Llevamos mucho tiempo luchando... toda esta muerte inutil... Y no ha cambiado de opinión. ¿Por qué iba a cambiar ahora?
Una nueva voz lo reclamaba, sentia sus dudas y su pesar por todo este tiempo en guerra, pero el porte de Lucifer se matuvo firme, una vez mas sus ojos buscaron los de su hermana.
-Puede cambiar de opinión, pero lo que quiere y lo que esta consiguiendo es que seamos nosotros los que cambiemos. Quiere hacernos dudar, debilitarnos. Si fuese un ser realmente "Todopoderoso" no estariamos en guerra, simplemente nos habria vencido desde el primer momento.
Sus ojos se perdieron un momento en el techo de la estancia, la cual emulaba un firmamento estrellado y su aleteo se fue deteniendo, cansado, hasta volver a tocar suelo.
-Yo lo se, a pesar de todo lo que ha pasado, Ella aun valora el amor sobre todas las cosas, y nuestro amor por los humanos no conoce limites, debe de ser capaz de verlo y lo esta viendo al ver todo lo que estamos dispuesto a sacrificar por ellos. Y ellos tambien deben ver a todo lo que estamos dispuestos por salvaguardarlos de la destrucción. Cambiara de opinión cuando se de cuenta de todo lo que estamos sacrificando, incluso nuestro amor por Ella...
La batalla prosiguio durante dias, mientras el lucero del alba se mantenia impasible, y finalmente, ocurrio, lo que nadie creeria posible, fue posible, lo finito toco lo infinito, y Dios, alargo la mano hacia la creacion y la toco, hizo falta solo una leve caricia para que todo cambiase, y un estallido de energia recorrio todo lo que existia, la batalla termino de golpe, los caidos reconocieron al instante su derrota, pues Dios lo habia querido asi, y ellos, a pesar de ser rebeldes, habian entendido que aquella descarga marcaba el fin, en una batalla normal, en un solo plano, esto podria haber supuesto una lluvia de fuego derritiendo a los enemigos, o un gran meteorito estrellarse en la tierra, pero, para los caidos un solo plano de batalla era algo efimero, esto, habia supuesto mil formas de derrota, inimaginables para una mente primitiva.
Las legiones depusieron las armas, los celestiales entraron en la ciudad y rodearon a los vencidos, mientras, Miguel, aguardaba a lucifer.
Miguel sintio la gracia de ella acercándose a la creacion, algo que nunca habia ocurrido, y probablemente, nunca mas ocurriria, se mantubo firme, observando, como la explosión de energia divina, bañaba el campo de batalla, los caidos, deponían sus armas, los salmos hereticos eran callados, y poco a poco todo el fragor de la batalla cesaba, entonces, y solo entonces, sonrio, pero no era una sonrisa irónica, ni malvada, ni triunfal, era una sonrisa de amor, amor hacia los que una vez fueron hermanos, hacia la creacion mas preciada de Dios, por fin, podria dios, devolver todo a su curso, y aunque el desconocia que planes tenia para el resto de caidos, sabia muy bien lo que iba a ocurrir con lucifer, y que probablemente, este, aun no se hubiera rendido.
Con la espada llameante que un dia el mismo lucero empuño flotando ante el, avanzo, en busca de su hermano, de el que una vez ocupo su puesto, y aunque mil preguntas podria formularle, solo dos saldrian de sus labios, pues no entendia el comportamiento de este ni como un ser, el primero de todos, podia haber ocasionado todo aquel dolor en ella, en el, y en el resto de sus hermanos.
una vez llego frente a el, pregunto.
- ¿porque?- dicho esto, con la espada frente a el, espero unos segundos, y pronuncio la segunda pregunta- ¿ha terminado ya o no es suficiente que Dios roce la creacion? es necesario que tenga que ajusticiarte?- aunque Miguel creia conocer la respuesta a la segunda pregunta, la respuesta que aguardaba con paciencia era la de la primera pregunta.
Harahel contempló desolado la acción de Dios y comprendió que era realmente la obra de un ser malvado. Las rodillas le fallaron. Ahora esperaba cualquier cosa. ¿Cómo sería no existir? ¿Acaso podía imaginarse?
El propio Lucifer supo que la guerra habia terminado en ese mismo instante, su alma estaba divida, se alegraba de que la guerra llegase a su fin, pero habia perdido la fe en Dios, siempre penso que comprenderia su postura, que el amor que ellos sentian por los humanos era tan grande como el que el propio Dios sentia por sus angeles, pero no habia querido comprender. Por muy divina que fuese su mente se negaba a comprender.
El lucero del Alba encabezo la marcha desde la ultima fortaleza, seguido por los ultimos de sus hermanos rebeldes.
Se acerco hasta Miguel, su hermano, el segundo. Aunque mantuvo una mas que prudencial distancia. Tambien sonrio, pero era una sonrisa que expresaba tristeza. Escucho sus preguntas y antes de contestar observo a su alrededor. Los combatientes de ambos bandos habian dejado un buen espacio alrededor del Arcangel y del Primero, y todos esperaban las palabras de Lucifer con espectación.
-Hermano, se que llevas mucho queriendo hacerme esta pregunta, pero por desgracia no obtendras una respuesta. No te la puedo ofrecer por que nunca lo comprenderias, si lo pudieses comprender, estarias ahora a mi lado y no frente a mi.
La guerra ha llegado a su fin, pues los nuestros han perdido la voluntad de luchar, espero no ser defraudado una vez mas y que Su misericordia conceda a todos nuestros hermanos una segunda oportunidad. Pues yo asumo todos sus pecados como su lider y los libero de la culpa de sus acciones.
Extendio ambos brazos, parecia que queria dar un abrazo a su hermano. Un gesto confuso y el propio Miguel dudo del significado del mismo. Y ese momento de duda fue clave, los ojos de Lucifer brillaron con el mismo fulgo que el Sol y se convirtio en una brillante llamarada que rodeo a Miguel. Con la misma velocidad que las llamas llegaron al Arcangel, volvieron a tomar la forma de Lucifer justo para golpear una fuerte patada en el pecho al mismo y alejarlo varios metros.
-Lo siento, pero hice un juramento a los humanos. Y aunque deba cargar con todo y ser el unico en combatir, luchare por ellos hasta las ultimas consecuencias.
Aprobechando que habia alejado a Miguel de su antigua espada, Lucifer tomo la oportunidad de reclamarla, pero cuando fue a empuñarla, no pudo, algo se lo impidio.
-Como es posible.... ¿Por que...?
Armón era testigo, junto a sus hermanos, de la derrota de la rebelión. ¿Significaba aquello que se habían equivocado de medio a medio? No lo sabía... todavía tenía esperanzas en Su bondad eterna. Pero cuando vio como Lucifer no era capaz de empuñar la espada de Miguel, la verdad cayo como una lápida: no serían perdonados. Habían obrado mal, y serían castigados en consecuencia. Sólo les quedaba aceptar su penitencia.
Sammael no podía dar crédito a sus ojos cuando supo que la batalla había tocado a su fín. No podía creer que todo hubiera acabado y aún menos que hubiesen sido derrotados de un modo tan vergonzoso, ante la mano del Creador. Ahora venían sobre ellos, acabando con aquellos humanos fieles a su causa, victoriosos de modo inmerecido, creyendo su credo el correcto. Si debía sentir pena por alguien en toda la creación, era por el Caido al que más respetaba y a la vez quería, ya que si todos los ángeles eran hermanos, este había demostrado ser su hermano más auténtico... Su mentor, su defensor, su esperanza. Cuando vió a Miguel acercarse a Lucifer, se acercó lo más que pudo, pero el gesto discreto del Lucero del Alba le obligó a mantenerse a una distancia prudencial de ambos líderes.
- Aunque sea por un momento, ellos han probado la libertad, y eso, bien merece nuestra esencia. Yo no puedo quedarme en silencio, callado, arrodillado. Ya he sido derrotado, y haga lo que haga, quizás sea destruido, empujado a la nada sin más. Pero yo, como todos, hice un juramento... - Vio como la espada rechazaba a Lucifer.- El que empuña esa espada, empuña el poder del Creador.
La línea de pensamiento de Harahel condujo al punto final. No habría perdón. No habría bondad por parte del Señor.
Bien, eso lo había previsto.
Lo que no había previsto era el combate que parecía estar por desarrollarse. ¿Una vez más, a la desesperada? ¿Y si vencían? ¿Qué haría Dios? ¿Podían hacerlo cambiar de opinión ahora? ¿Podían buscar el perdón por derecho de conquista? Harahel estaba confuso. Sus pensamientos estaban empañados por el dolor y la tristeza de su corazón. La desesperación que hacía estragos en el bando rebelde había terminado por tocarle incluso cuando se refugiaba en sus diatribas internas. Podía estar frente a su destrucción y futura inexistencia. Jamás volvería a disfrutar de la belleza. Por eso, al menos, merecía la pena luchar un poco más.
La espada se aparto de las manos de lucifer y se acerco de nuevo hacia miguel, el cual, se levantaba de el golpe propinado por su hermano, algo aturdido se recoloco las vestiduras y acaricio la empuñadura de la espada.
- no deberias haber intentado esto... ahora tengo que ajusticiarte ante todos, para que no se levante una segunda revuelta- y entonces, su mano se cerro alrededor de la epuñadura, esta no se aparto y la blandio contra Lucifer, saltando y desplegando sus gloriosas alas blancas con plumas doradas para cojer algo de impulso, y entonces dejarse caer contra su objetivo, pues, aunque este estaba desarmado, si no se movia rapido, sabia que Lucifer encontraria la manera de zafarse de sus golpes.
- perdoname, pero yo si actuo segun los deseos de Dios...- susurro en el momento que se encontraba frente a su rival, con la punta, delante del pecho de este.
Pero Lucifer esquivo el golpe, segun quien contase la historia podria decir que Lucifer se evadio con precision quirurjica o que esquivo por los pelos.
-Perdoname tu, pero no puedo permitirlo...
Podia ser que el Lucero del Alba no tuviese las mismas dotes de predicción que poseian algunos de sus hermanos, pero conocia esa espada como si fuese parte de el mismo, y hasta hace poco lo habia sido. Conocia sus movimientos, el silbido al cortar el aire, el crepitar de sus llamas, sabia de todo lo que era capaz y de lo que no. Y sabia que su velocidad no seria suficiente.
Tuvo suerte en los primeros golpes contra Miguel pues lo tomo desprevenido, pero ahora que luchaba enserio, Lucifer sin arma tan solo podia limitarse a apartarse de la trayectoria del arma y buscar un punto debil en el ataque del Arcangel, un punto debil que no creia capaz de encontrar. Pero vio una oportunidad y decidio aprobecharla.
Miguel alzo la espada por encima de su cabeza con ambas manos, justo para descender con el arma y sentenciar, pero Lucifer alzo los brazos agarrando a su vez la empuñadura de la espada. Ambos angeles forcejearon por el control de la misma.
Las llamas de la espada se descontrolaron, debian permanecer en manos de Miguel, pero a la vez no podian tolerar el contacto de Lucifer. Y salio despedida, se desplazo en el espacio, en el tiempo y en la misma realidad.
Se alejo durante incontables kilometros y dimensiones, solo el Creador sabe donde aterrizo.
Tras esto, Miguel Saco las cadenas y ato a lucifer, gruesos eslabones dorados rodearon el cuerpo de este, y por fin, el poderoso lider callo de rodillas, frente a la hueste celestial.... y todos fuisteis llevados al juicio, donde Dios, mostro su poder, encerrando a toda la hueste revelde, en el pozo, el abismo, lo unico que pudisteis ver, mientras marchabais al olvido, fue a lucifer, aun arrodillado con las cadenas, frente a Dios, y despues, las puertas del Pozo se cerraron...
bueno, fin del prologo, era para ver un poco como os moviais con los caidos, sus motivaciones en la guerra etc... ahora os abrire escenas individuales, donde interpretareis a los humanos antes de que el demonio entre en sus cuerpos.