Vale, pillo el monofilo para el hacha y volvemos si quereis, no hay problema.
El paseo por la ciudad os mantiene vigilantes y en tensión pues aunque la mayoría de la gente os ignora y va a sus quehaceres de vez en cuando divisáis aslheen que parece os vigilan. Seguros ya de vuelta en el refectorio pasáis lo queda de tarde descansando y charlando entre vosotros.
Aristarchus aparece de nuevo para cenar y tras una comida frugal se va a descansar recordándoos que debéis partir al alba.