Mirando durante unos segundos a Aristarchus, niego con la cabeza mientras alzo las cejas
Ahora nos dice que nos curemos antes de salir, y hace un momento que salgamos echando ostias. Este tío está un poco desequilibrado
Este pensamiento recorre mi mente mientras busco a quién pedir ayuda, aunque alguien ha comentado que puede ayudarnos. Cualquier ayuda con estas malditas heridas sería bien recibida.
¿Buscáis que os curen o no?
Si, claro. Así nos hacemos los remolones un poco XD
Además, creo que alguno/s estamos tocados ¿no?
Estado
Christoph >> quedan 6/14 Heridas
Albrek >> quedan 7/11
Rabalias >> quedan 0/12; Crítico 2
Zaddion >> quedan 4/9
Pues no se hable más, amos a que nos curen
Luego os queda el poder de Sanar de Zaddion para el que solo correrían riesgo Zaddion y Rabalias
Un acólito os realiza unos primeros auxilios básicos pero suficientes para aliviar el dolor de algunas de las heridas recientes. Desoués en un lugar apartado, Zaddion os cura a los que no habéis recibido sus poderes en lo que va de mañana.
Estado tras curaciones
Christoph >> quedan 12/14 Heridas
Albrek >> quedan 11/11
Rabalias >> quedan 2/12
Zaddion >> quedan 7/9
Caín se queda en esta escena y los demás pasáis a la siguiente
Sales con tus compañeros pero en la primera elevación del terreno te bajas y te apostas para vigilar los movimientos de la gente de Desesperanza.
¿Algún plan?
Solo. Caín se volvió hacia Desesperanza, con la Catedral Negra dominando la escena. Su primer paso debía ser ocupar una posición elevada con vista frontal a la entrada de la Catedral. Una vez allí instalaría su pequeño campamento y utilizaría la mira de su rifle como magnoculares. Vigilancia. En la vida de un tirador mercenario la vigilancia era la parte más aburrida y fundamental.
¿Algún plan?
Sobrevivir. XD Ese es mi plan rodear Desesperanza hasta quedarme mirando hacia la entrada de la Catedral, soy consciente de que habrá más puertas, pero esa es la que me interesa. Veamos qué movimiento hay mientras no estamos. Quizá estoy perdiendo el tiempo, pero quizá esté en lo cierto.
El movimiento en Desesperanza vuelve a la normalidad. El abad es conducido al priorato donde supones le realizaran las curas necesarias, la gente vuelve a sus quehaceres rutinarios, la milicia continúa arreglando el estropicio que formaron los voceadores y los acólitos no paran de entrar y salir de la Catedral portando velas, estandartes, botellas pequeñas esculturas de águila imperial, ....
Recuperas los PDs
Solo. El asesino rememoraba una vida anterior a su servicio como acólito. Una vida donde su rifle y su paciencia se vendía al mejor postor. La espera era el principal y más importante trabajo de un francotirador, pues proporcionaba los medios para alcanzar el objetivo. Su rifle incorpora la mira teléscópica, pero había prescindido del silenciador. En las colinas que él estaba el sonido rebotaría y sería imposible que nadie le encontrase.
El sol de Iocanthos lanzaba inmisericorde su fuego sobre el Yermo, sobre Caín. Iba a permanecer sobre él todo el día, pero a Caín le preocupaba más la llegada de la noche. En una tierra yerma como esa la noche era excepcionalmente fría, al carecer por completo de vegetación que retuviera el calor, por ello había traído su capa, para resguardarse el frío.
Desesperanza. Él empezaba a perder la esperanza de hallar muestras de herejía en la Catedral negra. Creyó que en cuanto los acólitos se hubieran ido los conspiradores harían algo, pero por el momento no había ninguna actividad sospechosa que él pudiera detectar. Observó la estructura arquitectónica de la catedral y las labores de reparación.
Las horas pasan muy despacio, el sol comienza a calentar y el sofoco hace mella en el ánimo. Las cantimploras de agua se vacían deprisa, y te preguntas cuánto tardarán tus compañeros en volver...si lo hacen ¿Deberás enfrentarte solo a Aristarchus, Skae o quien sea? ¿Serán ellos los responsables?
El ajetreo del asentamiento va en aumento conforme pasan las horas, la gente va terminando sus quehaceres y se preparan con sus mejores ropas para asistir a la ceremonia. El abad Skae recibe a los primeros en la puerta de la catedral, no da la impresión de estar herido ¿le habrá sanado el adivinador tal como dijo? Junto a él se observa al hermano Severus pero ni rastro de Lamark. Tampoco tienes constancia de vuestro líder hasta que cuando empieza a atardecer sale de la posada camino de la consagración. El reguero de gente continúa e incluso llegan personas de fuera del asentamiento, al parecer el percance de por la mañana no ha influido en el ánimo de la gente.
Anochece y las puertas de la catedral se cierran, quedan unos pocos guardias de la milicia en las murallas. Sonido de pisadas rápidas y fuertes te llegan en la distancia; tras unos minutos puedes ver un grupo de perros de las arenas donde traen a tus compañeros con Kos'ke a la cabeza. No hay rastro de Esha Raine y ni signos de hostilidad. El jefe ashleen se despide de los acólitos y se marcha con sus hombres.
Cambio de escena