Dushan lleva a Kalet al aeropuerto de Nome, donde compra dos pasajes con destino a Nueva York, arreglándoselas de alguna manera para que le vendan los billetes sin aportar ninguna documentación. Al llegar los dos Garou van cambiando de un transporte público a otro a través de la laberíntica y abarrotada ciudad hasta la no menos luminosa y poblada Chinatown. Allí, tras regatear con un taxista durante lo que a Kalet se le antoja una eternidad, Dushan consigue que los lleven hasta un gimnasio de aspecto descuidado situado en la planta baja de un enorme edificio de apartamentos.
Al llamar a la puerta los Garou son recibidos por una joven china de aspecto serio vestida con un sobrio kimono negro. No parpadea ni titubea al ver las cicatrices de Dushan ni la corpulencia de Kalet, ni tampoco parece repelida por la Rabia de ambos Garou. Dushan suelta un bufido.
Supongo que sólo era cuestión de tiempo que esa cabezota terminase por aceptar a una aprendiz - le dice a Kalet. Después le dirige a la joven una rápida frase en chino e intenta entrar imponiéndose a la chica.
Kalet apenas la ve moverse.
El talón de la mano derecha de la chica golpea la nariz de Dushan, que chasquea cuando el hueso se rompe. Acto seguido le propina un codazo en el estómago y una patada en la entrepierna. Dushan acaba en el suelo sin aliento y sin saber qué parte de su cuerpo le duele más.
¡Joder! - protesta Dushan - ¿Qué coño pasa contigo, puta niñata de los cojones?
Estás siendo muy grosero, hengeyokai Hakken - responde ella con voz grave. Los ojos de Dushan se abren como platos por la sorpresa.
¿Mai Lin? ¿Pero qué demonios...?
Cállate y levanta del suelo. No te he golpeado tan fuerte. La próxima vez pide permiso antes de entrar en una casa ajena - le dirige la mirada a Kalet - ¿Tú también vas a ser grosero?...
El viaje resulta largo y tedioso; pero me alegro de dejar atrás la soledad y tener aparentemente un compañero con el que compartir algo...
La llegada a Nueva York excita todos mis sentidos. Soy consciente que en esta inmensa ciudad puedo encontrarme lo mejor y lo peor de nuestro mundo, y lo malo es que no tengo claro si sabré diferenciarlo cuando llegue el momento...
Dushan no me ha explicado anda, así que mantengo silencio y espero los acontecimientos, tratando de no meter la pata ante esta nueva comunidad desconocida para mí. contemplo impresionado la respuesta de la joven ante el garou, con una mano presta para desenfundar mi espada, pero consciente que un movimiento en falso podría estropear el plan de mi compañero. tras la exhibición de la china, y atendiendo sus palabras al referirse al garou, me vienen a la mente los cambiaformas orientales, que testifican el origen de la chica.
Ante sus palabras, alzo las manos en sentido de estar desarmado, como si no supiese ya ella que yo soy un arma en mi mismo, mientras digo: - tranquila, señorita Lin, yo sólo he acompañado a mi amigo hasta este lugar... -
Mai Lin mira a Kalet con evidente suspicacia - No soy "señorita Lin" - responde finalmente - Mai Lin es suficiente. Entrad.
Dushan se levanta mascullando maldiciones en un idioma extraño y acompaña a Kalet al interior del local. Se trata de un clásico dojo oriental cuyas paredes están atestadas de soportes de armas de todas clases y formas. La joven obliga a descalzarse a los Garou y les hace esperar en el tatami antes de poner ante ellos una bandeja con una tetera humeante y tres vasos.
Mai Lin ¿Qué te pasado? - pregunta Dushan mientras ella sirve el té - La última vez que te vi eras un guiñapo arrugado.
Cáncer - responde ella - No quise rendirme
Pero sigues siendo humana.
Señalar lo obvio no es señal de inteligencia ¿Qué queréis?
Te prometí que volvería cuando pudiera ayudarte. Él es Kalet. Es un tipo duro que conocí hace poco. Tenemos un trato. Él me ayuda a mí y después yo le ayudo a él.
¿Y le has contado a qué te está ayudando exactamente?
Me marché hace un año. Estoy seguro de que durante ese tiempo has hecho bastante más cosas que ese lifting tan chulo. Por favor, ponnos al día.
El labio de Mai Lin se tuerce en lo que podría pasar por una sonrisa. Luego clava su mirada en los ojos de kalet - Eres un lobo ¿Verdad? ¿Sabes pelear?...
Contemple a la vez entretenido y curioso cómo Dushan se asombra del nuevo aspecto de Mai Lin. Algo debe haberla pasado para incluso sorprender a un garou experimentado...
- Me alegra conocer de su recuperación - digo tratando de ser amistoso - Dushan no me ha contado gran cosa; pero, como ha dicho, tenemos un trato, así que la ayudaré sea lo que sea. Y sí, soy un... lobo y sé pelear - finalizao con seguridad en mi mismo.
No dudo que sepas golpear cosas - replica la joven - Te pregunto si sabes luchar.
Déjalo en paz, Mai Lin - protesta Dushan - Ya dejaste claro en una ocasión que hay muy pocas personas a la altura de tus expectativas.
Mi "expectativa" es no tener que ver a más aliados morir de forma estúpida - contesta ella - Y para eso hace falta luchar. Vosotros los láng sois tan fuertes de manera natural que es raro que aprendáis a hacer algo más que a destrozarlo todo con garras y colmillos. Y tampoco os cuesta mucho desperdiciar vuestra vida si creéis que es por el bien de vuestra Madre Esmeralda.
Estás exagerando. Además el cómo y el cuándo entregamos nuestras vidas es decisión nuestra.
Pero se convierte en mi problema cuando tengo que confiar en vosotros. Eliminar al Mandarín Gris es más importante que yo, que vosotros y que vuestro sentido de la tragedia - su mirada pasa de Dushan a Kalet - Eso es a lo que nos enfrentamos: un ser inmortal, hábilmente infiltrado entre los humanos, astuto, carente de piedad y con un montón de peones que lanzará contra nosotros. Algunos estarán corrompidos por el Yomi, y otros serán inocentes. No siempre serán fáciles de distinguir, y si empiezas a dejar un rastro de cadáveres no llegarás muy lejos.
Traducción - tercia Dushan - Buscamos a una especie de vampiro oriental que se hace llamar el Mandarin Gris, que ha comprado a políticos importnates y que tiene la capacidad de crear fomori que puede echarte encima. También usará a las autoridades humanas si le das la oportunidad.
¿Y bien? - le pregunta Mai Lin al Ronin - ¿Qué piensas? ¿Crees que sabrás luchar en esta guerra?:..
- Está claro que ya tienes una opinión formada de los nuestros, y que mis palabras no servirán para cambiarla. - contesto a Mai Lin - Sé luchar, y sé en que batallas meterme. Mi experiencia en combate no es extensa, pero poseo ciertas habilidades de nos serán útiles cuando llegue el momento. Dejé de ser un cachorro hace tiempo... - continuo haciendo un verdadero esfuerzo de control ante las palabras agresivas de la chica y retirando el lateral de mi abrigo mostrando la empuñadura de Ruina, muy callada últimamente, por cierto.
- Pareces saber mucho de nosotros, así que considero apropiado que me hables de tí antes de contestar a tu última pregunta -
Sé que la chica es más poderosa que yo, así que trato de controlar mi rabia para no quedar en evidencia ante la pareja.
Lo que sé de vosotros lo aprendí observando - responde ella - Si quieres saber sobre mí obsérvame y al mismo tiempo procura que no te maten.
Vayamos al grano - interviene Dushan - Necesitabas ayuda y te la estamos ofreciendo. Tómala o déjala.
La tomo. Mi objetivo es Fa Hui, el regente de La Casa de los Pétalos Azules.
Suena a burdel.
Lo es. Y al contrario que muchos de su clase no rechazan a los hombres blancos siempre que tengan dinero.
O sea, que nos hagamos pasar por puteros y creamos una distracción para ti ¿Es eso?
Con tu cara no te resultaría difícil hacerte pasar por alguien que tiene que pagarle a una mujer para acostarse con ella.
Espera que aviso a mi familia antes de morirme de la risa.
Salda tu deuda antes y así no tendré que vérmelas con tu fantasma atormentado - toma un sorbo de té - Habrá muchos vigilantes, tanto humanos como bakemono. No tengo muy claro si Hui mismo es un bakemono o un kuei-jin.
Un vampiro - aclara Dushan
Nunca he podido acercarme lo suficiente para distinguirlo. Es muy reservado y está muy bien protegido. Ni siquiera yo puedo meterme en una guarida de shen y salir con vida. Así que cuento con vosotros para crear una distracción...
- Está bien - contesto tras escuchar a ambos - haré lo que me digáis, ya que parece que lleváis tiempo detrás de esto. Háblame de los bakemono y los kuei-jin. Apenas he oido hablar de estos seres de donde vengo... -
Los Kuei-jin son cadáveres animados por almas que por algún motivo se escapan del ciclo de vida, muerte y reencarnación. Son criaturas en perpetuo desequilibrio con unos poderosos demonios interiores. Para mantenerse atadas a sus cuerpos, esas almas necesitan robar el Chi de los seres vivos, normalmente bebiendo su sangre. Con el tiempo aprenden a manipular el Chi para obtener poderes sobrenaturales que pueden llegar a ser inmensos. Muchos de ellos son nobles e intentan compensar los actos que les llevaron a convertirse en lo que son, mientras que otros se regodean en su monstruosidad y son a los que debo dar caza. El Mandarín Gris al que llevo persiguiendo es uno de ellos: un demonio cruel y sediento de sangre que ha creado todo un imperio a su alrededor sólo para asegurarse incontables víctimas a las que robarles el Chi.
Nada que no se haya visto hacer a cualquier Garrapata de las de por aquí cuando se las deja medrar a su aire - comenta Dushan. Mai Lin mira molesta a Dushan pero no le dice nada.
Los bakemono son humanos poseídos por espíritus impuros, lo que vosotros llamáis Perdiciones. Normalmente es el humano el que tiene que invitar al demonio a poseerlo sin saberlo o a propósito, pero los Kuei-Jin han creado rituales místicos que les permiten forzar esa unión, de forma que las Perdiciones consiguen cuerpos humanos a los que poseer y con los que divertirse y el Kuei-Jin consigue un ejército de sirvientes, matones y asesinos. Algunos retienen su aspecto humano, otros se transforman en criaturas deformes y monstruosas. Eso depende del tipo de Perdición que haya poseído el cuerpo de la víctima y del pacto que haya hecho con el Kuei-Jin. El humano ahí tiene poco o nada que decir.
Termina de apurar su taza de té - ¿Hay algo más que necesites saber?...