tras pasar horas durmiendo, el descanso fue placentero, al final no era tan incomodo el tren
-ya casi hemos llegado, nos dirijiremos a la reunion, mi jefe debe de estar esperandonos ya, nos a llevado mas de lo que pensamos-se levantoy fue a una maquina de donde salia agua-¿quieres un poco?
La verdad que no ha estado mal el suñecito en el tren, de no ser porque he tenido sueños intranquilos en los que me mataban de mil maneras.
Me despierto y Anderson esta despierto me habla de la reunion y me ofrece un vaso de agua que acepto de buena gana. Tengo la garganta reseca de cuando te despiertas y la boca pastosa. Al beberme el agua mi estomago gruñe pues quiera algo mas solido y de alimento.
Me abstengo de comentar nada pues hasta que no vaya con su jefe no creo que saque nada mas en claro.
el tren se detuvo en la estacion de Wasalt, la ciudad estaba levantada con edificios de metal, solian ser de escasas proporciones, algunos estaban cubiertos con telas de colores claros, un metodo casero de intentar aislar las casas del calor.
ya era de noche, aproximadamente las 22:00, el viaje, gracias al descanso no se hizo largo
-ya casi estamos-dijo Anderson subiendo a un vehiculo biplaza con el cual, el recorrido por la ciudad se hizo muy corto, Anderson parecia conocerse muy bien la ciudad y tambien un hombre de pocas palabras, ya que no volvió a hablar durante el camino.
llegaron a un parquing de lo que parecia, estaba situado detras de un edificio alto, como la arquitectura del lugar, estaba hecho de chapas y vigas de metal. pero al entrar, la sorpresa se hizo con Lester, por dentro era completamente diferente, como el tren, las paredes estaban forradas de madera, el suelo no era de arena si no que estaba cubierto de placas metalicas del color de la madera, en el centro del hall habia una mesa, donde estaba la recepcionista tecleando en un ordenador.
Anderson entro saludando a la joven y continuó por uno de los pasillos hasta llegar a una puerta, que al intentar habrirla, parecia estar cerrada por dentro y al ver que no podia abrirla, llamo.
Vaya, no sabia que habia tan cerca una urbanizacion tan ordenada.
Lester observa todo lo que ve con gran interes y asombro. Pensaba que todo era barbarie y trueque, los asentamientos que habia conocido no eran muy organizados y tenias que andar con mucho cuidado pues la gente a la minimo que le gustase algo de tu ropa, trataba de apropiarselo.