Jack no dijo nada, dejó que salieses sin hacer gestos de ningún tipo.
Alcanzaste a Khaty casi en el ascensor, esta se giró para atenderte – Adam, no entiendes nada – Dijo de forma maternal y por un momento se pensó si dejarte así con la intriga.
Pero prosiguió – No pretendía nada, sólo quería verte y no sabía que estabas reunido – Te agarró de la pechera de la camisa con gesto de "no tienes remedio" y se puso de puntillas para darte un ligero beso en los labios – Todo está en orden, sigue trabajando, nos vemos el fin de semana – Hacía mucho que no te daba un beso, quizás las cosas eran más simples de lo que parecía, aunque costaba de entender a una mujer.
Como un autómata me puso a caminar en dirección a mi despacho. Definitivamente, si alguien consiguiera desentrañar los misterios de la mente femenina sería merecedor del Premio Nobel. Eso si sería un descubrimiento y no el jodido viaje interestelar. Pasé sin darme cuenta por la zona de la cocina y cuando me dí cuenta estaba preparando dos Mascafé. No me pregunté siquiera si a Sugar le gustaba el Mascafé... ¡a todos les gusta el Mascafé! Al menos la publicidad que yo mismo había diseñado así lo afirmaba. Aunque Kathy... en fin.
Con las dos tazas humeantes en la mano regresé a mi despacho, volví a sentarme en mi asiente y tendí una de las tazas a mi interlocutor. Bebí afanosamente de la otra y, a la vez que me solazaba con la cremosidad de la bebida me encogí de hombros poniendo los ojos en blanco de pura estupefacción.
- Perdona, Jack... el tema de mi mujer es... complicado. Pero... pero no quiero hacer de ti mi psicoanalista. Ya voy a una terapeuta y la mayoría de las veces pienso que sólo sirve para sacarme los cuartos. - comenté con tono jocoso. - ¿Te parece que regresemos a lo nuestro? Me hablaba de Venus... sus puestas de Sol... las condiciones adversas en éste momento... ¿Cuál es la duración de un viaje a Venus? Cuando comenzó el proyecto en Marte los viajes interplanetarios aún no estaban tan avanzados como ahora y uno de los principales problemas para su colonización fue un trayecto excesivamente largo. Por supuesto esto simplemente cambió con un pequeño reajuste en la manera de pensar de la gente. Pero Venus... está bastante más lejos, ¿verdad?
Perdón si voy un poco "rápido" en mis post. Si va a pasarme algo antes de que llegue al despacho lo edito sin problema.
- Oh, gracias – Te dijo jack cuando le ofreciste uno de esos Mascafé que dejó cuidadosamente encima de la mesa. También decidió hacer “borrón y cuenta nueva” No era un tipo que se enojara con facilidad y bueno, tampoco tenía motivos para ello.
- Dependiendo de la posición de los planetas en ese momento, cuarenta millones de kilómetros en… aproximadamente un mes – De esto se notaba que si entendía el hombre – Oh… bueno, se hace un poco mesado el viaje, sobretodo por tener que ir tanta gente en un espacio tan reducido, pero… yo iba solo ¿Sabe? Por seguridad el piloto va en una cabina de forma totalmente incomunicada del contenedor de la gente – Contenedor, parecía que en vez de gente llevaba “borregos” pro mejor omitir ese tipo de cosas. Hasta tú sabías que un viaje de ese tipo tenía que ir programado al milímetro y no se podía dar media vuelta a mitad camino, estando el piloto aislado de los colonos, sus posibilidades de completar con éxito la misión se multiplicaban.
El resto de la entrevista transcurrió con normalidad pudiendo preguntar lo que quisiste, de forma automática, sin pensar siquiera en si era ético o no, tratabas de darle la vuelta a todo para verlo siempre como algo positivo.
Está bien así ^^ Puedes finalizar la entrevista, solo ten en cuenta que tu jornada laboral aún no ha finalizado.
La entrevísta llegaba a su fin y yo tenía todo cuanto podía desear. Un buen montón de información y datos de primera mano además de algunas fotos realmente convincentes de Sugar, de los dos juntos e incluso algún posado con Schoken* con el logo de la compañía a nuestras espaldas para darle mayor bombo corporativo. De cualquier manera a partir de aquella entrevista mi trabajo estaba destina a multiplicarse hasta límites que ni siquiera yo estaba preparado para afrontar pero, de cualquier modo, aquello era como una especie de droga que no me dejaba en paz si no obtenía una buena dosis.
- Está bien, Jack... creo que de momento eso es todo. Espero que no se haya hecho demasiado pesado. Por mi parte ha sido un verdadero placer conocerte y haber compartido contigo ésta entrevista. Una vez más... de verdad que lamento el "numerito de mi mujer".
Agité las manos como para quitarle importancia e hice una mueca que pretendió ser cómica y llamar a la complicidad de mi interlocutor.
- Con todo este material vamos a ponernos a trabajar de inmediato y muy probablemente saquemos en los próximos días una nota de prensa que sustente todo el proyecto que tenemos en mente para Venus con su visión sobre el mismo y... bueno, con alguna de las estupendas fotos que nos han tomado. Creo que ya has firmado todos los permisos sobre derechos de imagen y esas cosas, ¿verdad? Los de administración son verdaderamente implacables con la burocracia.
* Insisto... si me paso me dices.
Perdón por el mini-retraso.
Quedaron una fotos verdaderamente preciosas, tu a un lado, el piloto en medio y el señor Schoken al otro, dando la mayor importancia inconsciente al proyecto venus. A demás entre el jefe y tú, uno de los hombres más brillantes de la compañía.
Jack no le dio ninguna importancia a la visita sorpresa y dejasteis todos los flecos atados sobre los derechos de imagen, no habría ningún problema ¿O si?
Una vez el piloto se hubo marchado y tras haber comentado de forma resumida como habían ido las cosas, el jefe se miró el reloj y te comentó – Adam, tu conoces a Timothy ¿Podrías pasarte por su apartamento y ver si te enteras de algo? Me parece extraño que no haya dicho nada, tampoco responde al teléfono
Sugar dejó la redacción con una sonrisa en los labios. La misma sonrisa que yo mismo tenía tras su marcha. Tenía mucha información que se podría utilizar para pintar de verdadero color de rosa el camino hasta Venus. Los colonos harían cola para apuntarse a las nuevas expediciones y todo gracias al buen hacer del piloto y, porqué no decirlo, también a mi manera de trabajar. Venus era un lugar inexplorado y, en potencia, eso se traducía en grandes listas de "incomodidades" que los que quisieran subirse al carro habrían de conocer y estar dispuesto a sobrellevarlas. Pero eso no significaba que aquellos "contras" fuesen a utilizarse en las campañas de marketing, publicidad y promoción. Ese era precisamente mi fuerte.
- Sugar... qué tipo tan majo. - comenté casi para mi aunque estaba a escasa distancia de Schoken y, por lo tanto, era de suponer que me oía perfectamente. Su petición me pilló un poco por sorpresa. Tim me caía bien... pero no éramos amigos. Ni siquiera dos compañeros de trabajo con una relación especialmente estrecha o intensa en la oficina. Pero de cualquier modo aquello era poco menos que intrigante. El asunto se había borrado de mi mente a lo largo del día. Realmente lo había pasado bien con Jack Sugar y, aunque había sido un día de duro trabajo, lo había llevado con sentido del humor y un ambiente más que relajado. Tanto que ni lo de Timothy ni el hecho de que esa misma mañana habían "atentado" contra mi vida - santo cielo, suena fatal - me habían perturbado la concentración durante un minuto.
La petición del jefe me lo recordó. Pero todo sonaba lejano y difuso.
- Claro, Walter. Creo recordar la dirección casi con exactitud y luego... luego a ver qué demonios ha pasado con mi apartamento y la ventana que me han reventado a primera hora. ¡Menudo día! Voy a ver si recojo mi despacho, guardo las grabaciones de la entrevista con Sugar y me marcho... a menos que haya alguna otra cosa, Walter.
Ya lo tenías todo en mente, sabías como enfocar la campaña, como transformar lo negativo en positivo y hasta parecía que eras capaz de aplicarlo a tu propia vida. Schoken te dio una palmada en la espalda – Mantenme informado – Te dijo en general y se marchó a su despacho.
Quisiste organizarte un poco las cosas antes de salir y aún mantenías parte de tu sonrisa pese a todo, aunque te acordaste de los últimos acontecimientos.
Cogiste un taxi y fuiste a la dirección de Timothy, más que apartamento resultó que tenía una pequeña casita adosada en la periferia, bastante alejada de los precios imposibles del centro, pero no lo suficiente como para estar en uno de los barrios peligrosos, aunque cerca, pocas veces habías estado tan alejado de la ciudad.
Llegaste a su casa y llamaste al timbre, nada. Pero entonces te diste cuenta de que la puerta no estaba cerrada, y como para demostrarlo un gato pasó frotándose entre tus tobillos, empujó un poco la puerta y se coló dentro.
La casa de Timothy era pintoresca. Como una de esas casitas que salen en los anuncios de las inmobiliarias que anuncian "un mañana mejor". Sin embargo mi visión era mucho más subjetiva y pesimista. Si alguien buscaba un mañana mejor no lo encontraría en una de aquellas casas en un barrio perdido de la mano de dios en el maldito extrarradio. Por todos los cielos, Timothy debía de ganar suficiente como para permitirse un apartamento en la ciudad. Algo decente y no salido de las páginas de una revista de decoración de hacía cincuenta años.
Llamé al timbre y esperé a que me atendieran. Desde dónde estaba eché una mirada de soslayo a las ventanas que daban a la fachada. Eso si... tener las ventanas intactas era un lujo que no estaba a mi alcance en aquellos momentos. Volví a llamar y seguí esperando. ¿Se habría marchado precipitadamente? ¿Quizá alguna llamada de un familiar... una enfermedad... o una muerte en la fami...?
- Dios!!! - grité presa de un absurdo pánico. Aquel gato que me había pasado por debajo de las piernas y había entrado en la casa mostrándome, primero que la puerta estaba entreabierta y, segundo, que yo era más estúpido que un felino, me había dado un susto de muerte. Miré alrededor para asegurarme que nadie me había visto hacer un ridículo tan espantoso. Después empujé la hoja y comencé a entrar en la casa.
- Tim... Timothy... Soy yo, Adam. Adam Aldridge... del trabajo. ¿Hola?
La puerta chirrió suavemente, entraste, se escuchaba algo... un televisor, te acercaste hacía allí para ver un bulto en el suelo en la ventana del comedor.
El gato estaba allí, entonces lo identificaste todo, el bulto era el cuerpo de Timothy y el gato... el gato estaba lamiendo la sangre que había en el suelo. Entonces el gato te miró, erizó su pelaje ¿Te iba a atacar? Escuchaste un ligero sonido a tu espalda, demasiado tarde. Algo te golpeó en la nuca y perdiste el conocimiento. Fundido en negro.
Fin de la primera parte