Partida Rol por web

Lily recorría el hotel de acá para allá, revoloteando de un lado para otro cambiando las cosas de sitio o eligiendo este o tal pastelillo, dándole un leve mordisquito y acto seguido abandonándolo en alguna mesa. Con una sonrisa, arrastra de la mano a Nat hacia la habitación de su madre, donde saluda tímidamente y, con la vocecilla más dulce que es capaz de poner, pregunta, -¿Puede Nat quedarse a dormir, por favor, por favor, mamá?

Sin esperar respuesta, pues la sabe perfectamente, sale de la habitación, corriendo como siempre, y baja las escaleras saltando una tras otra. Una vez en el carro, abraza a su amiga, -¡Y yo no podría tener una amiga mejor!, exclama. Se revuelve en su asiento y se coloca hacia atrás.

-¿Qué pasa hoy en el pueblo? ¿No habrá venido alguien interesante y nos lo vamos a perder?, agarrándose bastante precariamente, se inclina hacia adelante y aparece entre el sirviente y su mujer. -Hoooola, sonríe inocentemente, ¿no sabréis qué pasa hoy en la ciudad?, abre la sonrisa, como si así fuera a obtener una mejor respuesta.

Nat sonríe a su amiga constantemente. Esa vitalidad y despreocupación eran dignas de admirar. Y eso era lo que hacía Natalie, precisamente la admiraba e incluso la envidiaba un poco. Pero jamás en el mal sentido, le encantaba que fuese así y pensaba que cuando estaba con ella se le pegaba un poco de esas características.

Esperó sonriendo a que los sirvientes respondiesen, pues ella también sentía curiosidad, que eso tampoco se lo quitaba nadie.

La pareja se miró y miró a su alrededor.

- Pue la verdá es que no tenemos idea, señorita...

Seguisteis el camino un par de minutos más antes de que el lechero del pueblo, Maureen, se os acercase sin aliento.

- ¿Señorita Lewis? ¿Sois vos? ¡¡Si, si que sois!! ¡Que sorpresa! Tomó aliento, parecía que llevase un buen rato corriendo. Miró a todos los acompañantes, y la carreta. ¿Os vais de paseo? ¿de viaje?

Sonrió lo mejor que pudo, su cara estaba toda roja del esfuerzo.

Los dos sirvientes os miraron, por si no queríais seguir esa conversación y tenían que intervenir o algo, aunque el lechero era bien conocido por todos, y era un hombretón gordo y amable.

Natalie no tardó en responderle tranquilamente y con una amable sonrisa.

Buenas, Maureen. Sí, vamos de paseo. Dijo simplemente sin sonar borde. Debería tomarse su trabajo con más calma. ¿A qué vienen tantas prisas? Preguntó con curiosidad y por sacar algun tema, tampoco era plan de despacharle tan pronto. Era un hombre amable, algo cotilla, pero amable al fin y al cabo.

El hombre se puso más nervioso.

- ¿Prisas? Ay, no, señorita, ya sabe, las vacas...la leche, las botellas que se rompen...esas cosas... ¿Y dónde has dicho que vais de paseo? Sonrió amablemente, aun resoplando.

La joven frunció el ceño, celosa de que saludaran a su amiga y de que a ella la obviaran. Se inclinó en el carruaje, mostrando un amplio y bien lleno escote. Buenos días, Maureen, sonrió abiertamente y regaló una mirada pícara a su amiga.

Oiga, ¿no sabrá usted a qué viene tanto revuelo en el pueblo?, se ajustó el corsé y se volvió a sentar correctamente en su lugar, algo ansiosa.

Maureen sonrió amablemente y resopló de nuevo, y pareció que ese ultimo fue el que le devolvió la calma.

- ¿El revuelo? Ni idea, ya sabes, alguien que habrá corrido algún rumor por ahí...yo no se nada. Se encogió de hombros. Hacen ustedes bien lléndose por ahí de picnic y dejando las cosas banales del pueblo en el pueblo. Un respiro, ya saben... jejeje. ¿Y a dónde me dijeron que iban?

Natalie rió de forma breve pero natural. Nada de mofas.

De paseo, Maureen, vamos de paseo. No tenemos ningun destino fijo. Cuando veamos algun lugar bonito pararemos. Dijo encogiendose de hombros y mirando a Lily. Por si ella tenía alguna idea.

Aunque debía admitir que su vena curiosa se había activado con tanto rumor y revuelo.

Maureen os devolvió la sonrisa.

- Me han dicho que Zumblebee Hill está particularmente hermoso ahora, con todas esas florecillas y maripositas...y no está muy lejos de aquí...Bueno, Usted sabe, unos cuantos minutos más en carreta.

Miró a tus criados, como buscando su aprobación sobre la dirección que os había dado. Ellos asintieron de acuerdo con la referencia.

Natalie miró a los criados y viendo que asentían se encogió de hombros y seguidamente sonrió al hombre.

Pues muchas gracias, Maureen. Creo que iremos allí. La verdad es que me apetece mucho ver un lugar tan hermoso como el que describes. Dijo con una encantadora sonrisa, típica de Nat.

Si no tenían nada más que decir al respecto, se despediría del hombre, y se dirigirían a ese lugar.

Lily asintió, sonriendo e hizo un gesto a sus criados, mostrándoles que ya podían continuar con la marcha.

-Si de verdad está lleno de mariposas, ha de ser muy bello. Esperemos que siga haciendo buen día, podríamos recoger flores y llevárselas a mi madre, ponerlas por el hotel...

La joven miraba hacia el horizonte, con un brazo apoyado en el carro, deseando tener alas de mariposa y volar en un primaveral día de sol.