El desayuno transcurre con tranquilidad, y cuando termináis, entre los dos, revisáis el equipaje, que esté todo (y en su sitio) y cuando pensáis que todo está listo, os vestís y arreglais, amen de preparar tú misma el equipaje para una semana.
Realmente tu casa no esta muy lejos, un paseito en caballo, el problema es que no tenías caballo, y el camino hacia el pueblo era cuesta arriba...con lo que preferías no tener que dar muchas vueltas...
Una vez todo listo y la casa cerrada os montáis los dos en la carreta que hace de transporte y os dirigís a la casa-hotel de los señores Pole.
Natalie estaba entre nerviosa, preocupada y emocionada.
Nerviosa por el concurso, preocupada por su padre, pues no estaba muy segura de que no fuese a meterse en algun problema o a estar a salvo y emocionada por pasar tiempo con su amiga Lily. Hacía mucho que no pasaba tiempo con ella y la echaba de menos. Le ponía la cabeza como un bombo con todas sus chorradas de las que ella hacía un mundo, pero aún así la hacía sonreír y le encantaba escucharla y aconsejarla.
El camino se hace silencioso, excepto por algunas preguntas por parte de ella del tipo: ¿Seguro que lo tienes todo? o Acuerdate de lo que te he dicho.
El viaje es tranquilo, y vais hablando calmadamente. Tu padre te responde que si a todos tus consejos, como si fuese un niño, con sies largos e infantiles.
Cuando llegasteis al hotel de la familia Pole agradeciste bajar de aquel carromato, que te dejaba siempre el culo como una tabla. Tu padre comenzó a hablar con uno de los sirvientes, y al poco salió el Señor Pole, el elegante padre de Lily. Era tan diferente al tuyo propio que no pudiste sonreír por la comparación.
- No, no hay problema alguno, ya lo sabes, Roger.
- Uff, muchísimas gracias. Ya sabes la cabeza que tengo, que se me olvidan las cosas, y con los nervios del certamen este y todo eso...uff...si es que no se aun cómo no he hecho explotar la casa...bueno, si lo se... Dijo tu padre sonriéndote.
El padre de Lily rió con suavidad y te habló a ti.
- ¿Has desayunado ya? Lily está por ahí devorando unos bollitos de leche...si nos damos prisa puede que pillemos alguno vivo...
Natalie asiente sonriendo, cogiendo su maleta con ambas manos, delante de su regazo. Perfectamente podían haberse intercambiado Lily y ella al nacer. Por el carácter, Natalie podía haber sido hija de los Pole y Lily hija de su padre.
Sonríe ante este pensamiento.
No se preocupe señor Pole, ya he desayunado. Dice de nuevo sonriendo. Luego se dirige a su padre y le da un fuerte y cálido abrazo de despedida. No quería llorar. Mucha suerte papá. Lo conseguirás. Le dice finalmente.
El señor Pole sonríe cuando os despedís. Tu padre te devuelve el beso y te abraza, él si que no puede evitar unas lagrimillas...seguramente esté pensando que eres su niña y que no quiere dejarte por ahí, o que ya te estás haciendo mayor...o que sin ti seguramente termine con los calzoncillos en la cabeza.
Sea como fuere, termina despegándose de ti y dándote otro sonoro beso. Se limpia las lagrimillas con la manga y se acerca de nuevo al señor Pole, al que da unas palmadas en el hombro.
- Muchas gracias de nuevo.
- Nada, hombre. Mucha suerte en la feria, y déjalos patas arriba a todos.
- Lo haré, lo haré, eso no lo dudes
Os despedís finalmente de tu padre y el señor Pole te mira con una sonrisa.
- Lily estaba diciendo de ir a buscarte para hacer un picnic y que os tostáseis al sol, veo que ya has venido tu solita. Te sonrió cordialmente. Vamos dentro...
Sonríe. Típica respuesta de Lily.
Asiente, cogiendo su maleta de nuevo y entrando a la casa junto al Señor Pole. Echaría de menos a su padre y pensaría mucho en él, pero sabía que en esa casa estaría como en familia y que con la alocada de Lily no se iba a aburrir precisamente. Esperaba pasar muchas locuras con ella. Siempre sacaba su lado aventurero.
Y con el saborcillo de la aventura en los labios, subes las escaleras con el señor de Pole.
El olorcillo a bollo recién horneado te inunda, y el de café, tostadas y miel...Dios, esa casa si que huele bien. Una sonrisilla estúpida se dibuja en tu rostro y el señor Pole te indica una puerta.
- ¿De verdad que no quieres comer nada?
Os dirigís hasta la puerta y sonríe. Ve pasando, yo voy a avisar al servicio para que preparen las cosas...
Natalie asiente.
Seguro, estoy llena, por muy bien que huela todo. Dice con una sonrisa llevándose una mano al estómago.
Vuelve a asentirle y se dispone a entrar en la sala, como le habían indicado. Tenía muchas ganas de abrazar y ver a su amiga, y que le contase los últimos cotilleos que le habían ocurrido. Sus aventuras eran casi más divertidas que la de algunos libros y le encantaba la pasión con las que las explicaba. Admiraba a su amiga.
Seguimso en el prólogo de Lily y Nataly