Partida Rol por web

Uno de los guardias que estan frente a vosotros se os encara un poco más.

El Enclave solo existe para restablecer el orden y llevar a este país a lo que era. dice sin más. 

Detrás de él, aparecen los dos soldados que habían entrado a la habitación, con salpicaduras de sangre en los brazos.

Creo que deberíamos acabar con ellos, ya nos están entreteniendo demasiado como para seguir con esta tontería... dice uno de los recién llegados.

Asesinos confesos. Como si quedara alguna de lo que son estos tíos, veo como un par de ellos aparece a través del vano de la puerta con una manchas de color rojo bastante características.
Ni siquiera los miro mientras hablan.
Pues si ellos comentan lo de agujerear nos, yo se lo que hay que hacer con esta gente.

Ves que sus armas parecen estar dotadas de una energía no-conocida por los refugiados. Su escudo es electromagnético así que puede desconectarse por la batería de la espalda.

Y de pronto, todos mis compañeros ven como agacho la cabeza y me pongo en tensión. Miro fijamente un punto, un cable que sale de la espalda de los trajes de estos tíos y que acaba conectado, en una especie de nexo que distribuye la energía por la armadura de estos tios.
En un susurro apenas audible para mis compañeros y, muy deprisa mientras los imbéciles siguen con su charla, digo.
Los cables, esos cables a sus espaldas les suministran energía. Si esto se pone peor, hemos de arrancarlos. así, pelearemos en igualdad de condiciones.

Tsk.. ¿descuidas que llevan armas? - responde con tono vacilón a su amigo. - Bueno.. ¿vais a matarnos? la verdad es que si lo que queréis és que el mundo vaya a ser como lo era antes según decís.. se va a necesitar a gente para que esto se pueda llevar a cabo. - les explica a los soldados - Así que nos gustaría unirnos a El Enclave. Estaríamos dispuestos a conseguir que el mundo sea un poco mejor. - Phil guiña un ojo a Gun sin que se enteren antes de dar un par de pasos hacia ellos mientras les pide para unirse a ellos con total tranquilidad y serenidad, con las manos en los bolsillos y su sombrero bien colocado.

Contengo mi sonrisa al oír el tono de Phill y su guiño. Pero sigo sin perder de vista a estos desgraciados por lo que pueda pasar.
Al fin y al cabo, hemos visto sus métodos y de lo que son capaces. Y, por tanto, no me apetece acabar con algún agujero de mas en mi cuerpo.
Afortunadamente, los tíos que tenemos delante parecen decididamente imbéciles. Y la táctica de Phill para ganar tiempo, parece que funciona.

Los cuatro soldados ya se han alineado fuera de la sala y parecen sorprendidos.

¿ Estos mocosos en El Enclave ? añade uno de los que se han encargado de la mujer. Dudo que el Presidente les tenga un lugar guardado...

Otro de ellos ríe y añade:

Deberemos exterminarles pues. ¡Con nosotros o con Hades!

Mientras tanto, los otros dos parecen meditar algo. Callan y se miran de vez en cuando.

Suenan los seguros de las armas de los guardias que acaban de hablar.

Un momento, un momento. Digo mientras enseño mis manos vacias.

Esto... yo estoy con vosotros, claro, pero, antes de acribillarnos, ¿podriáis explicarme que demonios es Hades? Sólo el nombre me hiela la sangre.

Tienes que ganar tiempo, Rick, sólo un poco más de tiempo.

Mientras los hombres se acercan con su brazo derecho recto y con la mano abierta para poder adaptarla a vuestros cuellos, uno de ellos te contesta:

Hades, señor del inframundo, cuidará de tu alma cuando llegues a él...

*Glup*

Se escucha cuando trago con fuerza saliva al mismo tiempo que la adrenalina comienza a recorrer mi cuerpo.

Miro a un lado, miro a otro, mientras mis compañeros están allí de pie estudiando la escena.

¡Cuidado! Grito con fuerza al mismo tiempo que señalo la espalda de los cuatro enemigos que se ciernen sobre nosotros.

Acto seguido, salgo corriendo, escapando de allí.

Y no necesito ninguna otra señal, para dar un salto quitandome de en medio y, a continuación, salir disparado tras Rick.
Vamos, es que hago una demostración de reflejos espectacular. Y mientras corro, digo entre dientes.
Con que Enclave. Ya pillare alguna arma y les devolvere la atención a estos desgraciados.
Y dicho esto, acelero mi carrera tras Rick.

Detrás de sus compañeros, Phil sale corriendo a todo gas mientras remugaba. - Hijos de puta.. me acordaré de eso.. me las vais a pagar.. maricones.. - y demás oraciones incomprensibles.

Comienzo a correr sin parar, escapando de los enemigos que hablan de un tal Hades.

Corro y corro, no dejo de correr.

Recuerdo donde está la salida de esta tumba, sólo espero que no haya más de estos bichos esperándonos fuera.

¡Vamos gente!, ¡no os quedéis atras!.
Por supuesto, continuo corriendo mientras digo esto. Sin embargo, miro hacia atrás y he aqui que Phill, no ha estado muy ágil precisamente.
Me detengo y me pongo a cubierto tras una esquina y saco la botella de bourbon del bolsillo interior en donde la llevo.
Y tras mascullar una maldición, abro la botella, arranco un trozo de tela de mi chaqueta y lo empapo en el bourbon.
Meto casi toda la tela por el gollete de la botella y tan solo, dejo colgando un poco de tela desde la boca de la misma.
Apoyo la botella en el suelo y extiendo el trozo de tela empapado en alcohol. Lo piso y lo arrastro por el suelo.
Y tal y como era de preever, los tornillos de la suela de mi bota provocan la chispa necesaria para prender el trozo de tela empapado en alcohol.
Agarro la botella y digo entre dientes.
Ojala se os atragante mal nacidos hijos de puta.
Casi estampo la botella contra la pared en mi prisa por lanzarla. Pero finalmente, la botella sale volando describiendo un arco aceptable.
Sonrío con ferocidad cuando se estampa contra el casco de uno de los imbéciles. Y yo, aprovecho la circunstancia y digo.
Ahora Phill!. ¡Acelera de una puñetera vez joder!
Y dicho esto, me giro y prosigo mi carrera hacia la salida

Phil ve de lejos lo que su compañero pretende y arranca a correr más deprisa, lo que hace que se le vuele el sombrero - ¡Mierda! - grita mientras pega un frenazo en seco para luego volver a recojerlo rápidamente y seguir a los demás. Al agacharse a cojer su caxo de ropa tan preciado no se da cuenta de que Gun ha lanzado su improvisado cóctel a los de El Enclave. - ¡Estáis loc..! - ¡Booooom! escucha a su espalda al ver inflamarse a esos jodidos - ¡¡JaJaJaJa!!

El resto de minutos fueron demasiado deprisa como para ser recordados con lucidez.

Cada uno de los soldados parecía haberse hecho con cada uno de los cuellos de los chicos. Los dominaban sin dificultad y sus pesadas armaduras resistían con desdén los mamporros de éstos. Repiten con un tono gris que les han obligado a ello y que pronto pasará todo. Actúan sin demasiados pensamientos.

La vista perdía opacidad, perdía color, perdía toda tonalidad hasta apagarse. Los ojos se os cierran y notáis que vuestro peso desaparece y la gravedad brilla por su ausencia.