Azazel, bastante contrariado se muerde el labio para no hablar de más.
Ahora entiendo por que los comerciantes no quieren venir aquí...
Me recuesto contra la piedra y me duermo, luego de un rato, al despertar veo que todavía no pasaba nada y me huele a que no había nadie dentro del templo, es por eso que me puse a hacer ruidos de ronquidos, para alterar a los monjes y ver hasta que punto nos decían la verdad...
Aunque había transcurrido una hora, nadie había salido del templo aún.
Los sacerdotes, cuando decidisteis esperar fuera, entraron dentro del templo y no los habéis vuelto a ver.
Por los alrededor tampoco pasaba gente ni nada así. Como mucho algún que otro visitante que cruzaba el puente para poder ver el templo con sus propios ojos. Pero, al intentar entrar a verlo y hablar unas palabras con los sacerdotes, entraban para salir apenas cinco minutos después.
Salvo eso, transcurren un par de horas más.
¿Hacéis algo?