Y finalmente se pusieron en marcha hacia el pueblo. La mente de Feng solo pensaba ya en comida, cerveza y en cómo podría ser su dragón ¿Cuanto tardaría en nacer? ¿Le reconocería nada más salir del cascarón?.
El semiorco comenzó a devorar con avidez la carne asada que le presentaron en la celebración, normalmente Feng hablaría en voz alta, casi gritando, contando una y otra vez sus azañas en la cueva y como encontró el huevo, pero esta vez no. Los recuerdos de su buen amigo el mediano, como encontró la muerte y como se llevaron su cuerpo sin que él pudiese hacer nada, recuerdos de las aventuras, de como le tomaba el pelo con bromas que el semiorco no comprendía la mayoría de las veces pero hacían reír al resto. Feng levantó la jarra de cerveza, miró a Eco y asintió con la cabeza antes de vaciarla de un solo trago, largo, solemne -Por él- Solo fue un susurro entre el griterío que se alzaba a su alrededor, volvió a llevar su copa -Por lo que hemoz vivido juntoz- Otro gran trago para vaciarla. Feng tomó una jarra vacía más, la lleno y la dejó junto a él -Ezta ez la tuya pezqueño amigo, siempre te recordaremoz-
Hoy no habría una celebración para el semiorco, honraría a su amigo, comedia y bebería hasta no poder mas.
Vio el ave acercarse hacia Arkannam y decidio aproximarse para poder brindar con su líder.
Cuando Feng levantó la copa Eco entendió perfectamente el significado y levantó la suya al unísono, había estado demasiado callado para lo que era él y entendía el porqué.