Partida Rol por web

.- Creo que no nos cruzamos con ellos, aunque en esta ciudad hay mucha gente y muy variopinta, por lo que es fácil pasar desapercibido .- Brandir estaba extrañado con esa pregunta por lo que mientras Brielle miraba sus heridas preguntó .- Gorak, la curiosidad me carcome, de que se trata ese asunto? si es que podeis contarlo...

- Mientras estabais dentro me dediqué a investigar por aquí y descubrí que en una posada cercana esta mañana había desaparecido en extrañas circunstancias la hija de los posaderos así como uno de los empleados de la posada. La habitación de él estaba limpia como una patena no había dejado nada pero la de ella ... estaba impoluta. Todo en su sitio. No faltaba nada. Es muy extraño. Además les faltaba un caballo del establo y sus huellas entraban en la Ciudad. - digo mirando al Montaraz. Te podrás imaginar que los posaderos están destrozados.

- En principio parece que no tiene nada que ver con nuestra misión. Aunque quién sabe. A lo mejor nos sorprenden con alguna trama en común.

Brielle escuchaba al enano. ¿Qué demonios pasaba en esa ciudad, es que todos tenían malas intenciones?, pensaba algo consternada la mujer de los bosques. Ahora entendía mejor algunos de los comentarios que oía decir a su gente sobre las ciudades. Sin duda había aprendido que una no se podía despistar en ningún momento.

Aprovechando el descanso mientras esperaban al haradan, aprovechó para tratarse mejor sus heridas y las de su compañero Brandir.

Mientras Gorak pone al día a los dos hombres del bosque me dedico a buscar ramas por las cercanías para hacer fuego más tarde si decidimos quedarnos aquí. De paso observo si hay algo comestible por los alrededores, no soy muy buen forrajeador la verdad ya que en La Comarca más bien me pasaba por las tiendas a recoger la compra para casa. Pero tras un tiempo viajando he aprendido a no envenenarme con la primera seta que vea, aunque desgraciadamente puede ser con la segunda.

Tras recoger un buen puñado de ramas, las coloco cerca del grupo y me dispongo a apoyar mi espalda en un árbol y descansar un poco.

Mientras esperan por el sureño, la mujer de los bosques recurre a su magia de nuevo. Concentrándose, aplica sus poderes curativos sobre ella misma y todos podéis ver como el moretón que tiene en un lado del rostro desaparece volviendo de nuevo la piel limpia y tersa. Después, aprovechando las ramas que ha traído el hobbit, enciende un pequeño fuego donde prepara una infusión usando uno de los cazos del mediano. Recogiendo agua del arroyo, la pone a hervir mientras machaca un puñado de hojas verdosas que hay sacado de su zurrón. Cuando las ha convertido en polvo, las echa en el agua y las remueve antes de dárselo a Brandir. El hombre nota como la infusión le insufla nuevas energías, ayudándole a curar la herida del costado mucho mas deprisa.