Tras haber ayudado a Brandir a traer a su perseguidor, Brielle se quedó en segundo plano observando a sus nuevos compañeros actuar. No se sentía cómoda intimidando a la gente, e incluso le llegaba a dar cierto miedo. En sus adentros sabía que tenía que recomponerse, pues seguro que se iban a encontrar con pruebas cada vez más difíciles y peligrosas.
Por lo se quedó a la escucha y callada en todo momento mientras duró el interrogatorio.
Observo al hombre. Me preocupa que los bandidos sepan ya de nosotros y sobre todo que nos estén esperando. Eso puede dificultar mucho que logremos recuperar el cuerno y más que salgamos con vida.
Me muestro pensativo y digo:
- ¿Cómo te comunicas con ellos? O están cerca o usa algún método como palomas mensajeras...en La Comarca las usan los Tuk a veces...
-La ciudad no está tan lejos, y tenemos mensajeros rápidos -afirmó con arrogancia el joven antes de que Gorak le tapara la boca con un trapo. Después el enano le ató las manos y pies y lo echó sobre la grupa del caballo de Ahrimán. El Haradrim lo tapó con una de sus mantas de viaje y continuaron el camino ahora mirando a todas partes ¿Era este el único espía o habrían más?
Unas pocas horas más tarde, cuando el pálido sol estaba en lo más alto del cielo, alcanzasteis vuestro objetivo. El asentamiento se encontraba entre las hondonadas y los barrancos al sur del Bosque Negro. Un torrencial arroyo llegaba hasta la ciudad recorriendo treinta kilómetros desde las lindes del bosque. La ciudad tenía el aspecto de un carnaval fúnebre. La componía una abigarrada mezcla de edificios que iban desde las chabolas y chozas de los pobres hasta las amplias estancias de la posada del "Caballo Furioso" o el edificio del Clan de los Ladrones. Los barrancos que canalizaban sus calles de troncos formaban un impresionante laberinto a los ojos de alguien que no los conociera.
Apenas a cien metros del comienzo de la ciudad podéis divisar la primera línea de edificios. Os llama la atención la posada, un complejo impresionante en los límites de la ciudad, formada por una gran patio vallado y unos establos adyacentes a un macizo edificio principal. La posada está hecha de ladrillos, con alegres ventanas y una amplia puerta.
Justo delante de la ciudad se encuentra el mercado. Un gran conjunto de casetas de madera construídas sobre una llanura de césped. Hoy parecer ser día de mercado porque se encuentra abarrotado de personas que van y vienen entre los diferentes puestos. Los vendedores gritan sus géneros y los clientes examina, compran y regatean los diferentes artículos.
Brandir se acercó a Gorak y al maese Mutfast antes de entrar en la ciudad, si este chico nos estaba espiando probablemente sepan quienes somos y como somos, y por lo visto dificil va a ser no reconocer a un enano viajando junto a un hobbit .- ya hemos llegado... creo que será mejor que os oculteis hasta que el sol este más bajo, Brielle y yo podemos camuflarnos mejor y no ser reconocidos, por que como os imaginais, seguro que tendremos un comite de bienvenida... y no... no nos van a dar regalos ni ofrendas, seguro que nos están esperando .- Espero que se acercará el haradrim .- Ahrimán será mejor que busqueis algún lugar donde esconder el fardo e interrogarlo profundamente... si quereis Brielle y yo iremos ocultos en nuestras capas hasta la guarida para hacer una primera inspección de lugar, nos reunimos al anochecer a las puertas de la ciudad, os parece bien?
Escucho las palabras del hombre de los bosques atentamente. Realmente tiene razón, no creo que haya muchos Hobbits en esta zona. Y enanos aunque más viajeros que los miembros de mi pueblo no creo que haya muchos.
- Tienes razón Brandir, es posible que sean capaces de descubrirnos fácilmente...si mi amigo Gorak está de acuerdo nos ocultaremos cerca de la entrada del pueblo...puede que veamos de paso a alguno de los correos urgentes de los ladrones...si averiguamos que ruta siguen por el bosque podríamos atrapar a uno de ellos y saber algo más...
El joven ladrón dijo que tenían correos, seguramente sigan rutas seguras por el bosque hacia la guarida para evitar a los guardias o intromisiones. Si Ahrimán logra sacar algo más del ladrón podríamos saber más cosas de ese gremio de bandidos.
- Grrr. Aunque no me guste quedarme al margen. Creo que tienes razón humano. Mutfast y yo nos quedaremos cerca de la entrada. Si teneis problemas mandad al Halcón y entraremos a saco. - digo mirando a Brandir. Esperaremos hasta que se ponga el sol. Si no tenemos noticias vuestras en ese momento buscaremos a Ahrimán y entraremos. Mientras tanto vigilaremos todo movimiento sospechoso.
Brielle asintió a su compañero.
- Bien, supongo que tienes razón, mejor vayamos nosotros a ver que podemos descubrir de la cofradía. - comentó la mujer. Luego miró alrededor para cerciorarse de que ningún oído indiscreto estaba escuchando la conversación. Luego se quedó pensativa unos instantes, sabía que sería peligroso pero se habían comprometido a esa misión así que ahora era su deber actuar de la mejor forma posible.
Sin darse cuenta, estaba agarrando fuertemente su lanza, con la mano derecha.