Un grupo de reclusos del Centro Psiquiátrico de MenteFeliz intenta fugarse de su reclusión con un claro objetivo... ¡comprar tabaco!
El Centro Psiquiátrico MenteFeliz es un lugar bastante particular incluso para una institución de su clase. Aquí estamos los casos perdidos, los rebotados de consultas de psicólogos y psiquiatras que no han tenido paciencia suficiente como para tratar con nosotros.
Y aquí no se vive del todo mal, la verdad sea dicha. Por la mañana nuestro chute de alucinógenos: unas pastillitas azules, otras rojas, otras amarillas... ¡nosotros nos las intercambiamos para que los colores hagan juego! Las pastillas nos deja más de medio día flotando entre nubes rosa de algodón, habitadas por elefantes morados que tocan el arpa y bailan al compás, es muy divertido. Luego, a la hora de la comida, un poquito de Prozac nos levanta el ánimo y nos mantiene despiertos para poder ver la telenovela de la tarde, una cita ineludible que a todos nos encanta... ¿o no? No lo se, la verdad, no lo recuerdo. ¿Por donde iba? Ah si, cuando ya atardece llega el momento de nuestra partida de bingo, ¡que bien lo pasamos!...
... ¡o lo pasábamos!
Pues hace unas semanas, en un oscuro día tormentoso, todo cambió. Nos asignaron una nueva enfermera jefe: ¡¡Miss Brown!! Día aciago como ninguno. Maldita sean ella y sus normas, hija de un sapo y una comadreja, enviada del diablo. ¡Maldita sea ella y todas sus curvas! Nada más llegar instauró la ley anti-tabaco en el centro y nos jodió vivos... ¡ups! Dije jodió, lo siento... ¡vaya! Lo he vuelto a repetir, ¡joder!... disculpen… no he sido yo…
¡¡Pero ella bien que se mete entre pecho y espalda sus buenos puros habanos!! ¡Y además delante nuestra! ¡A cara de perro!
La vida para la mayoría de los internos no ha cambiado demasiado, aunque el puré ahora es de peor calidad y la bruja de Miss Brown nos obliga a comerlo aunque sea con el embudo. Sin embargo para nosotros seis, los fumadores, estas dos últimas semanas se han convertido en un infierno. Ya no podemos más, hemos de terminar con este suplicio de abstinencia o el mono acabará con nosotros... ¿un mono?... ¿Dónde? ¿Dónde?.. ¡Calla, que no es contigo!... ¡yo quiero ver al mono, fu!... ¡calla!
Lo hemos pensado y la única opción que nos queda es escapar del psiquiátrico. No hay otra salida, tenemos que huir como en la película esa, La Gran Evasión… ¡Que Guay! ¡Yo me pido a Steve McQueen!... No, no, ¿qué dices? ¡Steve McQueen soy yo!... ¡Ainsss, estaba tan chulo él con su pelota y su guante de baseball!... ¡Que te calles te digo!
Tenemos que idear un plan y escapar de aquí, hay que conseguir tabaco como sea. Si no consigo fumar algo pronto me volveré loco... ¿loco?... nah, eso es imposible... ¿o no?...
Partida de prueba para el I Torneo de RPW.
Sólo por invitación.
Escena para desbarradas varias.
Información para mejorar la ambientación.