Partida Rol por web

-Supongo que por \"minúscula población\" que defiende a \"cierta gente\" se refiere a mutantes que defienden a mutantes. Hmmmmmm? -un farol arriesgado en estos tiempos de xenofobia, pero Paul no cree que anda errado- Sea más explícito, por favor. Como puede comprobar mis recursos son escasos y mientras que usted me ofrece algo, en fin, algo vago pero aun así interesante, yo me veo en la necesidad de negociar con el rumbo que tomará mi vida.

Paul observa al desconocido visitante con nuevos ojos. Aquello parecía bastante más interesante que lo que se había imaginado. Aunque todavía quedaban bastantes puntos negros que necesitaban aclararse antes de poder decidirse. Decide seguir hablando. Su voz es untuosa, agradable y sincera. Toda su atención está volcada en aquel misterioso individuo de aspecto fascinante y en la asociación a la que dice pertenecer. Quiere saber más. Deseoso de comprobar que todo parece limpio. Deseoso de compartir ideales elevados. Deseoso de formar parte de aquello. Pero antes necesita información para decidirse.

-¿Cuentan con algún lider? O algún círculo interno, algo ¿Verdad? -reconsidera su pregunta-En definitiva ¿quiénes les organizan para actuar conjuntamente?... Hmm ¿Y cuantos son todos ustedes en total? Ya veo. Deben de ser un grupo realmente digno de elogio. Usted también parece ser una persona importante, si le soy franco. Pero hay algo que no entiendo, cómo planean poner en práctica tan grandes ideales, señor...?-pregunta con una sonrisa-Y en definitiva ¿Qué pinto yo en todo esto?

-¿Â¡Se cree que soy estúpido?! -hace un esfuerzo y baja el tono- Viene aquí, se mete en mi casa, y me cuenta que hay unas personas con ganas de hacer el bien aunque no puedo saber quienes son, pero que si quiero pertenecer a ellas tendré que pasar un examen especial ¿Pero por quien me ha tomado? Si ni siquiera me ha dado una garantía, ni siquiera se quien es usted, podría desaparecer en cualquier momento y no volvería a verle el pelo. ¿Pretende que confie en usted, así por las buenas, a ciegas?

Observa con un aire despectivo a su interlocutor.

-Siga hablando, por favor, me tiene intrigado. Supongamos que estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho y que quiero pertenecer a su pequeño clan de bienhechores. ¿Pasar una prueba? Ningún problema, expliquemela. ¿Qué me darían poder? ¡De mil amores! Pero sea más explícito ¿Vale?

¿que pretendes?..dominarme..mira Paul,ahora aprenderas que te hace falta aprender mucho para poder conseguir dominar mi mente y mas cuando tal vez lo que veas no sea lo que hay realmente ..dentro de poco tu cuerpo y mente me pertenecera,te convertire en una estatua... sonrie ,es una sonrisa fria,maliciosa casi diabolica..
a no ser,claro.que estes dispuesto a aceptar que el destino llama a tu puerta para hacerte llegar hasta tu verdadero potencial..no a controlar las mentes de cuatro tenderos

Paul tuerce el gesto. Encima aquel imbecil le había dicho que le esperaría. ¿A donde tiene que ir ahora? ¿O no tiene que moverse del sitio? ¿Tiene que hacer algo o no tiene que hacer nada? Es igual. Lo primero que hace es irse a un cajero a sacar unos 500 euros de su cuenta bancaria. Podrían acabar haciéndole falta. Después se dirige a un puesto de información y pregunta por todos los vuelos que salen a las cinco y media, independientemente del destino o compañía que tengan. Paul hace gala de su encanto a la hora de pedir la información.

Paul siente ganas de atacarle por la espalda. De golpearle hasta destrozarle la cabeza y partirle la espalda. Pero da igual lo que quiera. Simplemente no puede hacerlo. Le derrotó con tanta facilidad que intentar cualquier cosa sería un suicidio. Quizás algún día. Pero hoy no.

Además, siente curiosidad:

-¡Espera! Prefiero ir contigo a tomarme un café.

Maldiciendo mentalmente su mala suerte, se encamina de nuevo hacia el cajero para sacar los quinientos euros. Después de eso se compra una media luna en una tienda y bebe un café con leche rápidamente mientras piensa en algo con lo que entretenerse hasta que llegue el extraño.

Mientras moja un trozo de la media luna en el café, Paul descansa sentado en una silla, en una esquina de una cafetería del aeropuerto. La idea de mojar el bollo en el café se le antoja agradablemente infantil. Sonrie. Es cómico que todavía disfrute de semejantes cosas.

Mira de reojo a la camarera de servicio. ¿Comer gratis? Demasiado facil. Esta vez probara algo distinto. No teme sobrepasarse. Dentro de poco se irá de allí. Así que no importa mucho. Sonrie.

Atenaza su mente sobre la camarera. Rápidamente, como cabría de esperar. La dirige hacia el hombre que hay detrás de la barra ¿Su jefe? Da igual. Paul hace que la chica coja... ¿Qué, un cuchillo? No... no... un tenedor. Paul siente que un frio escalofrío de odio y placer recorre su cuerpo.

En cuanto el gerente apoya la mano encima de la barra. Paul hace que la mujer le clave el tenedor en el dorso de la mano con todas sus fuerzas.

la camarera coje el tenedor y se lo clava a su jefe en el dorso de la mano,emitiendo este un chillido de dolor,comenzando a sangrarle abundantemente,rapidamente la gente comienza a gritar presa del panico,alertando a los agentes de seguridad del aeropuerto,los cuales avanzan hacia la cafeteria...

Paul compra los dos periódicos y se sienta en un banco con su cerveza. Empieza a leerlos velozmente, tratando de encontrar algo de información referida a los mutantes. Aunque también le interesan los datos curiosos.

Relee atónito el "mensaje", debe de provenir del "Capullo Jefe".

Paul mira en derredor. Disciplente, pero también sigiloso. Pensando en cómo diablos va a convencer a un desconocido para que le acompañe a un cajero. A menos que el Jefe ya lo haya hecho por él. De vez en cuando pasa una página para mantener las apariencias, pero ya no presta apenas atención al periódico. Está alerta.