Partida Rol por web

Tome mi porción pan y agua que serviría para llenar el estomago por un buen rato hasta el dia siguiente. Si las razones no eran las mas nobles, agradeci con un gesto el pan que nos daban y luego de entender a través de la traducción de Gyda apure lo que quedaba para volver a acostarme.

Escuche a mi compañera de celda que nuevamente volvia a decir algo.

Porque le cuesta tanto quedarse callada.

Sin embargo no pude entender ni escuche bien que lo que dijo y tampoco me importo. La chica le recordaba a esos hombres bravucones que pasaban todo el dia diciendo yo hago esto, yo hice aquello pero cuando de verdad tenían que demostrar su hombría se iban en cobardia. Ya veriamos en que resultaba la chica esta.

Mientras miraba el techo en mi cama trataba de recordar palabras claves en latin y las pronunciaba en voz baja para practicar. Algunas no sabia el significado pero eso no importaba tampoco.

- Buenas noches, respondi cuando escuche lo mismo imitando el acento.
 

" Buenas noches chicas! "

Se limito a responder Elektra ahora mas descansada y menos sedienta, por lo que después de cambiarse de cama para acomodarse mejor, durmió a pierna suelta

Haribrig no hizo caso de los pasos que se acercaban ni de la luz del candil...

Hasta que olió el pan y vio el agua que les traían. Abrió los ojos como platos y dio un bote de su cama. Comida y agua, eso si que era un bien preciado, el que más en aquellos momentos. Devoró el pan y bebió agua hasta saciarse, incluso se le dibujó en la cara una sonrisa de satisfacción. Comer era bueno siempre, más aún tras el esfuerzo de aquella tarde. Avisó a su compañera de celda, que parecía no haberse dado cuenta.

-Oye, comida y bebida, hay que reponer fuerzas-

Tras llenar su estómago, se echó de nuevo en la cama. Satisfecha.

 Mire a la gala morena. La verdad es que era un poco rara.

¿Y eso como lo sabes? No tenia claro que nuestras vidas hubieran sido muy diferentes la verdad.

Jajajajaja. No pude evitar reír tapándome la mano cuando la griega agradeció de esa manera tan efusiva y dijo que si eso se guardaba un currusco de pan para la próxima.

Yo agradecí con un simple gesto de cabeza el currusco de pan.

Y empece a comer saboreando la comida y el agua.

Veo a la mujer de enfrente sonreirme. No sabía como tomarme las palabras que pronunció después.

Quizás en otro momento, Titania. Respondí visiblemente cansada. Pero no creo que encuentres una vida de servidumbre interesante.

Las puertas se abrieron y apareció la cena. Lo cierto es que esperaba más de "el generoso Baldo", no pan y agua. Vi al hombre tuerto que nos acompañó en el viaje, quien veló por nosotras, aunque solo fuese por el interés de proteger su pescuezo frente a Baldo. El viejo se movía inquieto después de dejar el agua en el suelo. Le miré fijamente a su único ojo hasta que nuestras miradas se cruzaron, momento en el cual agaché la cabeza y la mirada como acto de sumisión a la par que de agradecimiento.

Tras la explicación de Greta, quedé algo confusa... nos tratarán bien pero no nos dan de cenar nada y ha de ser a escondidas todo... sacudí la cabeza y bebí agua y comí pan hasta saciarme. Luego me senté en la cama y la luz comenzó a esfumarse. Greta y las chicas se iban. Aproveché para acostarme antes de quedarnos a oscuras.

Requiem dulcis et somniorum¹

Cuanto antes aceptase y asimilase mi nueva situación, antes me haría a ella, pero debía reconocer que estaba aterrada. Me veía y sentía sola allí. Estaba rodeada de desconocidas, de las cuales no sabía si fiarme o no. Más allá de nuestra jaula, más desconocidos, de los cuales lo más bonito que se puede decir de ellos es... nada.

Cerré los ojos, el día había sido raro e intenso. Los días de viaje en la carreta con las demás mujeres fue duro, pero al menos ya no apestaba, ni tenía hambre y estaba en una cama.... No tardé en dormirme.

Alguien roncaba y no sabian quien era.

Uff.

Hundi mi cabeza en el camastro hasta que el cansancio me vencio.

Afortunadamente todo pasa.

El cansancio, el miedo e incluso el hambre también. Las muchacha no solo estaba exhaustas, sino también hambrientas.

Algunas dormitaban en las camas sin poder dejar ni un musculo libre ni atada al mundo de los sueños. Mientras unas roncaban de lo lindo, otras intentaban hablar para consolarse mutuamente. Algunas, sin embargo, les dió por robar bollos o jugar a las pelas de almohadas. Las plumas de oca volaban por la habitación mientras el mundo de los sueños tardaba en llegar. Las palabras salian por la boca tratando de quitar nerviosismo a la situación.

Sea como fuera, entre ellas, lo quisieran o no, se estaba forjando una vínculo. Quizá un vínculo marcado con el estigma de la muerte, si... pero un vínculo, al fin y al cabo.

Las pasiones, los deseos y, sobre todo, la ilusión de vivir un día mas, hacía de esa noche una de las pocas que conseguirían mantenerse despiertas. Las siguientes noches, estarían tan cansadas que apenas podrían ni respirar.

La noche, por el contrario, seguia impasible ante ellas, mientras la luna en el cielo del Ludus saludaba a las estrellas contándole secretos sobre... quien sabe que batallas o historias. Tan solo secretos que los dioses, fueran cuales fueran, disponian en los tableros de la vida y la muerte.

Buenas noches, gladiadoras... los dioses de los sueños os invitan a dormir.