Partida Rol por web

Los Espíritus son criaturas extrañas y variadas, con diversas habilidades llamadas Númenes. Adam no había podido deciros mucho más, pero estos Espíritus del Vicio, siendo criaturas con apetitos especializados, no era descabellado pensar que pudiesen alimentarse no sólo del Maná de magos, sino de la energía que pudiesen encontrar en rastros de hechizos, o incluso en Maná que existiera de otras formas, para obtener Esencia.

Los Espíritus son criaturas extrañas y variadas, con diversas habilidades llamadas Númenes. Adam no había podido deciros mucho más, pero estos Espíritus del Vicio, siendo criaturas con apetitos especializados, no era descabellado pensar que pudiesen alimentarse no sólo del Maná de magos, sino de la energía que pudiesen encontrar en rastros de hechizos, o incluso en Maná que existiera de otras formas, para obtener Esencia.

Morrigan miró a Niamh contrariada, pero no dijo nada, y se limitó a coger de vuelta las llaves.

Tras pensarlo un momento, dijo algo más:

—Es posible que nuestros amigos no sólo intenten alimentarse del Maná de otros magos: también pueden hacerlo del Maná que encuentren en otras formas, o de la energía residual de los hechizos. Así obtendrían Esencia con la que poder utilizar sus Númenes.

Miró a su compañero de "patrulla".

—Cualquier rastro de magia que encontremos puede ser lo que estamos buscando; incluso energía que pueda resultarles... atractiva. Venga, en marcha. Conduce tú si quieres, pero yo elijo la emisora.

Morrigan tenía razón respecto a de dónde podían alimentarse los espíritus. Tras pensarlo Ogma estaba totalmente de acuerdo con la Moros.

No protestó cuando le dijo que él conduciría. Después de todo el único que no sabía conducir era Jack, y él se quedaría en la casa.

- De acuerdo. - Replicó a Morrigan. - Tú guías, yo conduzco. Vamos a por ellos. - No podían dejar que pasara más tiempo. Tenían que dar con los espíritus fugados cuanto antes si es que querían tener una oportunidad para derrotarlos.

Con una idea formada de plan, la cábala decide separarse para buscar los rastros de los Espíritus que aún no habían encontrado, mientras la amenaza de los que sí flotaba de alguna manera en el aire; y lo que era peor: la ausencia de rastros que parecían haber sido borrados deliberadamente.

Adam y Jack se quedan en la biblioteca, absortos en la lectura; el primero tomando notas y resistiendo el dolor de sus heridas, sin quejarse; el segundo más lentamente tratando de ensamblar lo que parecían los apuntes de un universitario, lleno de comentarios, observaciones y frases sin sentido que apenas si iban hilando algo lógico. Sin embargo su labor principal era vigilar a Adam, ese extraño que había liberado, accidentalmente, la entidad que ahora perseguían en sus 7 fragmentos diferentes.

Morrigan y Ogma entran un momento por las llaves del coche de Adam, y éste las entrega sin rechistar. Niamh y Tyrrhenus arrancan y pronto la madrugada comienza a revelar los secretos oscuros y la dimensión del verdadero desafío al que se enfrentaba la Cábala y que terminaría por dejar una marca en ellos... para bien o para mal.