Partida Rol por web

Golden Forest

Día 2: La fiesta

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01/06/2011, 19:54
Steve Rush

El café le sentó como un jarro de agua fría, pese a estar humeante. Miró a los dos interlocutores. ¿Como era posible? La noche anterior estaba viva, cenando con ellos y ahora....ahora esta muerta. ¿Es que toda esa locura iba en serio?

Steve se incorporó y golpeó la mesa con las palmas de las manos.

-¡No tienes pruebas para acusarnos con esa gravedad, Sheriff comosellame! Igual no está acostumbrado a tratar con personas, sino con vacas. Eso es ilegal y lo sabe. Si quiere hacer algo útil, vigile que no maltraten a chicos incapacitados, como han hecho dos de los tipos del pueblo, que por cierto, hemos sufrido sus amenazas.

Cuando el ardor le subió a las mejillas, no pudo tener la boca cerrada y miró a Garrow.

-¿¿Por eso quería que nos quedáramos??

Se acercó al anciano, con cara de furia, sin embargo, no lo tocó..

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01/06/2011, 19:59
Steve Rush
Sólo para el director

Estuvo tan cerca que le susurró, en tono sombrío, sin apartar la mirada de el anciano.

-...¿Qué es la torre? ¿Por qué no vamos a poder llegar? ¿a sido usted?

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01/06/2011, 22:16
Director

El sheriff permanece, de momento, inmutable. Lydia se ha levantado con rostro asustado, dispuesta a colaborar. La mirada fría, escasa del vigilante del orden permanece inalterable.

Steve si propunde en un monumental enfado, incrédulo. Se acerca a Garrow, que lo mira con los ojos muy abiertos, sorprendido. Parece que no se esperaba esa reacción. Tartamudea unas palabras que son una mezcla de disculpas y extrañeza, aunque no se le entiende muy bien, fruto de la tensión del momento. La situación estaba bastante caldeada, aunque los dos personajes reaccionaban de manera diferente ante la misma.

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01/06/2011, 22:18
Garrow

Yo...eh, no sé de que hablas, chico. Aquí todos respetamos la ley, y la ley es el sheriff Dattmon. Sí-sí has actuado así....quizá seas el culpable. Las últimas palabras suenan más desafiantes, aunque la expresión de Garrow no delata dominio alguno si no fuese por sus ojos, que permanecen ajenos a lo que expresa el resto de su cuerpo, tal es su inexpresividad.

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03/06/2011, 11:46
Yi-Jie Song

Ante semejante noticia, no pude evitar quedarme durante largos segundos en blanco, sin poder articular palabra ni pensamiento alguno. Después de este largo momento de shock, de muerte temporal de todas y cada una de las células de mi cuerpo, mi respiración comienza a romper sus ritmos habituales, y mi calma, ante semejante noticia, no puede ser sino un vestigio del pasado. Estábamos hablando de una muerte, una pobre diabla fallecida ante los psicópatas que pueblan este lugar, y que bien podría ser nuestro caso el siguiente... los desgraciados de Golden Forest bien podrían batirse en un duelo con Pig Joe para conseguir el premio a la persona más miserable. ¡Sacadme de aquí de una puñetera vez!

Me levanto, violentamente, incrédulo, y doy un golpe en la mesa. Dudo que la nicotina, o las enseñanzas del Budismo puedan ayudarme en este momento: aunque según esta doctrina, para tener esta vida de mierda, hemos tenido que ser en nuestra vida anterior Adolf Hitler, o algún peligroso líder de una banda terrorista.

- ¡Ya basta! - comento indignado, con una voluntad quebrada, en tono apurado y con un leve tartamudeo, mezcla de miedo, rabia e indignación - ¡Voy a dejar de callar por una vez en mi vida, pero este pueblo está lleno de psicópatas! ¡Llevadme injustamente a la cárcel si queréis, pero lejos de este pueblo, de este puñetero infierno! ¡No hay nada peor que estar aquí! ¡Ese final de Eva podrá ser el nuestro si seguimos aquí...! ¿¡Me escucháis?! ¿¡Eh?! ¡Estamos hablando de alguien que ha muerto aquí!

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04/06/2011, 18:37
Aisha Rush

Vió la reacción de todos, parecía que ninguno quería quedarse allí, ¿qué es lo que les habría pasado para estar deseando huir de allí? Se levantó y se acercó a su marido, le cogió del brazo para separarla del señor Garrow que parecía asustado y a la par confundido, como el resto, parecía que aquello tambien le pillaba de sorpresa.

- Steve.. Steve..vamos a acompañarle.. no hicimos nada, no nos pueden acusar de nada. Solo.. solo son habladurías.

Le decía en voz baja mirando de reojo al Sheriff. Lo mejor sería acompañarle sin oponer resistencia, o si no ya tendría una buena excusa para llevarselos arrestados.

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04/06/2011, 19:56
Steve Rush

Miró directamente a los ojos al señor Garrow, y se le dibujó una sonrisa leve en los labios, de desepción y a la par, de cabreo. Soltó al anciano y le colocó bien las solapas.

Miró al señor Song y asintió a su propocisión. Sin embargo, su esposa acudió para calmarle, aunque no lo consiguió demasiado.

-¡Oh vamos, esto es Ilegal, necesitan una orden! sin embargo, aceptaré ir si se accede a las peticiones de ese señor.

Señaló al oriental.

-¿O que ocurre? ¿Solo Golden Forest es de su jurisdicción, sheriff? ¿No tiene tratados con otras comisarías o algo así?

Miró de nuevo hacia Song, luego a Lydia y por último a su esposa, Aisha.

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07/06/2011, 10:03
Director

El sheriff permanece con expresión inescrutable. Os mira uno a uno, como si hubiese hecho esto cientos de veces. Se ajusta con su mano derecha el cinturón impasible. No tenemos concertado ese tipo de acuerdo con ninguna comisaría. Ruego colaboren con las fuerzas de Orden Público por su bien, si no quieren que les espose uno a uno. He traído para todos. Sentencia colocando en la mesa cuatro pares de esposas que descuelga de la parte trasera de su uniforme.

Garrow mientras permanece en silencio, murmurando. Qué terrible desgracia, es la primera vez que nos ocurre esto. Por favor, les insto a que colaboren, señores. Si ustedes no han tenido nada que ver, en unas horas estarán libres. Comenta con voz queda.

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07/06/2011, 22:42
Yi-Jie Song

 - Muy bien - comento con una notoria decepción y resignación. Mi voz se nota cansada, como si mis emociones hubiesen sido comparables a la lava que un volcán desprende tras una erupción, momento en el que esas cálidas cordilleras parecen furiosas contra la Naturaleza, pero, que, sin darse el caso, son poco más que simpáticas elevaciones rocosas del terreno: ahora mismo resulto, para el Sheriff, poco más que eso, un pedazo de piedra que no va a traer ningún problema. Después de todo, siempre he sido así, mis momentos de rabia han sido efímeros, y, a lo mejor, han podido asustar durante unos pocos segundos, tan insignificantes que, de este modo, nadie dejará de pensar que soy un saco sin sentimientos, muerto y frío. - En fin, que me lleven. Como siempre, hacen conmigo lo que quieren.

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13/06/2011, 20:11
Aisha Rush

Parece que aunque el oriental tuviera el apoyo de su marido, tambien aceptara en ir junto al Sheriff. A Garrow tambien se le veía muy afectado. Miró a todos y despues a su marido.

- Será mejor que vayamos, cuando lleguemos allí llamamos a nuestro abogado, ¿de acuerdo?

Le comenta en voz baja.

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13/06/2011, 21:36
Director

Dicho y hecho, el sheriff con una parsimonia que roza lo ridículo se permite esposaros a todos, sin dureza ni suavidad, solo el toque y movimientos del individuo que lleva muchos años haciendo esto. El olor del purillo os marea ligeramente, debe ser un tabaco muy fuerte. Garrow os acompaña retrasado, con expresión de franca sorpresa pero se queda en la puerta de la recepción. No sois empujados ni usan la violencia sobre vosotros, pero el sheriff permanece el último indicandóos con señas dónde debéis ir. Algunos ya lo sabéis.

Maldecís este pueblo. Las calles, siempre vacías, parecen haber reunido a toda la población que, irremediablamente, os miran con diferentes expresiones: malévolas, culpables, sorprendidas, socarronas. Todos se parecen haber reunido al ser ahora la nueva comidilla del pueblo. Ningún chico asoma por algún lado: el más joven puede tener alrededor de los cuarenta años. Todos visten con ropas típicas de cualquier pueblo de la América profunda, algo raro estando en el estado de Maine. La temperatura al menos es agradable, lo que no permite quitaros la desazón del lamentable espectáculo que protagonizáis. Hay murmullos ininteligibles y algún grito desagradable que se pierde entre la multitud, que por otro lado, no pueden ser más de unas cuarenta personas.

La casa del sheriff se sitúa al lado del bar. La parte trasera, por la que entráis, no es más que un cobertizo con una celda bien sujeta con barrotes: efectivamente, no hay siquiera una comisaría o calabozos en el pueblo más que la parte trasera de la casa del mismo. Abre la puerta de la puerta, bien resguardada la estancia con unos barrotes de acero incrustados en el suelo y la techumbre, hecha de grandes cascotes de piedra al igual que la pared trasera de la estancia, justo donde da la propia celda. Las llaves se introducen con presteza, y el mismo sheriff os invita a pasar. Al menos, no se escucha el gentío afuera.

Una vez todos dentro, el sheriff tira el puro al suelo, escupiendo sonoramente en una esquina de la estancia. Luego, con sus manos en jarra colocadas en la cintura, os mira con expresión inescrutable. Carraspea. Bien, entiendo que no se van a declarar culpables. Tengo un tiempo limitado para encontrar pruebas antes del juicio, así que os convengo a que esperéis aquí. Comenta con tono monocorde, frío, distante. Tendréis comida y agua. Al fin y al cabo, no pasaréis mucho rato dentro. Con estas palabras, se marcha sin atender ninguna de vuestras preguntas.

La terrible noche había dado paso a una peor mañana. ¿Qué estaba pasando? ¿Eva muerta? Parecía difícil de creer, pero...¿y si de verdad el culpable se hallaba entre vosotros?

Notas de juego

Tiempo para hablar. He ido un poco rápido para acelerar las cosillas, que estamos cerca del final y es una pena que se quede aquí =)

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21/06/2011, 14:19
Yi-Jie Song

Ante una situación tan desesperante, sólo puedo arrimarme a una esquina de la habitación donde estamos todos encerrados por la acción de aquellos vigorosos barrotes de hierro. Una vez llego a dicha esquina, me siento, agarrándome las rodillas con rostro pensativo, y a su vez, languidecido por una innegable resignación. Tal vez sea cierto eso que dicen de que nadie puede huir de su destino, puesto que, intentando conseguir unas vacaciones amenas, sólo había podido cruzarme con una frustrante experiencia propia de mi vida. Lo de siempre, vamos.

- Encima de desgraciados - comento con indignación, difícilmente visible en alguien tan formal - Morbosos. Este pueblo sólo se levanta de su tumba cuando hay algún pardillo al que putear: como nosotros.

Suspiro con gran profundidad, pensando si será cierto eso de que saldremos pronto.