Partida Rol por web

Más conocido como barrio de los Artesanos, es la zona más industrializada de todo Ratalia. En el viven y trabajan las ratas que manufacturan la materia prima conseguida por los proveedores, adaptándola a las necesidades (y el tamaño) de los roedores de la ciudad.

Es un lugar lleno de bullicio inocente: el metálico sonido del martillo al chocar contra el pequeño yunque, los gritos de los tenderos que ofertan sus productos, las risas de los hijos de los artesanos, los rapapolvos de los maestros a sus aprendices, las voces de las verduleras del cercano Paseo de Las Pipas, el choque de madera contra madera, etc.

En él viven y trabajan todo tipo de ciudadanos, desde los más bastos productores, que a penas modifican lo recogido por los proveedores, hasta los más finos artífices.

Cualquier cosa que la ciudad de Ratalia pueda ofrecer se encuentra en esta enorme barriada, limitada por los muros de la esquina de la propia alcantarilla y colindante con el paseo comercial de Las Pipas, el rico barrio de Las Mieles y las residencias de clase media de La Mouse.

Sally mira a todas partes del barrio.

-¿Donde esta la casa a la que tenemos que ir?-pregunto desorientada a Veronica. Luego se acerco a sus compañeros y les susurro al oido:

-¿Que es eso que decian de algun monstruo?

Me acerco un poco a Sally 

Realmente no sabemos que es, sólo que nació hace poco y es muy grande.

Va a ser un peligro para esta ciudad

Espero las instrucciones de Veronica para comenzar la búsqueda

Verónica mira a su alrededor con los ojos abiertos como platos. Parece fascinada y un poco perdida a la vez. No obstante, no tarda en fijar su atención en una calle estrecha que cruza la vía en la que ahora os encontráis.

Calle Tafetán -lee en la pequeña y elevada placa fijada al muro de una tienda de retales de calidad-. ¡Sí, es por aquí! -exclama tirando de la mano de Jimmy, arrastrándolo tras ella.

-¡Pues vamos alla!-dijo señalando con su pata derecha la calle por la que los manda Veronica. Al ver que ella se lleva a Jimmy, ella agarra del brazo a Kond Fa mientras le arrastra hacia la calle Tafetan.

El pequeño taller de Abe resalta a simple vista pues, a pesar de su tamaño, su fachada está muy bien cuidada y cuenta con un hermoso escaparate que muestra muñecas humanas vestidas con algunas de las creaciones más reconocibles del diseñador.

Bueno, pues aquí es -Verónica se acerca hasta la puerta, en la que cuelga de un clavito el habitual cartel de «CERRADO».

Las muñecas me dan un poco de grima, la verdad -reconoce la joven, mirando la muestra de los vestidos de Abe-. Pero es lo que se espera de un lugar así.

-¡Guau! ¡Que bien hechas estan!-dice acercandose al cristal para contemplar las muñecas mejor.-¿Y dices que tenia competencia?-dice asombrada. No se habia enterado de que existian este tipo de muñecas, y mucho menos que hubieran varias tiendas de este tipo.

 "Nota: comprar una muñeca a mi hermana pequeña para su cumpleaños" se dijo a si misma, intentando recordar la calle de la tienda.

Ji, ji -ríe Verónica-. Las muñecas no son lo que está a la venta aquí -aclara-. Creo que los humanos llaman maniquies a los que usan ellos. Nosotros, por nuestro tamaño -explica-. debemos conformarnos con sus juguetes infantiles.

Aunque seguro que, no muy lejos de aquí, hay muñecas de estas a la venta.

La mente de la joven se llena de recuerdos al rememorar los juegos del ayer.

Luego, vuelve su atención a la puerta cerrada.

¿Y ahora qué? -pregunta, confusa-. ¿Preguntamos a sus competidores? ¿O entramos por la fuerza?

A mí me gustaría pasar...

Ver a estas muñecas me lleva a penar en lo diminutos que somos, son tan solo juguetes, que case de cosas pude a ver visto mi hermano en la superficie. 

 Sabes que no estaría muy mal si pasamos, puede que haya pistas

Sonrió un poco y me dirijo a Sally

 Así podrás contemplarlas mas de cerca, no sé si esto funciones pero vamos a intentarlo

  Retrocedo un par de pasos y salgo en carrera Asia la puerta

Jimmy al parecer quedó callado durante todo el trayecto, estaba dubitativo sobre sus cosas y por eso parecia tan silencioso.

-Hmm...creo que ahora no es tiempo de comprar muñecas ni nada por el estilo si alguien quiere una puede pasar por aquí más tarde, pero por ahora debemos preguntar, asique no seria mala idea preguntar al menos.

-Creo que seria mejor que nos dividaramos.-decidio Sally.-En grupos o invidualmente para cubrir mas terreno, ¿que os parece?-propone la ratoncita sin parar de mirar las muñecas

"Que pequeños somos los ratones comparados con los humanos. Ellos tan grandes, con cajas blancas (*) llenas de queso...." Sally se relame al pensar en el queso ya que, como los demas, es su alimento favorito. "Aunque eso son solo rumores, a saber si son verdad. Muchos ratones que van a la superficie no vuelven, pero a mi me gustaria saber como es todo alli arriba" sigue pensando.

 Golpeo fuertemente la puerta con mi hombro, para que se habrá, para mi sorpresa le puerta abre fácilmente.

Vamos fue mas fácil de lo que pensé

Me sobo un poco el hombro, al ver que sally sigue parada en la puerta pensativa me acerco a ella y le paso la mano frente a los ojo.

Donde estas? Te necesito, vuelve 

-Pues bueno...estaria bien preguntar...de todas maneras nuestra mision principal era encontrar y salvar a la niña no?

Jimmy sigue hay mirando la tienda, como embobado.

Sally aparta su cara del cristal cuando la mano de Kond Fa pasa delante de sus ojos.

-¿Eing?-pregunta desconcertada.-¡Ah, si! ¡Ve con Veronica a ver a los competidores mientras yo y Kond Fa entramos aqui!-no hace falta decir que se referia a la tienda, a la que entra por la puerta que ha abierto suc ompañero.

Jimmy ve como Kond Fa abre la puerta del local de un empujón, antes de marcharse con Verónica calle arriba. Los dos agente quedan solos ante la puerta abierta del local…

Jimmy ve como Kond Fa abre la puerta del local de un empujón, antes de marcharse con Verónica calle arriba.

Abe tenía varios competidores que deseaban trabajar para el alcalde tal y como lo hacía él -comenta la joven, mientras caminan-. Pero no creo que ninguno de ellos haya sido capaz de secuestrar a su hermanita… Eso no le arruinaría el negocio, sólo le fastidiaría a nivel personal, ¿no?

No sé, puede que la señorita Olivar se preocupe demasiado al pensar que ha podido sucederle algo a Anne -dice tras un rato en silencio, enfrascada en su propia meditación-. ¿Quién podría hacer daño a una niña tan linda y vivaracha?

-Si tienes razon, y quien sabe quien quiera raptarla y/o secuestrarla...pero ellos a lo mejor han visto algo, puede que sean sus competidores, pero algunos tambien deben de ser buena gente, aunque tal vez nos arriesguemos a informar más de la cuenta a la gente...es dudoso...¿Que dices tu?

Murmuraba el ratoncito mientras iba con Verónica por la calle para encontrar alguna tienda de ese estilo que tenga competencia con la otra. La del señor Abe.

¡¿Yo?! -Vaya, aquello no se  lo preguntaban muy a menudo-. Pues no sé -La joven necesita meditarlo unos instantes antes de responder-: Creo que es imprescindible preguntar por la zona. ¿No tenéis algo así como un cuestionario de protocolo para posibles testigos? -pregunta interesada. El capitán nunca le cuenta las cosas interesantes de su trabajo, sólo se queja del papeleo mientras Verónica le sirve la cena-. Yo empezaría con preguntas inocentes sobre los viajes de Abe y las costumbres de la niña. Quizás los vecinos sepan algo.