- No lo han contado todo.- dijo el almirante Arkham.
- No.- contestó lacónicamente el teniente Nomad- Pero están en su derecho ¿no? Después de todo tampoco le hemos contado todo a ellos.
El teniente observaba como la unidad recién llegada se disgregaba entre el resto de las tropas tras dar un escueto informe. ¿Qué habían encontrado en el bastión Alpha-1? No habían mencionado el laboratorio. Se limitaron a hablar del enorme edificio de madera inexpugnable como si fuera algo normal. Ni siquiera Jenna, la ingeniero, mencionó el panel de control que cerraba aquel lugar. Pero el teniente había estado en la unidad del Ojo que trataba con los tecnólogos. No se le había escapado el detalle en el brazo de la mujer. Llevaba una venda que ocultaba parcialmente la quemadura de su muñeca... y el conector biotécnico prohibido por la Iglesia que le permitía conectarse a unidades tecnológicas. A Nomad no le costaba sumar dos y dos.
- Intentó forzar la entrada al laboratorio.- informó a su interlocutor - Y probablemente lo consiguió. De lo contrario habrían mencionado algo.-
- Estoy de acuerdo.- dijo el capitán Arkham - Nomad: dígame la verdad esta vez. ¿Qué puñetas había en aquel laboratorio aparte de tecnología de la 2ª República? ¿Y que coño pinta la Iglesia colaborando con los Ingenieros?
- Es información confidencial.
El teniente entró nuevamente en el pabellón. Aquella tienda de campaña era ahora la sala de Inteligencia de la Unidad Horus, adscrita al Ojo Imperial. Estaban más allá de la zona segura y aunque les rodeaba un campamento militar con más de cien unidades de combate no podía sentirse seguro. Miró a su interlocutor y sopesó la necesidad de compartir su carga. Decidió hacerlo. No porque creyese que el capitán Arkham fuera merecedor de dicha información, sino porque temía que si él mismo moría el secreto quedase enterrado en medio de la selva. Arkham era un superviviente nato: un soldado a la vieja usanza. Se decía que él y el capitán Tanhauser habían sobrevivido al asedio de una horda simbionte durante tres noches hasta que llegaron los refuerzos. Dos hombres contra una horda. ¿Sería leyenda?
- Escuche bien... lo que le voy a decir está clasificado con Código Negro.- vio como Arkham prestaba toda su atención - Hace dos estaciones un noble Decados fue infectado por los simbiontes. En realidad murió durante la infección. Normalmente las normas son quemar el cuerpo de forma inmediata pero este joven pertencía a una familia principal de la Casa. Se dio permiso para velar su cuerpo antes del ritual de purificación. Para asegurarse de que no había riesgo de contagio se hizo un análisis rutinario... y se descubrió que aunque el cuerpo estaba muerto su cerebro seguía funcionando. Inicialmente se pensó en un coma pero pronto descubrieron que las células estaban pereciendo. Era un caso extraño... y la cosa se complicó cuando un psíquico detectó algún tipo de señal desde el cuerpo muerto.
Nomad sonrió ante la sorpresa de Arkham. Incluso en Estigma, donde los psíquicos habían demostrado su utilidad, el uso de poderes mentales seguía siendo un tabú.
- No se escandalice. Tenemos psíquicos en este mismo regimiento. Son muy útiles contra los simbiontes. El caso es que nuestro Decados no-muerto emitía una señal y a su vez recibía una respuesta. Así fue como descubrimos el edificio de la Segunda República. Aquella era la fuente del eco. A todo esto el cuerpo llevaba varios días sin dar muestras de ir a mayor descomposición... algunos Ingenieros con conocimientos de medicina solicitaron hacer pruebas y descubrieron que las células seguían deteriorándose pero a una velocidad tremendamente baja, casi como si estuvieran congeladas.
- ¡Estaba infectado!- interrumpió el escandalizado Arkham - ¡No se necesitan conocimientos médicos para eso! La fisiología simbionte hace que...
Nomad levantó una mano para recuperar el control de la conversación:
- Sabemos bastante más de la fisiología simbionte de lo que ustedes creen... se han hecho ciertos experimentos.- nuevamente la reacción de Arkham divirtió al teniente - Oh, venga. Es un secreto a voces. En la Base Gulliver había un laboratorio bien repleto de material simbionte... maldita sea, esa explosión nos privó de años de avances. El caso es que el cuerpo no estaba infectado. Al menos no de una forma que nosotros pudiésemos identificar. Simplemente se mantenía muerto pero conservado, con el cerebro activo. Activo y emitiendo señales. Evidentemente el descubrimiento del laboratorio de la 2ª República revolucionó aún más el asunto. Había ordenadores e incluso una IA activa. Y el material psico-conector necesario para poder analizar las señales cerebrales del Decados. ¿Casualidad? No lo sé. Simplemente la mente del Decados parecía en sintonía con aquel lugar.
Tomó un trago de agua intentando recordar como había sido el traslado: un veradadero caos. Los Ingenieros se habían esforzado en mantener en secreto el asunto pero pronto llegó a oídos de la Iglesia. Por suerte llegó antes a oídos del Ojo Imperial y se pudo llegar a un tenso acuerdo para que los avestitas no se enteraran de nada y prendieran fuego a todo el complejo, con el cuerpo incluído.
- Se montó un destacamento allí, alrededor de aquello. El bastión Alpha-1. A efectos militares un simple puesto avanzado de vigilancia. Para el Imperio un punto de investigación Psi de máxima importancia. Sabemos que a los simbiontes les afectan los poderes mentales... de hecho parece ser el arma más efectiva. Y aquel cuerpo incorrupto parecía tener un cerebro privilegiado en sintonía con un laboratorio operativo. Demasiada suerte. Estábamos teniendo demasiada suerte.
- ¿Qué pintaba la Iglesia en todo esto? ¿Cómo se avinieron al juego?
- Porque no les quedaron más cojones ¿qué iban a hacer? Teníamos una bula papal gracias a la intervención directa del Emperador Alexus. La fe es importante, pero parar a los simbiontes mucho más. Se avinieron al trato siempre y cuando se permitiesen observadores eclesiásticos.
- ¿Y qué se sacó en limpio de todo esto?
- Mucho. Tenemos dossiers completos de técnicas psi que esperamos puedan usarse en el campo de batalla. Y un análisis pormenorizado de las ondas mentales del Decados. Porque lo crea o no aquel lugar funcionaba en gran parte con la energía emitida por aquel individuo.
- No lo entiendo... el Decados fue infectado por un simbionte... ¿cómo es posible que eso desencadenase el descubrimiento de un arma contra ellos?
- No lo entiende ni usted ni nadie. Era lo que queríamos averiguar. La Iglesia llegó a argumentar una especie de profecía diciendo que aquel joven era algo así como un mesías que podría resucitar para acabar con la amenaza alienígena. Realizaron rituales en los laboratorios. ¿Puede imaginárselo? Superchería y la tecnología más moderna a que hemos tenido acceso desde la época de Tormenta Azul.
- ¿Tormenta Azul?
- Oh, olvídelo... esa es otra historia clasificada. Y no tiene importancia en el momento actual.
- Y luego sucedió la contraofensiva simbionte.
- En efecto... Sucedió y perdimos el contacto con Alpha-1 antes de poder enviar un destacamento de refuerzos. Tras eso no nos quedaban más opciones que mandar a un grupo de reconocimiento para ver si había algo que recuperar.
- Pero ¿por qué no se les informó de todo esto?
- Arkham: le cuento todo esto por si yo caigo en batalla. Y si yo muero usted debe buscar a alguien de confianza a quien contárselo. Pero no debe saberlo más gente. No se lo dijimos a la unidad porque queríamos saber que sucedía allí. Mandar un destacamento de alto rango despertaría todas las sospechas del resto del mando. Un grupo de soldados de base no llamaría la atención de nadie.
- ¿Y de qué ha valido si ese grupo no ha informado de la situación?
- Oh... sí que lo ha hecho. Sabemos que han encontrado la base y que el cuerpo ha 'resucitado'. El indígena que los acompañaba se fue con él. También sabemos que ese cuerpo es ahora una entidad conectada con los simbiontes de alguna manera... y que no todos los simbiontes quieren la guerra. De hecho no son meros animales como nos han intentado hacer creer hasta ahora. Los simbiontes contra los que luchamos son simples soldados de a pie, pero tal y como sospechábamos tiene que haber criaturas de esta raza con alto poder de raciocinio.
- Pero... esa gente no nos ha contado nada. Simplemente han dicho que no había supervivientes y que el indígena murió cuando les atacó una horda de zánganos.
El teniente Nomad miró a Arkham con una sonrisa de medio lado en el rostro.
- Por el Pancreator... Espero que espabile de una vez. ¿No me ha oído decir que tenemos a los mejores psíquicos de la galaxia aquí para defendernos de los simbiontes? Leer la mente es una rara habilidad pero bien desarrollada permite que los interrogatorios sean innecesarios.
Ahora fue el turno de Arkham para sonreír mientras señalaba con su dedo a Nomad.
- Sí.- confesó Nomad - Ya tenía un potencial enorme cuando entré a servir en el Ojo Imperial... pero gracias a los materiales que conseguimos en Alpha-1 creo que puedo presumir de ser uno de los mejores telépatas de la galaxia. Al menos de los mejor entrenados. Sólo nos queda saber que ha sido del cuerpo, a dónde ha ido y que intenciones tiene. Por lo que sabemos su tejido celular se está regenerando y que su mente se ha enlazado con algo que llaman Red Vital. No sabemos si esto es bueno o malo... pero me temo que lo descubriremos pronto.
Por un momento pensé en narrar esquemáticamente lo sucedido en la partida de mesa pero creo que queda más interesante así... y más explicativo. Los jugadores de la partida en mesa fueron descubriendo esta historia poco a poco por las pistas encontradas y por su conversación final con 'el cuerpo'.