Tras el desayuno os arregláis para la ocasión con ropas de magnífica factura con vuestros colores y emblemas familiares, regalo de vuestro anfitrión.
Va a dar comienzo la hora de Hantei (10 AM) y estáis de pie, acompañados por varios sirvientes, esperando en uno de los pasillos para acceder a la sala de audiencias. ¿Cómo vais arreglados y qué lleváis con vosotros?
26º día del mes de Akodo del año 1178
Si en algún momento queréis intervenir de forma voluntaria acompañad vuestro diálogo de [Consciencia/Corte NO 0].
Si en algún momento tenéis que intervenir forzadamente acompañad vuestra conversación de [Consciencia/Etiqueta NO 0].
Isawa Nakamura: [Consciencia/Pintar NO 20]. En tu próximo mensaje, si tienes éxito ya lo llevarás encima, sino no.
Todos lleváis vuestro wakizashi, pero solo Seppun Aiko porta su katana en calidad de Guardia Imperial.
Voy vestido con un kimono rojo intenso, con detalles en dorado. Los adornos son llamas en la parte mas baja y dragones en las mangas que llegan hasta el hombro. Los dragones de las mangas son anchos, ocupando espacio en las amplias mangas.
Motivo: consciencia/pintar sin vacío
Dificultad: 20
Tirada (6): 10, 4, 10, 1, 1, 3
Guardados (4): 10, 1, 10, 6, 4, 3 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)
Total: 34, Éxito
Llevo la ropa ceremonial habitual, más las armas reglamentarias para la corte.
Además, una máscara de tela verde con motivos dorados y rojos.
Un sirviente de confianza tendrá mi paraguas.
Si se me permite, vestiré ropas lo mas sencillas posibles, blancas en su mayor parte, con algún detalle celeste. El pelo suelo y blanco.
Conmigo llevo sólo el wakizashi.
¿Es posible que en los días previos pudiera hablar con uno de los unicornio y preguntar por Sayoko?
En alguna parte suena un gong y las puertas se abren frente a vosotros. La amplia sala está ocupada al fondo por todos los daimyos y campeones, dejando un espacio en el centro para cuando aparezca la silueta de la Emperatriz.
Vuestra puerta no es la única en abrirse, estáis a la derecha de la puerta principal, por la izquierda entran unos cortesanos Dragón junto a Moto Naleesh y Moto Taigo. Ocupáis vuestros asientos dejando a mano izquierda los ocho asientos preparados para los invitados.
El gong vuelve a sonar y un cortesano apostado frente a la puerta principal se encarga de anunciaros a los invitados:
-Asahina Asami, invitada Grulla acompañada de Doji Matsuo. Asako Megu, invitada Fénix junto a Shiba Ken. Bayushi Sho, invitado Escorpión, le acompaña Shosuro Ushi. Ikoma Kumai, invitado León junto a Akodo Gidei.
Tras las palabras del cortesano las puertas principales se abren, entran los citados y toman asiento.
Suena el gong por tercera vez. Todos os inclináis hasta tocar con la frente el suelo, la Emperatriz está en la sala. Su silueta está elevada de forma que siempre esté por encima de vosotros aunque estéis de pie.
Seppun Aiko, tus sospechas se confirman.
Kakita Keita, durante estos días los invitados no os habéis relacionado por mucho que lo hayas intentado.
-Bienvenidos a la Corte Imperial en Shiro Mirumoto. -dice la Emperatriz a través de Satsu-sama.
-Es un honor recibir a invitados tan distinguidos en mi hogar. -dice Mareshi con una inclinación. -Disculpad las adversidades de la región, haremos todo lo que esté en nuestras manos por solventarlas.
-Estimados invitados. -continúa la Emperatriz. -Es un honor presentaros a quienes me escoltaron desde la capital. El formidable shugenja Isawa Nakamura, quien con sus plegarias ha velado por un saludable trayecto. -el aludido hace una reverencia y Satsu espera a que se incorpore. -Seppun Aiko, cuyo cumplimiento de sus funciones la han conducido a decapitar a la banda de criminales Hashi mientras viajábamos. -hace un alto para la reverencia y continúa. -Y el maestro de la katana Kakita Keita, quien derrotó en duelo al famoso ronin Tsi Ichibei con un único corte.
Una vez incorporados, todos hacen una reverencia en vuestra dirección, inclinándose más o menos según su estatus.
-Aprovechando la ocasión, quisiera hacer entrega de unos presentes a aquellos que han velado por la seguridad del Imperio sin dudarlo aún a costa de la propia. -la Voz aguarda unos segundos mientras tres sirvientes entran inclinados portando una bandeja cada uno cubiertas con unas telas. -Seppun Aiko. Kakita Keita. Isawa Nakamura. Vuestra pericia es digna de elogio, aceptad estas hojas para mayor gloria del Imperio.
Al unísono, los tres sirvientes, arrodillados frente a vosotros, descubren las bandejas mostrando en cada una un wakizashi desenvainado expuesto en un soporte de madera blanca junto a su vaina de un tono oscuro de verde esmeralda. Apreciáis que cada hoja es distinta, pero todas desprenden un extraño brillo.
Es vuestro turno, si vais a rechazar el regalo hacedlo de uno en uno, así os contestaré según subáis el mensaje.
Vuestra gloria variará al finalizar la recepción de los regalos.
Por cierto, Aiko y Keita, comprobáis que vuestro compañero Nakamura lleva tres emblemas, el de Clan (Fénix), el de familia (Isawa) y el personal.
-Me siento extremadamente honrado con este regalo que me ofrecéis, pero haber tenido la oportunidad de servir a su graciosa majestad imperial es el mayor premio que alguien puede recibir, pues ha dado sentido a toda la vida de entrega de este humilde samurái.
- Es un honor presenciar una hoja de tal delicadeza. Sin embargo, el honor de cumplir con mi deber acompañándoos durante vuestro Viaje es una recompensa inigualable, pues es una gloria que jamás imaginé vivir - hago una reverencia en espera de la réplica.
-Recibir tan elevados elogios en está sala es una recompensa que supera cualquier acto realizado, mas aún cuando esos actos han sido en sí mismos motivo de orgullo. -me inclino en espera de la respuesta.
-El Imperio cobra sentido con vuestra entrega y con esta hoja así queremos manifestarlo, Isawa Nakamura-san.
-Aceptad entonces este presente como adorno de vuestra gloria, de forma que el Imperio también goce de ella, Seppun Aiko-san.
-Los elogios son tan efímeros como las palabras que los componen, esperamos que este regalo perdure en el recuerdo con más peso, Kakita Keita-san.
-El imperio perdurará mientras los pilares en los que se apoya permanezcan sólidos y firmes. Haber logrado aguantar su peso durante un efímero instante, sin haberme resquebrajado por ello ha sido para mi regalo suficiente.
- La mayor gloria es servir al Imperio, no siendo necesario adorno alguno, sino la dedicación y lealtad que todo Samurái mantiene.