En ese momento, cuando el combate terminó, también lo hizo la canción, llevando a Jazmín a aprender una importante lección.
No estábamos listos.
Lo cual la hizo sonreir, ya que eso significaba una cosa: que aún tenían un largo camino por delante. Y como ella solía decir: Los caminos suelen ser divertidos. Que demonios, siempre lo son.
-Bueno, realmente es mi tercero- Dijo, sonriendo al tercer niño de aquella extraña escuela formada por niños con un gran parecido mientras le agitaba la mano ¿serían clones?- Aunque los dos primeros han sido contra pokemon salvajes, y este ha sido sin ninguna duda mucho más increíble. ¿Cómo sois tan fuertes?
Ah... Sabía que tener esperanza era inútil... - Cuando el combate perdió el poco ánimo del entrenador se desplomó... Luego vio como el rival se acercaba a su compañera - Oh no... Va a rematarla... - Hasta que le tendió la mano - Que manera más rara de aniquilar a alguien... Bueno, yo... Creo que... - Se escondió detrás de Masara por si alguien se acercaba a él.
—Bueno, la verdad es que no somos tan buenos—dijo algo avergonzado el entrenador—. Nuestro equipo lleva años sin ni siquiera llegar a la final del clasificatorio de Ciudad Verde.
Tras la bochornosa confesión, el entrenador se marchó con sus compañeros.
La entrenadora proveniente de Hoenn avanzó hacia la pista al mismo tiempo que lo hacía su contendiente.
—Eevee, ¡vamos allá!
—Bellsprout, ¡te elijo a ti!
El pokémon evolución y el pokémon flor salieron de sus respectivas pokéballs. Eevee comenzó lanzándole arena al bellsprout, para luego lanzarse directo contra él. El pokémon tipo planta hizo lo posible por defenderse y a continuación contraatacó con el ya conocido por Jazmín látigo cepa.
Como era de esperar, el primer envite ya puso la situación favorable para el entrenador del Instituto de la Colina Oeste. Pero la entrenadora de Hoenn no pensaba rendirse. Su eevee volvió a la carga aprovechando la velocidad, pero erró en el golpe y bellsprout volvió a golpearle y le arrojó un polvo que lo mandó a dormir. Con el rival sometido, el pokémon flor acabó con su oponente usando Constricción.
Una digna Mizu retiró a Eevee y volvió con sus compañeros. Puede que después de como le había ido a Ryuka, todos esperasen obtener un resultado similar. Pero la derrota era una derrota y seguía doliendo.
Ahora que su combate era inminente, Masara no se mostró con tanto aplomo.
—Bien hecho Mizu—intentó reconfortar a su compañera con una sonrisa nerviosa, después tomó aire—. Supongo que ahora me toca a mí.
Tras terminar el combate, Jazmín se había pasado el resto del combate animando. Seguía pensando en las palabras del chico. Si era verdad que aquel grupo eran unos principiantes, eso significaba no que fueran fuertes, sino que Jazmín y sus amigos eran menos que principiantes. Aunque teniendo en cuenta que aquel había sido el tercer combate que había hecho en toda su vida, tampoco era tan raro. Era como había pensado antes: tenian mucho que mejorar.
Bufffff, a ver cuando puedo ponerme de nuevo con el ukelele...
Tocar el ukelele era una actividad que siempre había ayudado a Jazmín a organizar sus pensamientos. La música y la calma que traía consigo ayudaban a Jazmín a concentrarse y a pensar con claridad. Pero bueno, ya lo haría luego. Ahora era cuestión de animar a su equipo.
-Lo has hecho genial, Mizu.- Dijo, cuando está volvía.- Buena suerte, Masara. ¡Igual tu consigues sacarnos de la mala racha!- Dijo, aunque sin creerse mucho sus palabras. Tampoco importaba. Ella sabía que a la próxima les iban a dar una paliza de cuidao. Solo necesitaban entrenamiento
La jornada de combates estaba siendo una tortura, encima está gente contra los que no podíamos hacer nada no eran jugadores del otro mundo, Emiel tenía razón, el Director Técnico quería torturarles y masacrarles lentamente, convirtiéndolos en personas sin alma ni corazón, en unos míseros cascarones.
Con esto ya asumido, el combate de Mizu no le sorprendió, sabía el resultado, aunque bueno, este entrenador siempre se va a esperar lo peor, miró a Mizu cuando volvió con un aura totalmente oscura y deprimente, esa era su manera de dar ánimo, ahora... Miraba igual a su compañero Masara.
Ryuka observo el desarrollo del combate con Mizu, sentía curiosidad por como su compañera se desenvolvia en el combate y, aunque al inicio le atrajo la idea de usar arena para atrolondar a su rival, nego con la cabeza viendo como Eevee se lanzaba a una ofensiva total.
Tras su combate estaba claro que nada parecia seguro, si te lanzabas al ataque total quizas lograbas una oportunidad, como demostro Jazmin. Pero eso a su vez podia acabar siendo un arma de doble filo, y lo mismo con el combate de Emiel, que optar por una defensa mas segura nunca te aseguraba nada, ni siquiera el sobrevivir algunos mas Turnos.
Aunque quizas, lo peor de todo fue el combate de la propia entrenadora pelimorada, que fue la que menos tardo en ser derrotada, se culpabilizaba en parte por haber subestimado a su rival. Pero sabia que ni aun habiendo dado lo mejor de si tenia muchas opciones.
Cuando Mizu volvio la miro haciendo una medio sonrisa. - Lo has hecho bien Mizu, de verdad. Creo que tu rival era el más complicado. Enfin... Venga Masara, danos la victoria de honor. - Animo como pudo recomponiendose.
Era el último combate. El resultado estaba decidido y sólo quedaba pelear por el honor. Masara se plantó ante su rival y volvió a tomar aire.
—Vamos allá—murmuró—¡Tú puedes Pikachu!
—¡Adelante Poliwag!
La elección de los pokémon, dio un rayo de esperanza por primera vez a los entrenadores del Instituto Oak. ¡Tenían la ventaja de tipo! El combate comenzó con el pokémon renacuajo lanzando un potente pistola agua al pikachu. Pero iba a necesitar algo más para derrotarlo. El pokémon ratón eléctrico contraatacó con sus descargas eléctricas y ambos contendientes empezaron a cruzarse golpes
El combate estaba realmente igualado. La ventaja de tipo había acortado las distancias, pero tampoco había decantado el combate a favor de Masara. Ante el desgaste, los ataques se volvían imprecisos. El primero que diese el objetivo se llevaría el combate.
Poliwag, siguiendo las instrucciones de su entrenador se lanzó a por Pikachu para golpearle con un doblebofetón. El pokémon eléctrico, se preparó para saltar y esquivar el ataque cuando las fuerzas le flaquearon y perdió el equilibrio. Sin piedad, el pokémon tipo agua le golpeó en tres ocasiones y ahí se acabó el combate. Pikachu no volvió a levantarse.
—Poliwag es el ganador—anunció Hibiki el resultado del último combate—¡El equipo del Instituto de la Colina Oeste gana el partido!
Habían perdido. Habían perdido con un contundente 5-0. Pero nadie podría decirles que no lo habían dado todo. ¿Tenía sentido sentirse hundido? Cada uno de los entrenadores tendría que lidiar con esa pregunta.
Lo cierto es que Jazmín ahora mismo no estaba en situación de hundimiento. Jazmín había aceptado ya el hecho de la derrota. Bueno, más bien se le había ido de ka cabeza todo pensamiento relacionado con esta. No por nada en especial, sino que nunca se había imaginado que una cosa tan pequeña pudiera pegar tremendas bofetadas como esa. Igual ese polliwag y ella se parecían más de lo que pensaba...
De repente, Jazmín tuvo que recolectar de nuevo con el mundo. "Había trabajo que hacer", como decía su padre. Primero de todo, las formalidades.
-Ha sido un buen combate Masara, pero creo que todos necesitamos mejorar un poco más para la próxima- Dijo, mientras este se acercaba.- A la próxima, seremos nosotros quienes les matemos a bofetadas.
Cómo era habitual tras los combates, los muchachos de ambos equipos se alinearon el uno frente al otro y se saludaron formalmente. Hibiki y el otro director técnico charlaron un poco antes de despedirse y luego llevó a los chicos fuera del Instituto para que se subieran a su camioneta.
—Bueno chicos, ha estado bastante bien—dijo con un tono despreocupado—. Muy buen trabajo. Tomaros libre el día de mañana. Salid a pasear con vuestro pokémon, jugad con él, dadle cariño... Porque el lunes tenemos que ponernos las pilas. Quedan dos semanas para el torneo clasificatorio de Pueblo Paleta y todavía tenemos que convencer al señor Kantoku...
Era curioso porque el diréctor técnico hablaba como si todo eso no fuera importante. Igual que Mizu a veces era irritable por su sinceridad, la falta de preocupación de Hibiki podía llegar a parecer igual de irritante.
Vuestros pokémon ganan un +1 a DBAT, un +1 a otro dominio de vuestra elección y un +1 a un atributo, es decir, 4 pokepuntos. Repasad vuestros parámetros de combate porque en alguna ficha he visto cosas mal.
- ¿Bastante bien?.... Nos han machacado, es obvio que sus Pokémon llevan mucho más tiempo con ellos... Pensé sería una batalla más justa. - Se quejó la joven en el camino de vuelta, obvio sonaba algo resentida, quizás por haber sido la primera en perder, o la más rápida o ver que nadie pudo hacer nada. Lo más seguro es que fuese una mezcla de todo.
Por un momento titubeo apunto de soltar algo sobre cómo iban a ser masacrados en el torneo, pero prefirió no quitarle el trabajo a Emiel y simplemente pensó en cómo podría animar a Flama, y como evitar hablar sobre su derrota en caso de que su familia le preguntase.
-Como dice mi padre, unas veces se gana y otras se pierde. Cuando volvamos a entrenar un poco más seguro que les machacamos. Como ellos han hecho con nosotros, pero mejor. ¿A que si Bulbasaur?
Dijo, mientras se agachaba a acariciarle la cabeza, pensando que podría hacer con él cuando volviera. La verdad, es que aquellos días habían estado dándolo todo. Igual si que era momento de descansar.
A lo mejor podríamos ir al cine. Dicen que van a echar peli nueva de Piratas Punkarras Desatados
Hibiki no dijo nada a las quejas de los chicos respecto al combate. Ni intentó consolarlos, ni dio una explicación, ni tampoco hizo nada por evitar que los muchachos expresasen su disconformidad con lo ocurrido. Simplemente se limitó a conducir en silencio escuchándolos.
Cuando llegaron a Pueblo Paleta, el director técnico llevó a cada uno de los chicos a su casa y les recordó que seguirían el lunes cuando acabasen las clases.
Quedaban catorce días para el torneo clasificatorio.
Los entrenadores continúan aquí.