Partida Rol por web

Hambre No Humana (Privada) [+18]

Capítulo I: El Ardiente Despertar

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09/03/2016, 19:17

El taxista asintió y se puso en marcha inmediatamente, consciente ahora de que tenías prisa. Circuló por las desiertas calles de tu barrio con agilidad y una interpretación flexible de las normativas de tráfico hasta incorporarse a la antigua interestatal, que atravesaba el corazón mismo de Denver de un lado a otro.

Una vez allí, cogió aún más velocidad y en apenas algunos pocos minutos, ya estaba parando frente al hotel. Paró el taxímetro te informó del coste de la carrera mientras rebuscaba en su riñonera, anticipando que querrías cambio.

- 27,75$

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25/03/2016, 01:55
Theresa Harper

Ya tenía el dinero preparado cuando el taxista le dijo la cantidad. Asegurándose de no tener ningún contacto físico con él, dejó caer perfectamente sobre su mano dos billetes de 20 dólares. Desde luego era una propina generosa, pero a Terri no se le había pasado por alto el gesto que había tenido él antes pausando el contador.

-Quédese con el cambio -dijo con amabilidad- Espero que pronto pueda reunirse con su familia. ¡Buenas noches! -Iba a cerrar la puerta cuando cayó en algo-. ¿Le puedo pedir un favor? ¿Podría esperar un par de minutos, por si no hubiese habitaciones disponibles?... ¡Gracias!

La inconfundible fachada acristalada del hotel amplificaba la intensidad de la luz de la calle. Atravesó el vestíbulo del hotel dirigiéndose directamente a recepción, donde preguntó si tenían habitaciones disponibles. 

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25/03/2016, 08:55

El The Art era una característica mole de acero y cristal, ladrillo y hormigón. De construcción maciza, no había escatimado en gastos para hacer honor a su nombre: el propio edificio evocaba a las formas de una obra de arte contemporánea. Las puertas principales del hotel, de cristal, se abrieron automáticamente dejándote paso al iluminado Hall, decorado con el estilo característico del hotel. Nada más entrar, a mano izquierda, una escultura de un caballo esquelético te dio la bienvenida... o lo que demonios fuera eso.

El vestíbulo permanecía desierto a aquellas horas de la noche, aunque en recepción se mantenía un hombre joven, que te sonrió ampliamente en cuanto te vio atravesar las puertas acristaladas. Cuando llegaste lo suficientemente cerca como para que pudiera hablarte sin alzar la voz, te dio la bienvenida.

- Bienvenida al hotel The Art. ¿En qué puedo servirla?

El joven te informó amablemente de las habitaciones que habían disponibles, que eran bastantes en aquella época del año. La temporada baja te permitía aprovecharte de varias ofertas, según te explicó el recepcionista

Habitación Deluxe con cama extragrande -  187 $
Habitación con cama extragrande - 187 $
Habitación Doble con 2 camas dobles - 187 $
Habitación Premium con cama extragrande 205 $
Estudio Executive (cama doble extragrande) - 214 $
Suite con vistas a la ciudad (cama doble extragrande) - 232 $
Suite con balcón (cama doble extragrande) - 268 $

 

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29/03/2016, 00:59
Theresa Harper

Las puertas de cristal se deslizaron cerrándose tras ella y pudo percibir el silencio de aquella amplia estancia. Sintió como si hubiese entrado en una burbuja transparente pero sólida que la aislaba del exterior transportándola a un santuario. Tan sólo el sonido de sus tacones sobre el brillante suelo rompía aquella paz. Caminaba con paso decidido y rítmico, como si se ciñese al compás de una batuta. Sin alterar el paso, observó aquella estrambótica figura, y cuando estuvo a su altura giró el cuello sin dejar de mirarla hasta que la perdió tras ella. Se encogió levemente de hombros, era una escultura cuanto menos, perturbadora: un caballo ceniciento formado por ramas y troncos de árbol, con unas patas demasiado largas en relación al cuerpo, y que tanto podían dar la impresión de arrancar en un frágil galope, como de asestarle a alguien una inesperada coz.

-¿Tienen habitaciones disponibles?
-Pregúntele al equino, él le dará una respuesta contundente, o le acompañará a su habitación.

Se dibujó en su rostro media sonrisa. Casi había cruzado el vestíbulo. Tras el mostrador aquel hombre joven sonrió y le informó con amabilidad. Era una suerte que fuese temporada baja, ni siquiera había reparado en ello. Miró en dirección a la puerta de salida por si veía el taxi desde allí, en tal caso haría un saludo de despedida.

Sonrió ella también al recepcionista tras valorar las distintas opciones, aunque no tardó apenas dos segundos en decidir.
-La habitación Deluxe, me quedaré dos noches, gracias.

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29/03/2016, 01:13

El taxista te sonrió a tavés del palabrisas y la fachada de cristal de hotel, te hizo un gesto de despedida con la mano y arrancó de nuevo, dando la vuelta. No tardó en perderse en la fugaz noche de Denver.

El recepcionista, por su parte, asintió, con gesto seguro y profesional, y empezó a teclear endiabladamente rápido en su ordenador, gestionando, supusiste, la reserva. Apenas un par de segundos después se dirigía de nuevo a ti.

- ¿A nombre de quién debo hacer la reserva? Necesitaré también una tarjeta de crédito.

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29/03/2016, 19:17
Theresa Harper

¿Y qué mejor compañero para el caballo que Billy el Niño? -pensó Terry mientras observaba los ágiles dedos del recepcionista deslizarse por el teclado a una velocidad sorprendente.

-Ohm -suspiró bajando la mirada un instante con expresión de ligera decepción, luego alzó la vista y volvió a mirarle con un brillo esperanzador- pensaba pagar en efectivo, si no es molestia… ¿Podría cobrarme las dos noches, por favor? -añadió amablemente con una sonrisa encantadora a la par que dejaba el dinero sobre el mostrador- Amanda Allen, gracias.

Tal vez estaba exagerando. Por un momento se vió a sí misma como uno de esos ex agentes paranoicos que viven conforme a sus teorías conspiratorias. Sin embargo, esos aparentes chalados solían tener razón, y aunque ella era un miembro más de la sociedad sin mayor importancia, no era tan descabellado que la buscasen esa misma noche. Además de haber sido secuestrada, era testigo de un doble crimen, y por si eso no era suficiente, debía añadir su “incidente” nada menos que con un policía. Vince... ¿Por qué no le vió al subirse al taxi? ¿Comprendería él lo que había ocurrido? Algo sí tenía claro, y era el sublime sabor de su sangre. Se mordió ligeramente el labio inferior al recordarlo, hasta que la voz de Billy le trajo de vuelta de sus pensamientos.

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29/03/2016, 19:35

- Ningún problema, señorita Allen - te respondió el recién bautizado Billy, sin perder su expresión afable y profesional en ningún momento - En caso de que no desee proporcionar una tarjeta de crédito, deberá abonar el importe por adelantado. Serán 374 $, por favor.

Cuando abonaste religiosamente la cantidad solicitada, el recepcionista te entregó las llaves, consistentes en un par de tarjetas de plástico con el logotipo del hotel, y te indicó cómo legar a la habitación. Novena planta, al fondo del pasillo, a la derecha. Puerta 911.

No tardaste en localizar la habitación, que bien podría haberse tratado de un pequeño ático en el centro de la ciudad. La tarjeta magnética abrió la cerradura de seguridad sin mayores problemas, y la puerta se abrió dejándote paso al lujoso y exquisitamente decorado interior. La habitación constaba de un salón, un cuarto de baño de buen tamaño, con dos lavamanos y un plato de ducha lo suficientemente grande como para acoger a una familia media al completo, y una habitación, igualmente espaciosa.

También contaba con una pequeña terraza tirangular, con vistas al skyline y al museo. La parte frontral estaba casi totalmente acritalada, con unas ventanas enormes que ocupaban casi la totalidad de la pared.

Sobre la mesita, en el acogedor salón, te dio la bienvenida un periódico del día, un cuenco con bombones y un par de pequeños carteles de NO MOLESTAR/PUEDE PASAR A HACER LA HABITACIÓN, de los que se colgaban del pomo de las puertas de los hoteles.

Notas de juego

Por agilizar, vamos a decir que llevas el dinero encima. Eso sí, ya has gastado el efectivo que pudieras llevar, y te queda, en todo caso, calderilla.

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04/04/2016, 02:03
Theresa Harper

Entró al ascensor y pulsó el número nueve. Las puertas se cerraron. En su mano derecha sostenía las llaves de plástico. La pequeña maleta descansaba en el suelo, junto a ella, y la tira de su bolso reposaba sobre su hombro. Alzó la vista por encima de la puerta metálica, observando los nítidos dígitos de la pantalla cambiar a medida que iba subiendo. ¿De veras?¿Puerta 911? El número de emergencias... ¡Menuda coincidencia! Aunque debía admitir que aquello tenía su qué, iba a alojarse tras el número del que trataba de alejarse.

El ascensor se detuvo, Terry flexionó las rodillas, recogió la maleta y salió para recorrer el pasillo en busca de su habitación. Cuando entró se quedó totalmente boquiabierta. No esperaba encontrar el salón, ¡ni la terraza! ¿Se habría equivocado Billy? No parecía probable. Suspiró. Sin lugar a dudas, una semana atrás habría estado encantada, la habitación era preciosa, la altura, las vistas… pero ahora ésto le preocupaba. Colgó del pomo exterior el cartel de “No molestar” y cerró la puerta. Por fin, un espacio sólo para ella, un pequeño refugio provisional donde podría descansar o al menos, relajarse.

Salió a la terraza y apoyó los brazos en la barandilla. Un momento de paz contemplando la ciudad. Se preguntaba dónde encajaría la mansión en llamas en el puzzle de edificios. ¿Podría verse el resplandor del incendio desde aquí?

Entró de nuevo en la habitación y cerró la puerta. Era momento de preparase. Encendió el televisor y fue cambiando de canal, buscando si en alguno hablaban del incendio, tal vez en las noticias 24h. Bajó completamente las persianas y las cortinas y conectó el móvil al cargador. Si no encontraba noticias sobre lo que estaba ocurriendo aquella noche se daría una ducha, pero antes enviaría un whatsapp a Flash. Aunque hubiese preferido escuchar su voz, no quería hacer llamadas que pudieran quedar registradas. “Hola, soy Terry. Estoy bien. Necesito hablar, ¿lo hacemos en 20 minutos por chat? Dime cual.”

Seguramente estaría dormido o con alguno de sus ligues. De todos modos había que intentarlo. Tras enviar el mensaje, fue al baño y se miró en el espejo. Realmente estaba pálida, pero tampoco le pareció un indicativo de nada, con semejante experiencia casi era imposible no estarlo. Se aproximó más y ahondó en sus ojos. Tenían su característico color miel, ni rastro de aquellas horribles lágrimas. Examinó su boca, en especial sus colmillos. ¡Tampoco había nada extraño! ¿Y si estaba teniendo alucinaciones? No… no. Era consciente de que se había lanzado sobre Vince; y Suzy… ¿una alucinación puede durar tanto? ¡No! ¿Acaso la única explicación posible era esa? ¿Existían esos seres de ficción? Era absurdo… pero aún así actuaba como si lo tuviese asumido. ¿Qué hacía sinó, con todo cerrado y dudando si para estar segura debería dormir en el baño con la puerta también cerrada, para que no se filtrase nada de luz? Se sentía tan absurda y tan preocupada a la vez...

Se desnudó para ducharse, pero al ver la bañera cambió de opinión. La llenó de agua temiendo hacer demasiado ruido dada la hora, pero no fue así. Se sumergió bajo la agradable espuma y cerró los ojos, intentando evadirse durante unos minutos. Piña, naranja, pomelo… Masajeó su cabeza con un champú cuyo aroma principalmente cítrico le transportó a lugares exóticos. Cuando salió de la bañera, se secó con la toalla y luego la enrolló en su cuerpo. Fue hacia el dormitorio y se dejó caer de espaldas sobre la cama. ¡Era realmente confortable! Estiró el brazo y cogió el móvil de la mesilla, para comprobar si había respuesta de Flash.

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04/04/2016, 17:50

Cuando te asomaste a la noche del Denver a través de la terraza, no pudiste ver rastro alguno del incendio; debía quedar al otro lado del edificio, o quizá ya lo habrían controlado del todo. La fría brisa nocturna te habría molestado antes, obligándote a taparte, pero en aquel momento no era el caso: podías sentir el frío, pero no te molestaba, no tenías esa necesidad de cubrirte y de protegerte de su gélido tacto.

Las noticias 24 h de la televisión local, al menos, sí habían retransmitido lo ocurrido. Una reportera de ascendencia hispana cubría la noticia a pie de calle. En aquel momento estaba despidiendo al jefe de bomberos.

- [...] y gracias por su tiempo, Jefe Jonhson. Como decíamos, se ha confirmado una víctima mortal en el incendio de esta noche al sur de Belcaro, en el área residencial. Al parecer, la víctima se trataría de Jacob Prestor, el propietario de la casa, que se habría quedado dormido delante de la chimenea. Prestor, de 74 años de edad, era un hombre reservado y tranquilo, según sus vecinos [...]

Realmente podías decir que el baño te había sentado bien; de maravilla, de hecho. A veces parecía milagroso el efecto que el agua caliente y el jabón podían tener en una mente exhausta. Y la tuya, después de la nochecita que te había tocado pasar, desde luego lo estaba. Cogiste el móvil y comprobaste, algo decepcionada, que Flash no te había contestado. No era de extrañar, al fin y al cabo. Eran cerca de las 5 y media de la mañana y seguramente estaría durmiendo a pierna suelta, conociéndole.

El cansancio empezaba a hacer mella también en ti, y sentiste cómo se iba apoderando de ti, poco a poco, pero de manera inexorable. Más que cansancio... era sueño, pero un sueño raro. Como si no pudieras evitar cerrar los ojos. Como si tu conciencia estuviera a punto de quedarse sin batería. Empezabas a notar tus extremidades pesadas, lánguidas, como si les costase obedecer las órdenes de tu mente embotada.

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11/04/2016, 23:41
Theresa Harper

Hizo un gesto de desilusión al comprobar que no tenía respuesta de Flash. Te echo de menos...
Se sintió algo ingenua por haber tenido esperanzas de hallarle despierto a esas horas de la madrugada, pero necesitaba tanto explicarle cuanto había pasado, tener su apoyo, saber de él, de su familia...

Dejó caer el brazo estirado sobre la cama, aunque sin soltar el móvil. Le esperaba un largo día por delante en aquella habitación tan ordenada con cierto cariz minimalista. Observó sus paredes blancas que transmitían ese ambiente diáfano, salpicado de luz, y una decoración en tonos principalmente primarios que infundían energía. Los colores neutros de los muebles, sin embargo, transmitían serenidad y la alfombra evocaba las onduladas dunas de un jardín zen. Esbozó una tenue sonrisa. Eso es lo que necesitaba. Un ambiente de paz para mantener la calma y la cordura.

Las noticias se habían hecho eco del incendio y de esa información pudo rescatar un nombre. Frunció el ceño, pensativa. La edad encaja con la del hombre que nos atacó y si traduzco tranquilo como “dueño de una sangre fría digna de un asesino en serie” podría perfectamente tratarse de él. Pero en tal caso me parece tan poco probable que haya muerto por quedar dormido frente a la chimenea...

No recordaba bien el rostro de su agresor ya que tampoco había conseguido verle con nitidez en ningún momento, pero creyó que si le veía en una foto sería posible reconocerle.

Empezó a sentir el peso del cansancio y la cama era tan cómoda... Estuvo realmente tentada de cerrar los ojos y descansar, pero en lugar de ello, luchó contra la fatiga. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, se levantó lentamente y se puso el camisón negro que tenía en la maleta. ¡Debería haberme puesto un pijama de algodón! ¿Cuándo se ha visto un vampiro con uno de ellos? Cualquier persona con un pijama debería quedar directamente librada de serlo.

Intentó no pensar en ello. Si bien no podía descartar esa descabellada opción o la de haber sido víctima de un suero que produjese efectos similares, también creía que era aventurado creer serlo. Quiso llevar la toalla al baño, pero vio que el agotamiento no se lo permitiría y simplemente la dejó resbalar hasta el suelo. ¿Qué le estaba ocurriendo? Había supuesto que no podría dormir ni aunque se lo propusiera pero ese cansancio ya se estaba apoderando de ella.

Volvió a estirarse sobre la cama, abatida, y de nuevo cogió el móvil. Sabía que no habría ningún mensaje de Flash, pero no pudo evitar comprobarlo de todos modos. Inició entonces una búsqueda en internet, aunque tenía sueño, mucho sueño.

[color=#0000FF]j a c o b   p r     e           s                 t[/color]

Los párpados le pesaban y su cuerpo invadido por el cansancio se había rendido y ya no respondía. No quería dormir, no quería cerrar los ojos, pero no podía más...

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12/04/2016, 16:37

El horizonte clareaba por momentos, lejos, al este, más allá de las Grandes Llanuras, marcado por una línea que formaba casi una horizontal perfecta. En cualquier otra ocasión te hubiese encantado contemplarlo, pero no ahora. No podías, a través de las persianas y cortinas, que tan prudentemente habías bajado. Y aunque no lo hubieses hecho, tampoco habrías sido capaz. Los ojos se te cerraban literalmente, y eras presa de un sueño que no podías explicar, y que no recordabas haber sentido jamás.

Poco a poco caíste presa de aquel sueño sin sueños, oscuro, espeso, sin imágenes ni sensaciones. Simplemente una "nada" inconsciente, difícil de definir.

Notas de juego

FIN DEL CAPÍTULO I.

Espero que lo hayas disfrutado ^^. Paso a repartir la experiencia de este capítulo:

 

Puntos de Experiencia (CI)

 

Interpretación: 2/2
Avance de trama: 1/1
Victoria: 0/1
Objetivos: 0/1
Extra: 1/1