Partida Rol por web

En este tema os contaré un poco de la historia general de Tenra y lo necesario para ubicarnos en esta partida en concreto.

Entorno geográfico y político

Es el año 38 de la dinastía Seishin. El emperador Genshi Suntoku accede al trono tras la muerte de su padre, Genshi Houshi

La partida transcurre en Yashima, continente central de Tenra y lugar de la primera aparición registrada de los humanos. Dentro de Yashima nos trasladamos a la península de Gi-Shu, apodada “La tierra de la aflicción” debido a que su inestabilidad política provoca un estado de guerra casi continuo que consume gran parte de los recursos de la región. Es una tierra cubierta principalmente por bosques y pequeñas montañas. El clima es mayormente tropical con algunas grandes tormentas ocasionales.

De los diversos dominios o países que forman esta región vuestros personajes empezarán en el dominio de Sakahami, que ocupa la mitad norte de la costa oriental de la península. Lo gobierna el regente Kitazawa Sakahami-no-Tsukasa Harunosuke, quien después de perder una gran cantidad de territorio a manos del dominio vecino de Miyashino hace cuatro años prohibió a todos los señores vasallos guerrear entre sí. Su idea es crear un frente unificado de todos sus señores con el que volver a declarar la guerra a Miyashino y recuperar el territorio perdido.

Los PJs están al servicio de Aki Shikoku-no-Kami Masamori, señor vasallo que gobierna el feudo de Shikoku, un rincón situado en el extremo noroccidental de Gi-Shu haciendo frontera con la región de Tou-Shu. Debido a la influencia política de los monjes budistas de Tou-Shu, a su lejanía de la capital y su relativamente escasa importancia estratégica, este feudo se ha librado de lo peor de las guerras civiles de Sakahami. Desde la última guerra contra Miyashino el gobernante de Shikoku ha estado probando novedosos sistemas de gobierno más benévolos y justas con el pueblo que han mejorado el bienestar y la fidelidad de la población. Los otros señores de Sakahami ven en esto una señal de debilidad y si bien debido a la prohibición del regente no pueden declararle la guerra sí que se han iniciado diversas intrigas para asesinar a Masamori y sustituirlo por un señor vasallo títere.

Sintoísmo y Budismo

Iglesia Sintoísta

La Iglesia Sintoísta es la organización político-religiosa que controla el destino de Tenra. Actúan desde las sombras, apoyando a los regentes afines con información o recursos tecnológicos y manipulándolos para mantenerlos en un estado de guerra continua. También es la depositaria de las creencias religiosas de los tenranos, basada en en honrar a los espíritus de la naturaleza y la purificación de lugares y personas.

Salvo los miembros de mayor rango de la organización nadie sabe realmente cuál es el motivo real por el que la Iglesia hace esto, si para mantener su hegemonía o para llegar a un fin noble y benévolo.

Hace poco menos de noventa años se produjo el cataclismo conocido como “La caída del monte Jinrai”, que destruyó gran parte del continente de Yashima y el centro de poder de la iglesia. Desde entonces la Iglesia se dividió en dos cortes: la corte meridional u ortodoxa, y la corte septentrional, más aperturista y dada a compartir la tecnología con el resto del mundo. Esta división en el seno de la Iglesia sólo sirvió para añadir más confusión al ya de por sí enmarañado sistema político de Tenra.

La península de Gi-Shu está bajo la influencia de la corte septentrional.

Budismo

El budismo es una doctrina religiosa que convive y se complementa con el sintoísmo. Los principios básicos en los que creen los monjes budistas son los siguientes: la vida significa sufrimiento, el sufrimiento es causado por el deseo, se puede poner fin al sufrimiento y existen prácticas que se pueden llevar a cabo para ayudar en este proceso (conocidas como el Noble Camino Óctuple). Los monjes budistas viven una vida sencilla: leen las escrituras, trabajan duro, se ocupan de la comunidad en la que viven y oran para tranquilizar a los espíritus inquietos. También trabajan a menudo como sanadores y escribas, y ayudan en la recogida e incineración de los muertos.

Los monjes budistas reconocen cinco principios como normas básicas para alcanzar la iluminación:

• No se debe matar seres vivos sin motivos
• No se debe mentir ni hablar con falsedad
• No hay que incurrir en la lascivia ni en el comportamiento obsceno
• No se debe beber alcohol
• No se debe robar

Al igual que ocurre con otras religiones, el budismo tiene múltiples sectas que tienen su propia visión sobre cómo poner fin al sufrimiento y alcanzar la iluminación personal. Es de destacar que si bien las distintas sectas pueden pensar que las otras están equivocadas, muy raramente se alzarán en armas unas contra otras por motivos estrictamente religiosos. Las tres sectas budistas más importantes de Tenra son la Secta Fénix (Hou-Ho), la Secta de la Montaña de Ébano (Hokusen) y la Secta del Loto Brillante (Myouren)

Secta Fénix

Es la secta más grande y poderosa de Tenra, y cuenta con miles de creyentes y tempos por todo el mundo. Es la única secta que dispone de una fuerza militar cuyo poder es equivalente a la de un regente. Su doctrina para la salvación del alma incluyen el estudio de las escrituras de Buda, el ayuno y el entrenamiento espiritual.

Secta de la Montaña de Ébano

Estos monjes dedican muy poco tiempo a construir templos, educar discípulos y otras actividades propias de sectas más reclusivas. En vez de eso los monjes de la Montaña de Ébano se entrenan física y espiritualmente a diario para alcanzar la iluminación. Sin embargo, el fundador de la secta afirmó que el camino para alcanzarla no era único y que una vez alcanzada hay un límite en cuanto a lo que se puede llegar a explicar a otros. Además, los monjes de esta secta admiten que incluso los cinco mandamientos del budismo no son inviolables para alcanzar la iluminación.

Esta secta es la más aperturista de todas y no hacen distinciones por género o especie, por lo que no sólo hay muchas monjas sino también monjes onis y medio onis. A los monjes de esta secta se les suele ver entre el pueblo llano, ayudándoles con sus tareas mientras les imparten su doctrina particular hacia la iluminación.

Secta del Loto Brillante

Esta secta es una escisión de la Secta Fénix que considera de gran importancia las llamadas Escrituras del Loto Brillante. Creen que la salvación del pueblo está ligada a las palabras "Na-Mu-Myo-Ren-Go-Hou" ("Bendito sea el Loto Brillante"). También rezan a Amitabha (una encarnación de Buda) por la paz después de la muerte. Por este motivo los monjes de esta secta que desesperan de la vida pueden actuar de forma violenta e imprudente creyendo que podrán salvarse en la próxima vida. A causa de esto muchos regentes reprimen o prohíben estas creencias en sus dominios.

Tecnología

La tecnología se limita al ámbito de la guerra. En el campo de batalla puedes encontrarte con una armadura yoroi, una enorme maravilla de tecnología y magia avanzada, o con medicina avanzada capaz de permitir a los heridos sustituir sus extremidades perdidas por brazos mecánicos o por armas.

Sin embargo, el estado tecnológico del resto del mundo es el del Japón feudal de los siglos XIII−XV. No hay electricidad ni Internet en los hogares, ni puertas de acero que se abran con reconocimiento visual. Al contrario, el pueblo viven como las personas lo hacían en el Japón medieval tardío: casas de madera, esteras de tatami, puertas correderas, baños de madera, y té y arroz al vapor.

En lo que respecta a la guerra, los avances tecnológicos son ilimitados. La iglesia sintoísta posee el secreto para la fabricación de las gigantescas armaduras yoroi y de los robóticos kongohkis, y solo se deshacen de ellos como regalos a los regentes favorecidos.

Con los recursos naturales de Tenra, artesanos expertos forjan maravillas como las espadas gema, que generan una tremenda fuerza letal cuando se aprieta el gatillo que llevan integrado, y los fusiles de gemas del alma. En los últimos tiempos, el desarrollo de la pólvora ha intensificado aún más la evolución de las armas de uso personal: cada vez son más comunes las ametralladoras y las armas cuerpo a cuerpo explosivas, y los soldados ashigaru están sustituyendo sus anticuadas lanzas largas por sencillos fusiles de pólvora.

La iglesia sigue teniendo la llave de la tecnología avanzada, que se basa en los meikyo o “espejos del alma”. Estos espejos del alma permiten a aquellos capaces de utilizarlos proyectar su espíritu hacia un objeto, permitiéndoles comunicarse a larga distancia con otras personas o hacerse con el control de un objeto mecánico.

Únicamente la iglesia es capaz de formar artesanos capaces de fabricar intrincados espejos del alma, temibles yorois y kongohkis, acorazados y castillos voladores, y demás maravillas de magia y acero. Es la raíz de su control sobre el mundo y no revelarán sus secretos.

Hace poco, una parte de la iglesia (la corte septentrional) ha revelado algunos de los secretos del proceso de elaboración de los meikyos. Esto ha permitido a artesanos de varios reinos la creación de maravillas tecnológicas similares a las de la iglesia. Esta nueva tecnología no es tan compleja como la de los meikyos hechos a mano por la iglesia, por lo que se le ha dado el apodo de kimenkyos, o “espejos mecánicos”. La tecnología kimenkyo sin alma resulta eficaz y se puede fabricar en serie más rápidamente que los meikyos, pero no es ni mucho menos tan sofisticada ni tan poderosa como la de sus contrapartidas meikyo artesanales. La tecnología kimen es sinónimo de “imitación”, pero, aunque más toscas, estas maravillas producidas en serie pueden repararse y reequiparse con rapidez.

Acero escarlata y gemas del alma

“Acero escarlata” es el nombre que se le da a un acero rojizo y resistente que se extrae de muy pocas minas. Adecuadamente refinado, puede forjarse en gemas del alma, la piedra angular de buena parte de la tecnología de Tenra. Las gemas del alma son pequeñas bolas de acero cristalino que contienen una carga de energía espiritual de forma muy similar a una batería. Se utilizan en todos los campos, como por ejemplo la magia (para invocar demonios, para implantarlas en samuráis y shinobis como forma de potenciar sus capacidades naturales, etc.) o la tecnología (conforma los conductos energéticos de los yorois y kongohkis, y proporciona energía a los fusiles de gemas del alma para propulsar proyectiles hacia sus objetivos).

Es un mineral muy escaso, y el descubrimiento de cualquier nueva mina es causa de intrigas y guerra.

Para una aplicación práctica de los usos de la pólvora y gemas del alma consultar las Reglas de juego

Los Oni

Los Oni son una raza al menos tan antigua como la humana. Se diferencian de los humanos por los dos cuernos que les salen de la frente y los complejos tatuajes con los que decoran sus cuerpos. Poseen una conexión innata con la energía mágica que impregna el mundo de Tenra (Denominada “Sha”) a la que ellos llaman Resonancia y con la que son capaces de leer mentes y matar personas con sólo desearlo. Son demonios astutos e inteligentes que disfrutan infligiendo dolor y devorando a los humanos.

Cualquier regente o señor vasallo que sepa de una aldea Oni enviará a sus soldados a destruirla por completo antes de que puedan suponer una amenaza para sus súbditos. Se ofrecen grandes recompensas a aquellos que aporten información sobre la localización de aldeas o bandas de Onis errantes.

Los Ayakashi

La palabra proviene de una interpretación de un ideograma japonés que se podría traducir por los conceptos “hada”, “espíritu” o “monstruo”. Algunas personas dicen que los ayakashis son criaturas nacidas en áreas en las que existe un aura palpable de odio, miedo y otras emociones tenebrosas. Son imposibles de clasificar como lo hacemos con los seres vivos; podemos verlos o tocarlos, pero su naturaleza es incognoscible, y difícilmente clasificable. Son como fantasmas: no existen, pero son absolutamente reales.

¿Es difícil de entender este concepto contradictorio? Pues así es como debe ser: hay cosas que los humanos no pueden comprender, cosas que simplemente no podemos plasmar en palabras, y criaturas cuyo origen y comportamiento son inexplicables. Nuestros cerebros humanos sencillamente tienen poco o nada en común con estas criaturas. Existen, y son entidades en el límite de la razón humana. Las personas han optado por llamar a estos fenómenos ayakashis o espíritus.

Los ayakashis tienen poderes sobrenaturales, patrones de comportamiento o debilidades que los humanos no pueden entender. No mueren, al menos no de forma natural. Incluso cuando se les da por fallecidos, acaban por regresar a la vida. Para librar realmente al mundo de un espíritu problemático no basta con matarlo, debe ser destruido.

Algo que resulta mucho más fácil de decir que de hacer.

Kugutsushis, unos artistas singulares

No toda la magia de Tenra se centra en la guerra. Unos pocos artistas la emplean para crear singulares obras de arte vivientes llamadas kugutsus, maniquíes hechos con piezas talladas a partir de la madera de antiguos árboles sagrados, y el alma que se forma y se sella en su interior de forma natural es el reflejo de una criatura o espíritu natural llamado kodama.

Cubiertos con una capa de telaraña mágica (la esencia misma del sha, la energía mágica de Tenra), se convierten en una criatura de carne con una bella forma humana. Luego se les educa de la misma manera que se haría con un ser humano. Los kugutsus nacen mediante el trabajo manual, el esfuerzo y la magia. Son criaturas fascinantes, puras y más hermosas de lo que un simple humano podría aspirar a ser. Para su creador, se transforman en la máxima expresión del arte; literalmente, crean vida a partir de su imaginación.

Un kugutsu es capaz de sudar, llorar, reír e incluso sangrar, igual que los seres humanos. Una vez adquieren su forma final y cobran vida, no hay nada extraño en ellos. La única diferencia con un humano es que cuando un kugutsu muere, recupera la forma de un maniquí de madera sin vida. Pueden vivir una vida larga y plena con la apariencia de un ser humano, pero en última instancia son diferentes.

Se tarda de cinco a diez años en tallar y crear un único muñeco kugutsu. Por si fuera poco, no existen muchos kugutsushis. Y de los que existen, solo unos pocos son dignos de mención: los más hábiles, cuyos nombres son bien conocidos. Un kugutsu es una magnífica obra de arte viviente, y a veces por esta belleza se paga todo el oro de un reino. El valor de un kugutsu elaborado por un kugutsushi famoso es tan alto que puede provocar guerras entre regentes.