Partida Rol por web

Llegáis al camión y os apoyáis sobre él para recuperar el resuello. Harry se sube inmediatamente al puesto de conductor y lo enciende.

Estáis en medio de la noche. El corazón os palpita debido al estrés provocado por la situación y a la carrera que os acabáis de echar para llegar hasta allí cuanto antes.

A vuestro alrededor todo está en calma. El cielo se ha vuelto a despejar y se pueden ver las estrellas. La Osa Mayor refulge con intensidad sobre vuestras cabezas y más allá, la estrella polar,...nada hace pensar el caos que no muy lejos de allí, acaba de producirse.

Los más escépticos de vosotros, habéis tenido que enfrentaros con vuestros propios prejuicios y vuestras convicciones se han vuelto truncadas por un suceso que a todas luces resukta inexplicable. Otros tenéis una sensación agridulce, a medio camino entre la satisfacción por el deber cumplido, en algunos casos los problemas de conciencia que conllevan haber asesinado a una persona y en todos, el saber que hay algo más allá. Algo terrible intentando entrar. No sabéis desde dónde, pero ahora sí, tenéis la certeza.

¿Qué hacer ahora? Esa es la cuestión ¿Cómo volver a vuestra vida cotidiana sabiendo lo que sabéis?

Los días siguientes Percival cambió de vivienda y de pueblo. Como estudiaba en Arkam, no estaba atado a Danvers, así que se trasladó al antiguo Kingsport, donde las nieblas eternas ocultan los pasos de los marineros a tempranas horas, y donde los sueños se ven estimulados por la extraña música que llega de la Cabecera de Kingsport, ahí en lo alto, donde hay una cabaña a la que nadie, que se sepa, ha accedido.

Siguió con sus estudios, claro está, pero ya no con sus calaveradas. Cambió completamente para alegría de su familia, y comenzó la dura tarea de convertirse en un pilar de la sociedad, con una digna carrera en el mundo del derecho mercantil.

Solo a veces se asomaba por la ventana de la pensión, situada en lo alto de una colina. Bajo él, el mar de tejados y luces templados por la niebla. La solitaria campana del puerto tocando invisible en la lejanía, la luz de la luna gibosa sacando al mar argénteos brillos. Miraba hacia el arrecife que dominaba el lugar y veía una luz amarilla, la luz de una ventana que no daba sino al abismo. Y se preguntaba qué habría más allá, solamente para suspirar, entrar en su habitación caldeada por una estufa de carbón casi al rojo vivo, ponerse una copa de licor y quedarse quieto mirando la pared.

Rick apuraba su café y su tarta de manzana en su mesa de siempre en el bar de Lincoln. De repente se llevó la mano a las costillas e hizo una mueca de dolor —¿Estás bien Ricky cariño?— preguntó Loreta, la camarera. —Sí encanto, no es nada— Contestó el detective. No es que le doliera pero por alguna razón la maldita herida aquella le molestaba.

 Rick giró la cabeza y miró por el escaparate dejando su mente deambular por los viandantes intentando esquivar los recuerdos de Danvers. Habían pasado unas semanas desde la aventura y el frío del invierno de Boston empezaba a notarse en la ciudad. La gente iba con sus abrigos y sus gabardinas y con los sombreros embutidos hasta las cejas... Su mirada se fijó en un tipo al otro lado de la calle.Estaba de pie en una esquina observando... Y tenía algo raro. El abrigo largo, la bufanda y el sombrero le ocultaban casi del todo pero... Era una túnica de sectario? Un escalofrío le recorrió la espalda...

Entonces una chica llegó corriendo y se abrazó al hombre que se quitó el sombrero y la besó. Rick suspiró aliviado...

Loreta se acercó a la mesa —¿Otro café Ricky?— Rick asintió y Loreta le llenó la taza —Oh tienes un recado de Jenny dice que el abogado del señor Bronson ha pagado su factura y ha añadido 20 dólares más, que la señora McDougall sigue insistiendo y que tu amigo John llega en el tren de las 5.— Rick sonrió Perfecto Loreta.

Se levantó sacó un dólar y se lo dejo en la mesa... Cogió su maletín y comenzó a silbar De repente la herida le volvió a molestar. Se paró y volvió a mirar por la ventana... Cogió su sombrero se giró a la barra —Oye Loreta, te importa guardarme el maletín? Puede que venga luego el teniente Callahan a por él, o un amigo que se llama John, pero no se lo des a nadie más ¿vale? Dile a Tim que lo meta en la caja fuerte del garito de atrás...— Loreta frunció el ceño —¿Problemas Ricky? A Tim no le gusta que le metas en líos con la poli— Rick se encogió de hombros y sonrió —No te preocupes cielo, solo son unos papeles que me mandó un amigo desde la India, nada ilegal. Te lo dejo en la mesa.—

La camarera asintió y salió de la barra a por el maletín mientras el detective salia por la puerta... Rick miró en todas direcciones y buscó un buen sitio para perder a alguien que le estuviera persiguiendo... Sí eran unos papeles de la India... Con una lista de nombres de vecinos de Danvers que le iba a dar a Doc...

Quizás así podría volver a dormir en su dormitorio y no en la habitación secreta que en tiempos era su alijo privado de licor...

Durante los días siguientes, las noticias os llegan de Danvers. Los extraños sucesos acontecidos durante aquellos días trascienden de la prensa local. La policía no pudo ocultar por más tiempo las extrañas circunstancias de la muerte nueve personas en tan solo dos días y la desaparición de una más. Algunas de ellas, muy conocidas como el desaparecido Jonathan Baker, el ayudante del fiscal, el señor Dawson, el concejal del ayuntamiento, Charles Peabody o el señor Walton Burroughs, que ejerce de conservador de la Casa de la Bruja, el museo local. También se destaca el fallecimiento de cuatro persona de etnia hindú cuya identidad no llega a trascender a través de la prensa.

Por lo demás, nada más se llega a saber de los Tughee, ni de la diosa Khali.

En lo que respecto a vosotros, el día siguiente del ritual, se os llama a declarar sobre el asunto del cementerio. Cuestiones de mero trámite. Rick estaba a punto de coger el autobús para Boston y Percival estaba recogiendo sus escasas pertenencias para la mudanza cuando la policía les comunicó que teníais que ir a comisaría. Finalmente os dejan partir a seguir con vuestra vida, pues no tardará en descubrirse que los fallecidos formaban parte, todos ellos (Dawson incluido) de una sociedad secreta en Danvers a la que llamaban el Círculo del Nuevo Amanecer.

Tampoco ha pasado desapercibido el suceso el bosque. La luz y las explosiones se percibieron en la noche desde muchos quilómetros de distancia. Expertos en metereología fueron consultados sobre el asunto pero no consiguieron dar una explicación sólida. El hallazgo, semanas más tarde del pequeño cráter, tal como fué catalogado, dejado en el lugar donde estaba el altar, hicieron concluír que había sido un meteorito pequeño que había impactado en ese lugar, el causante de todo el fenómeno. Al menos esa es la explicación oficial.

Sin embargo, algunas personas se muestran escépticas porque no se han hallado ningún resto del mismo. Además, los volúmenes encontrados en la cabaña, relacionan el suceso con el Círculo del Nuevo Amanecer. Los libros son trasladados a la universidad de Arkham para su estudio.

¿Y qué ha sido de John y Harry?. John vuelve a sus ocupaciones en el hospital psiquiátrico. Con el tiempo es ascendido a director del hospital. Mantiene el contacto con Rick, aunque debido a un pacto tácito entre caballeros, no volvieron a hablar sobre todo este asunto. Con Percival, al no haber dejado dirección ni forma de contacto alguna, pierde el contacto.

Harry vuelve también a su vida, regentando el Chaston, donde Jupiter, que siguen en la banda de Jazz. Además harry sigue con su negocio paralelo de distribución de bebidas alcohólicas en la zona. Con el tiempo se muda a Boston. Un día se encuentra con Rick en un bar. Rick estaba en la barra tomando un Whisky cuando el camarero le informa de que está invitado por "el caballero". Cuando Rick se da la vuelta ve a Harry que está a punto de salir por la puerta. Harry le sonríe y ambos hombres se quedan mirándose durante un par de segundos. Rick le saluda levantándose el sombrero. Luego Harry se vuelve hacia la puerta y sale del local.

The End (ahora sí)