Partida Rol por web

Habría jurado que antes de entrar en la sala había visto un fichero o, en su defecto, algo parecido, pero las sombras producidas por los animales acuáticos de la pantalla habían engañado su vista. Se quedó mirando las imágenes, atónito, durante un momento.

Cuando se recuperó de la impresión producida por la visión de un elemento tan extraño, y en cierto modo ostentoso, dentro de un despacho, se giró para ver la puerta acorazada.

Si el tipo este de metal no puede abrirla con esos cacharros... ¿Necesitaréis que llame a mi amigo el grande?

Miró hacia Braddock y no pudo evitar fijarse en sus poderosos brazos.
Seguidamente bajó su mirada para ver su enorme barriga, trabajada tras años de intensa dedicación. Se echó a reir.

Wormhole continuaba repasando con mente y cuerpo el despacho en busca de un lugar sospechoso para esconder una caja fuerte.

-No nos confiemos en los sensrores de Rc. Esta gente podria haber escudado la caja ante sensores. Creo que es mejor poner todos manos a la obra.

Todos los datos obtenidos de todas las lecturas coincidían: La puerta del panel daba a una sala acorazada de gran capacidad que seguramente contendría lo que estaban buscando. La seguridad de la cerradura era de muy alto nivel, con reconocimientos de retina y huellas e incluso de tipo sanguíneo, algo que al androide sabía era relativamente común en las instalaciones de máxima seguridad de JeriCorp. También pudo averiguar que las contraseñas numéricas de diez dígitos que cerraban la cámara parecían variar en una secuencia temporal, de forma que no había una sola combinación posible, sino varias, que dependían de la hora y el día.

Aún con todo, podría saltarse toda aquella seguridad si empleaba el tiempo suficiente. Sus procesadores y cogitadores eran capaces de dar con la combinación numérica que abriría la puerta y al tiempo, saltarse los reconocimientos dactilares y oculares gracias a un volcado de datos que podría engañar a los sensores.

En su entrenamiento en la compañía había pasado por situaciones similares y al estar siendo constantemente actualizado conocía prácticamente todos los protocolos de seguridad utilizados en cualquier tipo de instalación.

RC se acercó a los paneles de seguridad de la puerta. De uno de sus dedos apareció un conector que nadie sabría donde colocar, ni siquiera se le ocurriría que se pudiera conectar con algo. La "llave" entró sin dificultad en su abertura, y comenzó el baile, la concentración de RC-207 era tal, que no contestaba a las preguntas que se le formulaban. 

El panel de seguridad se descontroló en un amalgama de pitidos extraños y comportamientos fuera de lo común en componentes electrónicos. Mientras tanto, el humanoide se mantenía quieto, parecía observar lo que estaba haciendo tras su visor, aunque nadie podría comprobarlo. 

Si alguno de los presentes dudaba de si era o no humano, la respuesta apareció en forma de sudor por sus mejillas.

Tras unos cuantos minutos inmóvil y conectado al panel, extrajo con rapidez su mano del lugar. Una voz femenina se expandió por la habitación. - Adelante señor Reed, su identificación ha sido satisfactoria, que tenga un buen día.

-La enorme puerta blindada se abrió, descubriendo el contenido de la misma a los intrusos que aguardaban entrar en ella.

La puerta se desplazó lateralmente sobre raíles magnéticos con un sordo siseo hidráulico. Todos pudieron ver que tenía medio metro de grosor y una serie de presillas que la mantenían herméticamente cerrada y hubieran hecho muy difícil abrirla a la fuerza.

El sistema de seguridad se apagó justo en ese momento. Dejaron de escuchar el sonido amortiguado de la voz enlatada que pedía a los trabajadores que fueran hacia las salidas y el indicador en rojo del panel de acceso a la cámara cambió a azul, tal y como lo habían encontrado. Al otro lado RC pudo atisbar un corto pasillo de paredes metálicas pulidas que daba, a través de un par de escalones descendentes, a una sala de buen tamaño pobremente iluminada por una serie de halógenos de baja intensidad en el techo.

Dos islas con grandes paneles holográficos dominaban la sala de unos doce metros de ancho por unos quince de largo y la dividían en tres pasillos entre los que se movían una decena de técnicos uniformados al estilo de JeriCorp que monitorizaban todos los datos reflejados. Cada panel tenía una serie de pantallas anexas en las que se mostraban cascadas de números, diagramas de barras y otras representaciones gráficas para interpretarlos y diversas vistas de las calles de la falsa ciudad, de la fábrica de North Central y de los pasillos del complejo subterráneo. Una gran pantalla, que ocupaba buena parte de la pared contraria al pasillo de acceso y que estaba vigilada por dos hombres, mostraba un mapa completo de toda la caverna que contenía la simulación de SubCity y situaba a todos y cada uno de los simulacros que hacían las veces de habitantes. También estaban reflejadas la localización del equipo de aspirantes, así como su estatus actual y toda la información que se había obtenido de ellos durante la prueba.

Todos los elementos de la habitación indicaban que se trataba de una sala de control central desde la que se había monitorizado a los aspirantes desde el mismo instante en que abandonaron el anillo de seguridad junto a Carbono.

En el momento en que RC irrumpió en la sala un sonriente Rolan Reed le salió al encuentro. Los técnicos, que hasta ese momento se habían mantenido ajenos a la irrupción, se volvieron para presenciar el encuentro, algunos de ellos con una clara expresión de tensión en el rostro.

Las palabras de Wormhole son música para mis oídos. En lugar de esperar a que el hombre de hojalata lo haga todo, los demás podemos ir tratando de adelantar trabajo. Esas malditas paredes blancas son toda una provocación, y yo aún no he soltado toda la adrenalina que quisiera, así que me dispongo a golpear unas cuantas paredes, a intervalos regulares de medio metro, a distintas alturas, tratando de encontrar espacios diáfanos al otro lado de alguna de ellas.

Estoy con el puño preparado para el primer impacto, cuando el sonido de las alarmas cesa y una puerta aparece de la nada, abriéndose para nosotros. Me quedo con las ganas de golpear la pared, sacudiéndome las manos con un par de palmadas. El robot se ha portado. Ahora solo cruzo los dedos para que no nos encontremos otra puta prueba al otro lado de la puerta.

Me asomo y lo que veo me deja boquiabierto. Me aparto un mechón de cabello rubio del rostro para ver mejor, mientras mis ojos recorren el lugar analizando cada sección, cada operario, cada gran pantalla. Todo está monitorizado, cada paso que hemos dado, cada prueba a la que nos hemos enfrentado. Cada punto de esta falsa ciudad por la que nos hemos movido. Cuando veo aparecer el rostro de ese tal Reed, me pongo en guardia, como si una parte de mí aún creyese estar en peligro en su presencia. Otra parte aún desea partirle la cara. Pero me recompongo al momento, porque todas las señales indican que eso no será necesario. Todo ha terminado, este es el final del camino, la meta de la carrera, el objetivo de la prueba.

Hemos llegado al final y -¡¡qué cojones!!- no lo hemos hecho nada mal.

Me adelanto con gesto serio, pendiente de las reacciones de los presentes. Los técnicos están tensos, quizás sientan temor hacia quienes somos capaces de tamañas proezas. Quizás en su fuero interno crean que somos un peligro para ellos, que somos monstruos. Quizás lo seamos. O quizás teman que queramos terminar el trabajo que dejamos a medias con Rolan Reed. Y quisiera hacerlo. Pero no estoy aquí para eso. Esto es una entrevista de trabajo, y yo he venido a por un maldito empleo.

Señor Reed, si ese es su verdadero nombre… –Le ofrezco la mano, aún alerta pero guardando las formas y la educación debidas- ¿Podemos suponer que la prueba ha concluido? Me encantaría conocer su valoración inicial, personalmente creo que no lo hemos hecho nada mal…

Wormhole entró y enseguida identifico la habitacion como un CCO (Centro de control de operaciones). Habia estado en muchos en Afganistán y en Irak. El ex-militar se colgó el rifle del hombro y adoptó, inconscientemente, aquella postura que todos los miembros de las fuerzas del orden usaban para permanecer quietos mucho rato. Las piernas abiertas, el torso recto y las manos tras la espalda.

-Parece que la misión llega a su fin. Coincido con el análisis de señor Braddock, señor. A la espera de su análisis.

- ¡Ja! - Se permitió una cínica carcajada antes de negar un par de veces con cabeza, vendo que los aspirantes no habían tardado ni dos segundos en suponer que era él quien se encontraba detrás de todo el montaje de la prueba de selección. Braddock había dudado, si, pero parecía un muchacho de pensamiento rápido. Eso era bueno. También parecía satisfecho con el porte militar de Wormhole. En general, parecía bastante animado - Podemos y debemos suponer que la prueba a llegado a su fin. Habida cuenta que han causado destrozos en las instalaciones por valor de miles de dólares, la dirección de Recursos Humanos ha decidido que no era necesario que recorrieran todo North Central de vuelta al punto de origen, causando mas y mas destrucción a su paso. Han demostrado de lo que son capaces y eso solo habría supuesto más pérdidas para nosotros.

Asintió un par de veces con la cabeza al ver que el luchador le tendía la mano y se volvió un segundo hacia el interior de la sala para hacerle una señal a uno de los técnicos. Al momento una hoja de cristal que hasta el momento había pasado desapercibida a los ojos de Braddock pasó frente al científico, que avanzó un par de pasos para saludarle - Precauciones, señores. Nunca se es demasiado cauto cuando se trata de trabajar con personas tan excepcionales como ustedes. No serían los primeros en intentar matarme llegados a este punto ni, seguramente, serán los últimos.

Hizo un gesto con la mano, invitando al grupo a entrar a la sala de control.

- Echen un vistazo si quieren. Pueden pedirles a los técnicos que les muestren las grabaciones de su asalto si lo desean. Tenemos imágenes de docenas de cámaras, en tercera y en primera persona desde los ojos de los guardias que han ido abatiendo por el camino. También hay estadísticas sobre su rendimiento, el tiempo invertido, su eficiencia y eficacia de cada uno de los miembros del grupo y un largo etcétera de datos relevantes. - Elevó las comisuras de los labios en un gesto de soberbia, dejando claro que era el responsable de todo aquello, la cabeza pensante detrás de la gran pantomima que era SubCity. - Dentro les espera Carbono, el que será su instructor. Él les dará una valoración mas amplia que la que yo les pueda dar - Frunció el entrecejo por un solo instante en un gesto de molestia - Aunque si piden mi opinión, han hecho demasiado ruido.

Wormhole pareció un tanto decepcionado con la opinion de Reed. Demasiado ruido? La alarma solo saltó en el último momento. Hasta entonces ni un guardia había podido dar la alerta. Debia reconocer que estaba orgulloso del como habia funcionado el plan de Braddock y, en realidad, pensaba que el tal Reed podia estar molesto por la paliza que le habían dado unos instantes antes y que aquello era mas resquemor qu eun analisis objetivo.

Aun asi, asintio afirmativamente.

-La próxima vez no lo haremos, señor! Permiso para ver al instructor!

Al ver de nuevo el rostro de Reed, su cuerpo comenzó a temblar.

¿Ot... tra vez este tío?
¡Panda!

Su compañero no contestaba. Dió un paso atrás, asustado, pero poco a poco se fue calmando al escuchar la conversación. Se preguntaba si el oso sabría ya que esto se había terminado, o estaba demasiado borracho para salir. Se imaginó a Panda durmiendo la mona en un rincón de su cabeza y no pudo evitar echarse a reír. Lo cual coincidió con algo que dijo aquel hombre.

Jajajaja ¿Ruido? Sabe que se han controlado, ¿verdad?

No había dejado de temblar.

De todas formas, salir no era un problema. Teniendo a Wormhole...

Las palabras del "canitas" no son lo que esperaba, pero no puedo culparle. Supongo que creyó que nos marcharíamos con el rabo entre las piernas cuando se plantó frente a nosotros con ese campo de fuerza y esa pose de superioridad. O que podría detenernos, junto con su colega el "chispas". Debe de haberle jodido bastante tener que ser él quien salió por patas, especialmente con todos sus subordinados mirando y analizando...

Sonrío mientras le estrecho la mano, con esa idea oculta en mi mente.

Bueno, señor Reed, no se que clase de gente acostumbran a invitar a estas pruebas de selección, pero al menos en este grupo hay un poco de sesera. No se deje engañar por el dicho sobre los que tenemos "mucho músculo".

Me doy la vuelta y encaro a quienes han sido mis compañeros en este jueguecito.
Debo reconocer que mis reticencias iniciales eran infundadas, se han portado y han demostrado ser muy útiles. Se merecen mi respeto.

Chicos, parece que esto se acabó. Ha estado bien, deberíamos ir a celebrarlo con unas cervezas o algo así. Os deseo mucha suerte con los resultados. Wormhole, lo del coche ha sido brutal. RC, acojonante cuando agarraste el cañon de la piba, eres el electrodoméstico más completo que he visto. Peluche... me mola tu rollo kungfu. No me importaría hacer equipo con vosotros si nos cogieran a todos.

Wormhole se detuvo a medio camino de reunirse con Carbono y se volvió hacia Braddock. En su rostro, una novedad, una sonrisa.

-Debo decir que has sido un buen lider ahi atrás, rubiales. Admito que yo tambien me deje llevar por tu imagen de descerebrado californiano pero has demostrado que hay un buen cerebro debajo de todos esos músculos. Creo que RC ha sido clave en la mision con sus sensores avanzados y la agilidad de Mr Harris nos ha dejado a todos con la boca abierta.

-Y eso no me pasa mucho.

RC avanzó dentro de la sala con normalidad. - #Buenas tardes Señor Reed. Espero que no haya sufrido daños.# - La cabeza del humanoide recorrió la sala, observando las pantallas de los trabajadores. 

#Es cierto que hemos causado muchos destrozos, aunque en algunas ocasiones no se sabe que se va a encontrar, la estrategia del señor Wormhole ha sido vital para avanzar hasta aqui, y no hubieramos podido llegar si no fuera por las tácticas del señor Braddock, ni por los golpes precisos del señor Panda. Por mi parte, he recogido numerosos datos que están listos para ser analizados cuando quiera.#

La prueba había terminado y RC volvería a su centro de control en la corporación Jericó, su insignia en el pecho lo declaraba como propiedad de la corporación, quizás por ello resultó fácil piratear tantos sistemas y ayudar a avanzar al equipo hasta aqui, si hubiera sido en otro tipo de escenario no se podría decir que optimizara tanto su trabajo.

#Con gusto iré a la formación con Carbono, muchas gracias señor Reed por permitirme tener esta oportunidad.#

No era un hombre acostumbrado a los elogios, y mucho menos por méritos en los que no tenía nada que ver.

Yo no he hecho nada, tío. - Comentó dirigiéndose a Wormhole. - No soy nadie, sólamente la persona que lleva dentro a un Dios, o algo así. Si fuese por mi me habría quedado en casa, comiendo pizza y viendo alguna reposición de una serie de mierda.

Sabía que le faltaba algo por decir, como también sabía que daba asco cuando trataba de expresarse.

Seguro que el osito se alegra de haber sido útil. Aquí sois vosotros cuatro los putos amos. No el Harris...

Reed acabó por hacerse a un lado, franqueando el acceso del grupo hacia la sala de control. Los técnicos, tras unos instantes de duda, siguieron a lo suyo aunque evidentemente nerviosos por la presencia de los aspirantes en su lugar de trabajo. Habían pasado por eso varias veces pero nunca se terminaban de acostumbrar.

Les dejó unos minutos para intercambiar halagos como si se conocieran de toda la vida y fueran los mejores amigos del mundo. Observaba la escena con una expresión cínica. No se terminaba de creer lo que estaba viendo. Apenas unas horas juntos y les faltaba pedirse los teléfonos para quedar. Se preguntaba cómo reaccionarían si al final solo contrataban a uno o dos de ellos.

- La próxima vez es posible que la corporación necesite hagan mucho ruido y que destruyan todo lo que se encuentren en su camino. Nunca se sabe... - Se encogió de hombros mientras negada restándole importancia al asunto - Como sea, no dependerá de mi, así que... - Se volvió y atravesó la sala con paso firme hasta llegar al otro lado, dónde una puerta que había estado perfectamente integrada en la pared. La hoja se hundió ligeramente al contacto de su mano y se deslizó silenciosamente hacia un lado. - Por favor, vayan pasando, dentro les espera Carbono.

Esperó junto al marco de la puerta hasta que Braddock llegó a su lado. Lo miró de arriba a abajo y esbozó una media sonrisa, entre sincera y sarcástica, algo imposible en cualquier otro pero extrañamente natural el Reed.

- Debo reconocer que a parte de músculo tiene cerebro. Toda una sorpresa. - Asintió, concediéndole algo de crédito al luchador. No añadió nada mas, aunque viniendo de alguien como él, era todo un halago.

Cuando RC pasó a su lado, lo detuvo con un gesto de la mano. Se acercó y golpeó con los nudillos la coraza que le cubría el pecho, escuchando atentamente el "tang tang" que hizo. Dio un paso atrás, lo observó en perspectiva durante unos segundos y frunció el ceño.

- Es mucho más impresionante de lo que pensaba... - Dijo en apenas un murmullo, más para si mismo que para el androide. - Han hecho muchas modificaciones... Blindaje, sensores, servos... Un buen trabajo de bioingería. Debo reconocer que no tenía mucha confianza en el proyecto, pero fíjese, aquí está preocupándose por mi bienestar... Curioso... Muy curioso...

Parecía que se iba a quedar en silencio, contemplando a RC, cuando reaccionó de repente. Se apartó, dejando la entrada libre y le hizo un gesto para que entrara de una vez con todos los demás.

Tras una gran mesa rectangular oscura les esperaba de pie Carbono, uniformado con su armadura gris mate. Había seis sillas en total, una de las cuales, la de cabecera, ya estaba ocupada por un hombre vestido de traje negro a medida y corbata de seda salvaje roja. Tenía la cabeza afeitada y, aunque la iluminación era más bien tenue, unas gafas de sol de diseño le ocultaban la mirad. Frente a él una tablet que en ese momento mostraba el logotipo de JeriCorp. En el centro de la mesa había un sencillo cenicero.

- Me alegra verles sanos y salvos - Saludó Carbono con calidez. Ya no utilizaba los filtros de voz, por lo que la entonación de sus palabras era fácil de apreciar. - Vayan tomando asiento y descansen unos instantes. ¿Necesitan alguna cosa? ¿Bebida, comida, aseo? Empezaremos en seguida y quiero quiero que se sientan cómodos.

Siempre necesito aseo, pero soy más bien de dejarlo pasar. Por el momento con una bolsa de patatas fritas podría valer... - Al terminar la frase, sus tripas volvieron a sonar. - Se agradece.

Se sentó, y notó cómo la silla le oprimía el trasero. Durante unos instantes tuvo que afanarse para encontrar una postura cómoda.

Sudaba como un cerdo. Y no parecía importarle.

Wormhole obedecio y se sento con gesto preciso y las manos sobre las rodillas. El militar parecia estar a punto de recibir un briefing o algo asi...

Esbozo una media sonrisa al notar la extraña mirada de Reed. Me parece que se ha encontrado con más de lo que esperaba, y eso le jode. Su comentario hace que aflore un atisbo de sarcasmo, que me esfuerzo en ocultar en cuanto recuerdo para qué estamos aquí.

Todos nos llevamos sorpresas, de vez en cuando. –Tú sigues vivo ¿no?

Al entrar en la sala oigo la voz de Carbono ofreciendo lo que podamos necesitar. Es entonces cuando echo un vistazo a mi musculoso pecho y mis abdominales marcados, un torso desnudo y ligeramente chamuscado por cuenta de un rayo que escoció más de lo que pienso confesar.

No se si tendrán algo de ropa para dejarme, alguna camiseta promocional tipo “JeriCorp mola” o así. No es que me importe demasiado ir así, pero algunos suelen sentirse incómodos si voy con el torso desnudo -Puede que no lo consideren adecuado, que sea la envidia, o que traten de ocultar su lado gay, yo que se. Pero esas ideas me las voy a guardar de momento, no creo que me convenga decirlas en alto delante de los jerifaltes.

Sin que nadie tuviera que decir nada en el sala entró uno de los técnico que trabajaban fuera llevando una pequeña caja plana que dejó en la mesa frente a Braddock. Cuando este la abrió en su interior encontró un anodino jersey de gris que resultó ser especialmente cómodo y agradable al tacto una vez que se lo puso.

Reed se había quedado fuera, ocupándose de otros asuntos, por lo que en la sala de reuniones solo estaban ellos cuatro y los dos representantes de la compañía.

- Puesto que no parece que necesiten nada mas... - Hizo un gesto hacia el hombre de las gafas de sol - Este hombre es Weissman Knox, enlace del gobierno de los EEUU asignado a nuestra compañía. - El interpelado movió ligeramente la cabeza en dirección a los aspirantes a modo de saludo - Ha estado supervisando la prueba de campo y ahora les realizará una sencilla entrevista. Recuerden que en todo momento tanto ustedes como nosotros estamos sujetos a la cláusula de confidencialidad que se firmó al empezar, así que contesten con sinceridad. - Le cedió la palabra a Weissman con un gesto y dio par de pasos atrás para pasar a un segundo plano.