Partida Rol por web

Soy un soldado, nunca tube problemas de aceptar ordenes. Mientras no entre en conflcito con mi lugar de origen, por supuesto. Tengo unas ordenes previas que he de respetar.  Digo mirando serio al agente.

Aunque al agente del gobierno pareció no importarle lo más mínimo, Carbono se removió inquieto. El calvo del traje tomó la primera nota de la exigua reunión en la tablet, que ahora mostraba la escasa información de que disponían del caballero terrano. Solo un par de toques sobre la pantalla que se cuidó de mantener protegida de miradas indiscretas.

- Muy bien caballeros. - Dijo Weissman - Eso es todo. - Dio un par de toques a la pantalla de la tablet y volvió aparacer el logo de JeriCorp. Enlazó las manos sobre la mesa y esperó, mirando directamente a Erick y Trueno. - Si tienen alguna pregunta, este es el momento de hacerla.

Eso pareció despertar el interés de Erick, que se había colocado con los pies sobre la mesa, inclinando la silla en una peligrosa posición que podría hacerle caer en cualquier momento. Levantó los pies, dejando caer la silla, y colocando las manos sobre la mesa, como si estuviera a punto de saltar sobre el Agente K.

- Pues sí, mira - dijo, alzando las cejas - Una de las razones de participar en todo esto es que... bueno, hay algunos sitios del mundo donde no puedo ni pisar la puta calle sin tener a un par de tipos de uniforme pisándome el culo... Moscú, Bangladesh, Barcelona, Honk-Kong... bueno, seguro que está todo en esos informes.

Se inclinó un poco más, apoyando la cara sobre sus manos, como aburrido.

- Si juego a vuestras reglas... ¿se me solucionan todos esos problemas de seguridad?

No se por que no me extraña que Erick tuviera problemas con la justicia, no se que responderá a eso el agente.

Yo por mi parte no tengo ningun problema. Digo esperando la respuesta a la pregunta de Erick

Alzó las cejas sobre las gafas y sus labios se abrieron en una sonrisa lobuna. Miraba a Erick con la actitud de un depredador que se encontrara ante un inferior que le acabara de pedir permiso para cazar en su territorio. Sin embargo, reconocía al monje como a un depredador. Y eso suponía que, en cierta medida, lo entendía.

- Efectivamente, estamos al tanto de sus problemas seguridad. - Dijo asintiendo - Y, ¿Por qué no? Podríamos hacernos cargo de algunos de ellos. - Otra vez la sonrisa lobuna - Por supuesto, dependerá de su nivel de compromiso con JeriCorp y con el gobierno al que represento. Va a formar parte de un equipo que tendrá que llevar a cabo ciertos trabajos de cara al público y deberá ajustarse a ello. - "Ciertos" era la clave. Y lo había recalcado para que quedara claro. Al fin y al cabo, como prueba de selección, habían asaltado una fábrica, causando daños a la propiedad y "asesinando" a su personal para robar unos documentos. - Si usted cumple, nosotros responderemos. Y según su estatus aumente, podremos ofrecerle una mayor cobertura.

Erick abrió la boca, para luego sonreír abiertamente, y dio un fuerte manotazo sobre la mesa.

- Entonces, ¡cuenta conmigo, Mr Proper!

Como suponía Erick es bien facil de comprar. Yo me pregunto si esta gente me podrá servir de ayuda pero supongo que lo mejor es preguntarlo.

Supongo que en una compañía como esta manejais bastante información... ¿que sabéis de la amenaza a mi tierra? le pregunto.

Weissman ignoró por completo a Erick y se centró en la pregunta del caballero terrano. Ya tendría tiempo de poner en su lugar a ese pequeño bastardo y demostrarle quién la tenía más gorda cuando llegara el momento. Tecleó un par de comandos en la tablet, esperó unos instantes y, cuando obtuvo lo que andaba buscando, se volvió hacia Trueno.

- De momento no tenemos ninguna información al respecto - Atajó Carbono desde su lugar, con mucha mas amabilidad de la mostrada por el calvo del gobierno - Si es cierto que conocemos la existencia de su mundo, pero nuestro contacto con él es muy limitado ya que no tenemos intereses comerciales en Terra. Como le ha ofrecido el agente Knox al señor Erick, si se compromete con nosotros pondríamos a su disposición todos los medios con los que contamos para recabar información sobre esa amenaza e incluso ayudarle a atajarla si reportara algún beneficio a la compañía.

Me quedo mirando a Carbono como tratando de escudriñar en su rostro de acero.

Supongo que eso será suficiente por ahora... Digo finalmente.

- Esto es todo por hoy entonces, caballeros - Anunció Carbono mientras Knox apagaba la tablet y la guardaba en un maletín negro que había permanecido junto a él durante la escueta entrevista. No se esforzó lo más mínimo en disimular el arma que había en un interior, una automática de gran calibre con silenciador incorporado que Erick sabía era bastante eficiente. - Necesitaremos una forma de contactar con ustedes para poder comunicarles nuestra decisión sobre su posible incorporación a nuestra plantilla. Queremos que sean conscientes de que se han presentado docenas de candidatos a las pruebas y es posible que no sean seleccionados para las siguientes entrevistas. Aún así, estamos muy satisfechos de su participación y desde la directiva quieren agradecerles su colaboración y excusar las posibles molestias que les hayamos podido causar durante la selección con este pequeño obsequio. - Se acercó hasta los aspirantes y les dio a cada uno un pequeño estuche de piel con el logotipo de la corporación grabado en él en bajorrelieve. En su interior, entre otras cosas de publicidad como un par de plumas de buena factura, un diario de viaje encuadernado en cuero, una diminuta memoria de cincuenta gigas y un pisapapeles bastante elegante, había un pequeño sobre que contenía dos mil dólares en efectivo.

- Les acompañaré a la salida en cuanto estén listos. - Dijo haciéndose de nuevo a un lado - Un transporte les llevará de vuelta a la sede de la Corporación en Boston y allí podrán tramitar, por cuenta de la compañía, los viajes a sus lugares de origen.

Erick tomó el estuche de piel y empezó a rebuscar observando lo que contenía, tirando por encima del hombro todo aquello que no le interesaba, quedándose con el sobre y la memoria, que procedió a guardarse en la ropa interior. Luego se incorporó y se despidió del tipo del gobierno con un ligero cabecero, sin preocuparse mucho de si le devolvía el saludo o no. Luego siguió a Carbono, no sin antes dedicarle una desagradable mueca a Trueno.

- No creo que volvamos a vernos, guapito - dijo, quitándose el improvisado coletero que había hecho con un trozo de cable y dejando suelta su melena color carmesí - Pero te aviso porque soy así de majo: si nos cruzamos de nuevo, te voy a destripar como a un pez muerto.

Y diciendo esto, sin escuchar la respuesta de su ex-compañero, y soltando una carcajada maníaca que resonó en la habitación, se dirigió a por los restos de su guitarra que esperaban en un recipiente en la sala contigua, para luego unirse a Carbono.

No se que tiene ese gilipollas contra mi, yo simplemente había hecho la misión lo más eficientemente posible era él quien no podía mantener un mínimo de disciplina necesaria en cualqiuer operativa de campo.

Si es eso lo que piensas creo que será mejor para ti no volver a cruzarte conmigo... le advierto mientras mis dedos rozan la empuñadura de mi espada. Luego me vuelvo hacia Carbono. Disculpe mis modales, suelo ser más disciplinado pero es dificil con gente tan poco profesional...

Con poco mas que decir y mucho menos que hacer, Carbono se despide del agente del gobierno, que se queda sentado a la mesa de reuniones mientras el instructor de la armadura mate les indica a los aspirantes el camino hacia la salida.

Un par de puertas y un eterno pasillo que corría bajo toda la instalación mas tarde, regresan al punto de partida, el círculo de seguridad al principio de las calles de SubCity. Allí les esperaba el mismo transporte que los había llevado hasta aquella extraña ciudad simulada. Las luces del complejo estaban encendidas y parecía de día. Varios grupos de operarios podían verse en movimiento, revisando algunos de los falsos ciudadanos, haciendo pequeñas reparaciones e incluso dejando aquí y allí pequeños restos de basura y otros detalles para aumentar la sensación de realidad.

- Caballeros, esto ha sido todo por hoy. - Anunció mientras el conductor del transporte encendía el motor con un silencioso zumbido eléctrico - Ha sido un placer conocerles y, como se suele decir, ya les llamaremos.

Tras la escueta despedida se quedó en la plataforma segura, observando como el transporte se sumergía en las sombras del túnel que conectaba con la superficie.