Partida Rol por web

Así, el grupo reunido se despide de sus seres queridos y parten en su rurales monturas bañados por los pétalos que arrojan los niños de los Darren. "La fuerza de Erastil en vuestro brazo, su sabiduría en vuestros actos", piensa Salmar orgulloso.

Tras bajar la colina de Altocerro, tenéis por delante el rastro* que comenzáis a continuar. Parece a simple vista que este se torna rumbo a las montañas... y algo pequeño y familiar viene justo en dirección contraria.

Hoid, al frente del grupo de valientes campesinos hace una señal de alto al ver de lejos la sombra del enano, pero estos lo ignoran al no conocer las señas que emplea la milicia -Chicos! Dice al darse cuenta -Os he dicho alto, no veis mi brazo? se acerca alguien comenta señalando la figura del enano, - Creo que es el herrero ese que vive aislado en la colina vecina, me pregunto si también le han atacado, aunque parece estar bien. Hoid espera a que Dolgrin les alcance -Saludos, tu eres ese enano que baja a la aldea de tanto en tanto no? cual era tu nombre Dorin? Dorlin? Dorsin?

Poco ha pasado desde que salieron de Altocerro, Duric y Nuage encabezan la marcha, Rouben y Baz van un poco detras, siguiendo sobre sus monturas, pero a paso de hombre, la lenta marcha, el asco detras de todo, impasible y de lento caminar, cada tanto intenta deternerse para tomar algo de comida de un ceto, estira su cuello, pero las riendas le tiran y recuerda que esta atado, y otra vez impasiblemente, continua su marcha.

Durante el primer tramo del trayecto, piensa que podria motivar a esos seres tan pequeños, como Suzette, asi como un sin fin de preguntas inutiles, la curiosidad intriga nuevamente al muchacho.

Al ver la seña de Hoid, el joven se detiene, y antes de que el enano este a tiro de piedra, puede verlo con claridad, Dolgrin, extraña coincidencia, no digais que quiere ir al pueblo por proviciones, este enano es oportuno como... que va! lanza desentendido consigo mismo hablemos con el

En realidad no has visto destrozos. Os habéis encontrado a medio camino de tu casa con la aldea. Eres ajeno a lo que ha sucedido.

A lomos de Nieve, Baz centra sus ojos en el suelo tratando de desentramar las marcas del suelo en lo que que sus amigos denominan rastro, no precibiendo más que un sinfín de desgastes y muescas sobre el terreno debido al uso. No es hasta que oye la voz de Hoid que se da cuenta que ha pedido detener la marcha.

- Miraba otra cosa Hoid, silba la próxima vez, como hacemos en el campo o cuéntanos lo del brazo

El gigante arruga la nariz, su casa todavía se ve desde aquí y ya comienza el viaje sin que pueda ayudar a los cazadores ni entender las señas del soldado. Al final mira a Rouben y asiente ante su comentario.

- Que los orcos no le pillasen es bueno.

Baz había coincidido alguna vez con el enano en la taberna pero no habían compartido lo suficiente como para considerarle tan amigo como a los demás. Esperaba que tuviese alguna noticia para ellos, quizás vio algo.

-Oh disculpa Baz, es la costumbre... comenta con sinceridad mientra se acerca el enano. -En cuanto tengamos un momento intentaré instruiros a todos un poco en combate y tacticas de la milicia, puede que a nosotros no nos sirviesen en el ataque pero me quedaré mas tranquio si las conoceis, podrian sernos útles. prosigue mientras hace distintos gestos con la mano -A todo esto, quizas deberiamos montar todos y avanzar mas deprisa, el rastro de la carreta parece evidente en el camino, ya iremos mas despacio cuando los orcos se desvien y lo perdamos no creeis?

Duric junto a Baz van en cabeza intentando descifrar las marcas del suelo. Al parecer a conseguido encontrar las marcas del carro que robaron los orcos. Cuando de repente Duric escuchó a Hoid, se detuvo de golpe para ver que pasaba.

Al parecer se acercaba alguien. - Es Dolgrin - Contestó en voz alta. Los dos habían compartido varias caminatas y conversaciones cuando Duric se lo encontraba mientras iba a explorar y cazar.

- Dolgrin nos podrá decir si ha visto a esos ogros.
 

Por la barbar de todor lor enanor, ogror. No muchacho, no he virto ninguno.Por ciertor ¿que haceir por aqui?,¿Y que hirtoriar de ogror hablair?- dice el enano mientra se mensa la barba con una mano y sujeta la rienda de su mula con la otra. Mientras el enano preguntaba un cuervo negro se posa en la mula y se queda mirando a los jovenes.

Hoid que tardo un poco en comprender las palabras del enano por su cerrado acento pero finalmente le contestó

-De ninguna historia amigo son trágicos hechos, empieza a explicar -Un grupo de orcos ataco hace dos días la aldea, exterminaron a casi todos mis compañeros de la milicia junto con muchos aldeanos para saquear lo poco que poseían antes de  secuestrar a la hija del gran anciano, Alhirä, Le comenta reflejando en su mirada el dolor que le supone la tragedia -Estos valientes han decidido ir tras ellos y no voy a permitir que lo hagan solos Dice señalando al grupo con un gesto de la mano -Así que ahora vamos en su búsqueda para ver si podemos rescatarla antes de que sea demasiado tarde y de paso exterminar a todas las bestias de piel verde que encontremos a nuestro paso verdad Suzette

Apenado por la circunstancia, y pero contento de que el enano se encuentre bien, Rouben asiente a las duras palabras de Hoid a medida que este las pronuncia, agregando al final ¿no has visto nada extraño? se han ido a paso de hombre y deben de llevar un dia de camino, tal vez pasaron cerca de tus tierras

Errr, no, ¿pero no me direir que vair solor?, sin mar ayudar que vuertrar juventur?- Observa a los jovenes, se ven muy dispuestos a rescatar a la muchacha- Por Torag, ire con usteder, necesitareir una manor o tal ver un martillor. Ademar esor pieler verder no saben con quien ser haber metido. Ademar conozcor su dialector.-mientra coge su burra y se va poniendo al lado de los muchachos- Me lor enseñarron cuando era aprendir de mi padrer, ya que decian que era bueno conocer el idiomar der enemigor.

- Pues bienvenido, cara-piedra -salta repentinamente Suzette hablando desde la cabeza del pony-. Este es Lanudo, y es mi montura. Pero si te portas bien -advierte agitando un dedo- te dejaré compartir la silla conmigo. ¡Mandando yo, que te quede claro, jijijiji! ¿Sabes hacer trenzas? ¿No tienes los dedos muy gordos?

Y así, con el acosante cuestionario del hada, Baz Corzo, Duric, Hoid Winters, Nuage, Rouben, Dolgrin El Joven, y Suzette emprenden su viaje continuando el rastro de los asaltantes orcos, directos a... la boca del lobo.