Partida Rol por web

La mano del hombre llegaba al mango de su espada enfundada en su cintura, lista para ser sacada y atacar al gigante que ahora lo acosaba, pero un instinto natural de supervivencia lo habia impedido y había hecho que sus manos ahora se colocaran en posición defensiva, mostrando sus palmas al hombre de voz grutural.

-Ca...ca...calma señor..... por supuesto no deseo tener encima las grandes casas y sin duda ustedes son gente.... de bien?... pero asi son las cosas en este sitio, quien tiene información tiene poder y por ahora.... yo tengo ese poder, pero puedes tener razón, quizá mi precio es elevado, quizá con unas cincuen.... -Para al ver como los ojos de Alrik se abrian -Cuarenta, cuarenta monedas podré decirles lo que sé, todo lo que se, lo juro!!!

Ozymandías observa interesado el cambio de palabras entre el posadero y la Montaña y decide que ha llegado el momento de ayudar - Solo tengo esto - murmura mientras saca 10 monedas de su zurrón y se las pasa a Alrik tratando de que su gesto no sea demasiado visible.

Sorprendido por la voracidad de los "informantes" de la ciudad atina a agregar, ya sin preocuparse por esconder sus palabras - En el bosque es mas sencillo, nadie cobra por ayudar.Supongo que estas son las ventajas de la civilización - ironiza mientras espera que el resto de sus compañeros pueda aportar una parte... o decidan convencer al posadero de otra manera

Arenas no se molestó en sacar las tres monedas que llevaba encima, sabía que con esas platas no pagaría ni una cerveza medio decente.

Apoyado junto a sus compañeros, vigilaba esta vez la puerta mientras mantenía un oído a la conversación que mantenían.

- Puedo darle 10 ahora y el resto cuando terminemos el trabajo. No intento regatear, es que no tenemos ese dinero ahora. Puedo conseguirlo, pero como le digo tendría que ir a las grandes casas a pedirlo y explicar por qué necesito tanto oro antes de que nuestro trabajo dé ningún resultado. Pero no quiero hacerlo por dos razones, si lo explico se sabrá rápidamente por donde van las pistas que vamos encontrando, y quien quiera que los haya hecho desaparecer podrá anticipársenos; y la segunda es que esa gente tan poderosa se va a enfadar por el hecho de que sus hijos terminasen en un local como éste, y quizás decidiesen que la mejor forma de evitarlo es cerrar este negocio. Como ve, los dos tenemos mucho que perder, al menos una posibilidad de perder mucho. Así que no puedo ir más allá en nuestra oferta: 10 ahora como signo de buena voluntad, y el resto cuando cobremos el trabajo. Si no lo logramos habrá ganado poco, si lo logramos habrá ganado bastante. En ninguno de los dos casos pierde nada. En cuanto a si se puede confiar en mí... no soy yo quien puede decirlo, y mis amigos dirán que sí pero no sabrá si mienten. Lo único que puedo decirle es que entre otras cosas tengo algunos poderes divinos y son de dioses del bien, y en otro tiempo fui clérigo de Pelor. Espero que eso sea aval suficiente.

 Degonas dejó que Alrik tomara el peso de las palabras, se le deba bien tratar con los desconocidos avaros. Sin lugar a dudas la imagen del hombretón engañaba cuando este empezaba a razonar. Era alisto y razonable. Y por su portentoso aspecto, sin lugar a dudas un valioso aliado en el combate. Un buen compañero de andanzas.

Gregory estaba centrado en la mente de aquel hombre, si ponia precio a la información, seguro que estaba pensando en la informacion.

-...Y este no es un bosque amigo, o asómate por aquella puerta de donde entraste, te parece que hay muchos árboles allí afuera?, acaso ves ríos corriendo libremente por las calles?, no cierto??, entonces no me vengas con cuentos de bosques y fatas, estamos en la ciudad donde todo se maneja por el precioso metal. -El tono ridiculizador hervía la sangre del dragón* pero su inteligencia le bastaba para darse cuenta que no sería buena idea reaccionar como lo haría En un bosque donde nadie observa.

-Las buenas voluntades son para los paladines -respondía ante el discurso de montaña -debo admitir que tienes buen poder de convencimiento, quien lo diría de un hombretón como tú!, pero quizá podría negar tener alguna información, no crees?, sería la palabra de un habitante reconocido de melvaunt contra la de unos..... forasteros -La última palabra la decía con un tono despectivo y volteando la mirada. -Pueden llevarse las diez monedas y venir con el resto cuando hayan cobrado en "las grandes casas" jajajaj -Soltaba una risa que cualquiera juraría que se divertía ante la situación, raro, sabiendo que hace unos instántes temía al grandulón..... pero al parecer, ya no tanto..

Al menos no había subido su precio de nuevo.

- No, supongo que esto no es un bosque - reconoció el chaman mientras sacaba su red del cinto y, casi sin darse cuenta la arrojaba sobre quien estaba intentando burlarse de el

- Y también supongo que tu preferirías no estar en esta situación - agregó mientras observaba como las hebras de su red envolvían al cuerpo del tabernero que quería pasarse de listo en su presencia

- Quizás puedas negarlo... pero puede ser doloroso - Ozymandías se encogió de hombros mientras se planteaba que hacer ahora - Necesitamos esa información. Quisimos hacer las cosas bien y tu no quisiste... supongo que ahora toca usar el otro método. Los martillazos en las rodillas suelen ser útiles para ayudar a hablar -

- No le hagas demasiado daño -advirtió el enorme humano-, que una parte de razón tiene y nosotros somos los extranjeros aquí. 

​Después, con parsimonia, se encaminó a la puerta y dejó caer su enorme espalda contra ella, para que nadie pudiese entrar desde fuera.

- Verás, mi amigo no es muy civilizado, desde luego mucho menos que yo, y seguramente yo lo soy mucho menos que cualquiera de esta ciudad. No te mentí, soy una persona de fiar y en su momento prediqué las bondades de Pelor, pero lo dejé. Y te diré por qué, porque Pelor me pedía seguir las reglas, las leyes, y eso me ataba demasiado a la hora de hacer según qué cosas. Por ejemplo, si he de encontrar a unos jóvenes nobles y me encuentro con situaciones en las que para poder salvarlos he de saltarme las leyes que protegen a un tabernero que es una rata avara y juega alegremente con la vida de esos jóvenes para sacar negocio, a mi modo de entender esas normas, esas leyes, están defendiendo los intereses de una rata por encima de la vida de unos jóvenes. Cuando me encuentro en esa situación, intento razonar, convencer, si tengo dinero para pagar incluso pago. Pero si la forma debida de hacer las cosas no funciona y corro el riesgo de que esos chicos mueran porque una rata que sabe algo quiere sacar más tajada de la debida, entonces me veo obligado a saltarme esas leyes que tanto gustan a Pelor y continúo adelante. La gente suele tenerme miedo porque soy muy grande y un tanto feo, pero se equivocan, yo soy el razonable. Mi amigo, el de la red, es el peligroso, absolutamente peligroso. Es increíble como puede aparecer de la nada y meterte una daga en el mismísimo corazón. También tiene un talento especial para causar dolor sin causar daño, lo de los martillazos en las rodillas sólo lo dice porque acojona mucho pero no es su estilo. Es mucho peor lo que le hizo a aquel otro tipo, le quemó la punta del pene. Nunca más volvió a gozar de una mujer, y chico, si algo merece la pena en esta vida no es el dinero sino los placeres, no sirve de nada tener miles de oros si cuando consigues una buena moza no puedes gozar de nada. Aunque eso fue un caso extremo, lo más probable es que comience por meterte la cabeza en un barreño de agua ¿Sabes la angustia que provoca eso? No hace demasiado daño, no a menos que te ahoguen, pero puede que sea el peor rato que vas a pasar en tu vida. Así que yo me repensaría esa oferta. Esos que nos están esperando ahí afuera no van a poder entrar fácilmente a ayudarte, y en todo caso ya nos ocuparemos de ellos dentro de un rato, cuando salgamos. Por el momento estás tú y esa moza frente a un grupo de aventureros experimentados y el local no tiene más entradas que la que yo estoy taponando... Tú decides qué hacemos con esto.

- Voy a darte otra oportunidad, una salida más fácil todavía. Voy a evaluar si lo que sabes cuesta lo que pides o no. Y más te vale que seas sincero porque sabré si me mientes. No voy a pedirte que nos digas lo que sabes, voy a preguntarte qué sabes y tu me dirás si sobre ese punto en cuestión sabes algo o no. Primero irán algunas preguntas sobre las cuales sé la respuesta, pero no te diré cuales, así sabré cuando me mientes. Dime "sí" si tienes información sobre eso y "no" si no sabes nada. No quiero la respuesta, sólo que me digas qué sabes y qué no sabes. En función de lo que sepas te pagaré esas 40 monedas de oro que pides aunque tenga que robarlas, y si realmente nos das alguna pista que nos lleve a solucionar el trabajo, te pagaré el doble. Como te dije antes, soy de fiar y cumplo mis promesas. Pero he de asegurarme que no me estafan antes de soltar los oros y ya me han estafado una vez en este pueblo, 10 oros simplemente por decirme que habían estado aquí, lo pagaré porque dije que sí pero ese precio es excesivo y no me gusta que me timen. Así que repito, no me digas la información, sólo dime si sobre ese punto sabes algo o no. Es mi mejor oferta, de hecho es la última, antes de que mi amigo el dragón dé rienda suelta a sus instintos y consigamos la misma información por la vía dolorosa. Vamos allá...

- ¿Puedes decirme si estuvo aquí el muchacho aquella noche? ¿Puedes decirme si venía solo o acompañado?  ¿Puedes decirme si los acompañantes eran nobles como él? ¿Puedes decirme si estuvo en otros locales antes que en éste? ¿Puedes decirme si estuvo en otros locales después de este? ¿Puedes decirme si ha sido capturado? ¿Puedes decirme si desapareció dentro del pueblo o fuera de él? ¿Puedes decirme si solía salir de aventuras por su sucenta? ¿Puedes decirme si solía ir acompañado de los otros nobles desaparecidos? ¿Puedes decirme si tenía alguna muchacha de la que estaba enamorado? ¿Puedes decirme qué pasó con él aquí en tu local? ¿Puedes decirme si salió del local sobrio o ebrio? ¿Tienes idea de donde puede estar ahora? ¿Tienes idea de si ahora está vivo o muerto? ¿Tienes idea de si alguien lo tiene retenido o no? ¿Tienes idea de si está retenido dentro o fuera del pueblo? ¿Tienes idea de si sus captores quieren rescate o buscan otro tipo de chantaje? ¿Los nobles del resto de casas están con él? ¿Alguna casa está tras los secuestros de las demás? ¿Sabes quizás si es alguien ajeno al pueblo?...

 Degonas ve como el hombre que momentos antes parecía tan inofensivo tratando con Sakesh, en un mismo y fluido movimiento preparaba la red y la arrojaba al tal Héctor, dejándole apresadao antes de que ni tan si quiera se percatara de ello, Alrik por su lado atrancó con su corpachón la puerta y desde ese lugar lanzó un ultimatum al posadero.

 Los métodos empleados por sus circunstanciaales compañeros de trabajo, no eran del agrado de Degonas, pero por el momento el joven permaneció en silencio y atento al devenir de la escena. Miró a la joven tullida y se llevó un dedo a los labios para que esa guardara silencio.

Arenas sacó inmediatamente su arco y colocó una flecha lista para ser disparada.

Miró alrededor, tratando de localizar a algún supuesto cliente que trabajase para Hector mientras decía Joder, aquí el negociante... entrando con buen pie en la ciudad.

Ahí hay una puerta, vigilad al personal. dijo a Degonas y Reaper.

La rabia era mas que notable en el posadero, quien enmarañado con la red del dragón, intentaba llevarse la mano a la funda.

La gente se percataba de que el posadero estaba siendo atacado, se levantaban de sus mesas pero se limitaban a observar únicamente, solamente dos sujetos salían con espadas cortas en mano a intentar defender a Héctor.

 Degonas se acerca a los mantones con las manos ante él llamando a la calma. Sakesh se mueve a su lado, excitándose ante las aacciones de unos y otros.

 - Mantengamos la calma. No cometamos alguna tontería. No queremos que nadie salga herido.

El sabueso tomaba posición cerca de su amo, mostrando sus afilados colmillos y gruñendo de rabia a los matones.

Los hombres parecían vacilar un poco, mirándose entre ellos y luego mirando al posadero.

- No hiráis a nadie, no hemos venido a eso -advierte el enorme humano a sus compañeros- Y vosotros tranquilos que por ahora no ha pasado nada ni tiene por qué pasar -termina diciendo a los matones. 

Gregory se situa en una posicion mas centrada, preprandose para lanzar un conjuro si la cosa se pone fea.

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