El sol despunta tras los cristales blindados de la base, sus rayos se reflejan azulados en la hoja de otra mariposa clavada, de nuevo, en la espalda del Soldier A.
- Ayer hicisteis una buena labor. Sin embargo aún quedan BLU Spys en la base, vuestro amigo es prueba de ello. ¡Terminad el trabajo!
Dolidos por la reiterada pérdida de Soldier A os acercáis a él. El Heavy, fiel compañero se agacha para darle la vuelta, es entonces cuando veis una enorme sonrisa en su rostro, la primera sonrisa de Soldier A. Una sonrisa carente de cordura.
El Heavy, impresionado por la imagen, lo deja caer de golpe y es entonces cuando reparáis en la granada que estaba sosteniendo en la mano y que ahora rueda hacia vosotros hasta detenerse a los pies del Spy.
La explosión provoca un gran estruendo y mucho polvo, pero todos parecéis estar ilesos salvo uno. Unos lamparones de roja sangre resaltan sobre el traje azul del Spy.
- ¡Bien echo mis niños! ¡Sabía que podías hacerlo! ¡Ese era el último! Pronto os mandaré algun regalo de Mann Co