Clark y Jennifer se miraron ante aquella noticia. ¿Que su presidente estaba detrás de todo aquello? Por alguna razón no dudaron. El perfil encajaba y no podían evitar sentirse traicionados. El americano puso los brazos en jarras y miró hacia el techo, incrédulo.
- Encaja.- comentó.- Siempre ha estado un paso por delante. Tiene fuentes de información en todo el mundo y se ha ganado la confianza del jefe de aurores británico.
Jennifer:- Sin contar con la CIA. Seguro que también tenemos topos.
Volvieron a mirarse. Todos aquellos años creyendo que estaban en el cuerpo de élite haciendo el bien y resultaba que estaban ayudando con aquella catástrofe. Clark se sentía traicionado. Todo su trabajo y su esfuerzo habían sido en balde.
El dragón del baño pasaba de Eileen y salió corriendo al salón hasta colocarse frente a Max mientras el dragón en brazos del chico parecía muy calmado y contento.
Ante las noticias, Lucas decidió que era el momento de salir de la bañera. La realidad les llamaba tanto a él como a Tabatha.
Ermendrud miró a su madre y ésta asintió en señal de que todo era cierto. No tenía dudas. Beth terminaba de curar a Emily, esperando su reacción, y pasaba a Sean que se había quedado totalmente atónito. ¿Tenían que ir a por el hombre más poderoso del mundo? ¿Y cómo?
Bella y Stana permanecieron calladas. Después de aquella aventurita no tenían pensado ir a otra aún más suicida tan pronto. Ni hablar. Esta vez se quedarían al margen. O al menos eso pensaban. Esperaban que a Eileen no se le ocurriera volver a pedir su ayuda.
Zoey, por su parte, no cabía en sí de sorpresa. Aquello había pasado de castaño, a marrón a oscuro y posteriormente a un negro absoluto. Miró hacia el baño, donde estaba su mujer, con claro gesto de preocupación en la mirada. Ella no huiría. Si Eileen decidía acabar con todo aquello la seguiría. Aunque fueran a jugar a 007.
Jennifer:- Pero ahora estamos algo por delante.- comentó la joven auror siempre mirando a Clark. No sabía si los otros eran aurores a excepción de la rubia y el cachas británico.
Y justo en medio de aquel pequeño silencio tras la bomba soltada por Max, Vilma despertó. Tenía un gran dolor en la parte derecha de su cara y si se tocaba vería que estaba inflamadísima.
Sale del baño ya vestida y sin la amenaza de un minidragón rondando cerca suyo. Cierra la puerta del baño tras salir. Ya se disculpará con Emily por usar su bañera sin su permiso, y ya se lamentará por haber hecho una cosa tan impropia de ella, pero ahora parece haber cosas más importantes.
-Tenemos a... ¿cómo se llama vuestro jefe? - pregunta a los dos aurores - ¿Gerome? En el piso de arriba... amordazado, atado y con los ojos tapados para que no pueda ver donde está. Y dormido como un tronco. Fue fácil atraparlo...
La verdad es que, comparados con todos ellos, su misión parece la más fácil de todas... y eso que ha tenido que introducirse en el Ministerio de Magia. Aunque claro... las ropas y el disfraz también han ayudado. Aunque la sensación de llevarlas no ha sido buena.
Saluda a Max. Desde donde estaba antes no ha podido verlo, pero si que le ha parecido oír su voz. Parece que se ha unido al grupo por causas totalmente diferentes, pero toda ayuda para entrar en el Ministerio de Magia americano nunca viene mal.
-¿Qué le ha pasado a Vilma? - dice al ver la cara medio deformada.
Se debe de haber llevado un buen golpe para haberla dejado así. En ese momento, parece despertar. Se agacha junto a ella y la ayuda a sentarse. Aunque ese golpe en la cabeza debe de haberla dejado medio tonta y mareada.
-¿Estás bien? Me parece que podrás hacer un especial de Halloween para tu álbum.
Los perros eran unos animales la mar de monos, sobretodo los chiquitines, tan... ¡Chiquitines! Peludos, suaves, blanditos. Se les pueden hacer lacitos adorables y se dejan querer, acariciarles y ¡Au! ¿Por qué siempre los perros más pequeños tienen esa mala hostia? Son los que más ladran y los que más atacan porque se sienten indefensos y amenazados con casi nada. Malditos perros pequeños. Me había mordido, estaba furiosa... Muy furiosa. ¿Y por qué ahora el pequeño cánido quería atacar a Killian? ¡Es más! ¿Por qué estaba Killian aquí? La cara me dolía, me dolía mucho... Pero eso no me lo podía haber causado aquel perrito, no... Era casi imposible. ¿Killian me había pegado?
- Killian...- Dije como pude, intentando vocalizar a pesar del agudo dolor de mi rostro. Pero no podía ser, Killian no estaba aquí. Debía haberlo soñado ¿Entonces por qué me dolía tanto la cara? De repente, recordé: ¡Estábamos en una misión, nos habían descubierto y nos iban a matar. - ¡CUIDADO!- grité y me puse instantáneamente la mano en la parte afectada de mi cara. Gritar no me venía bien. Espera, tenía que estar tranquila... Max nos había salvado... - ¿Max?- Entreabrí un poco los ojos.- ... ¿Tabatha? ¿Estoy... muerta?
Tabatha no estaba conmigo en la misión, ¿por qué estábamos aquí? ¿Habíamos fracasado y habíamos acabado muertas paralelamente?
- ¿Quién es Gerome? ... Es... ¿Dios?- Noté como mi cara estaba inflamadísima. - Eso, ¿qué me ha pasado? ¿Un especial Halloween? No entiendo nada.
Me incorporé muy mareada y observé quienes estaban conmigo.
- ¿Qué... Qué ha pasado?- Volví a preguntar.
Estaba demasiado confundida.
Suspira y rueda los ojos.
-No estás muerta... de momento. Pregunta lo que ha pasado a tus compañeros de misión. Ahora estamos en el piso de Emily.
Se levanta junto a ella.
-Ve con cuidado, que te has llevado un buen golpe en la cabeza. Ve al sofá y siéntate - mira a Emily -. ¿Tienes hielo y un trapo? Habrá que ponerle frío a esa cara.
De repente había un boom de información que requería procesar. De algún modo no todo eran sorpresas, pero aún así había muchas, muchísimas cosas que debía colocar en el puzzle. Miré a Clark y esa expresión -su mirada, sus gestos, su todo - hicieron que me supiese mal por él. Notaba que se sentía traicionado, y sabía cómo se sentía eso. Mientras Max hablaba Beth había acabado conmigo y ya no había heridas por todas partes. Se lo agradecí en voz baja para no molestar y dejar que fuese a por Sean mientras seguía escuchando y observando. No sólo Max tenía cosas que decir, también Tabatha confirmó algo que inconscientemente di por sentado en el momento que los vi en mi casa dentro de la bañera (habría sido alucinante que fallasen y encima se dedicasen a baños románticos).
Cuando Vilma despertó claramente confusa, no dudé en traerle a Tabatha lo que me pidió mientras tomaba yo la palabra.
- Está bien. Aquí hay mucha información que procesar. Lo bueno es que parece que 3 de los 4 grupos han conseguido lo que planeamos y como lo planeamos: compenetrados. Eso nos debería dar cierta ventaja. - empecé a decir mientras envolvía unos hielos en un paño de cocina. - Hemos mermado mucho su frente y hemos cortado sus provisiones para hacer nuevos venenos. No sabemos cuándo tenían ya preparado, pero ese es un problema para otro momento. - dije mientras me acercaba a Tabatha y Vilma y me arrodillaba a su lado. - No te levantes Vilma. Estás en mi casa, estás a salvo. - le dije mientras ayudaba a la chica a apoyarse en la pared. Después volví a incorporarme y miré a mi alrededor. - Os diría que os sentáseis, pero no se si tendré tantas sillas. Sea cómo sea, pongámonos cómodos. Debemos empezar por ponernos al día. Cuándo Kegan llegue, ya resumiremos. Ya que estoy, empiezo por nuestra misión.
Me apoyé con el hombro en la pared cruzándome de brazos y aunque no tuviese nada que ver, en ese momento pensé en que no veía a Mozart por ninguna parte. Supuse que los dragones no eran santo de su devoción.
- Veamos. - iba a necesitar dar un poco de información extra para Max. Miré al chico pensando en qué era lo más importante y necesario. No iba a estar en orden cronológico, pero eso lo hacía más claro y conciso. Creía. Luego miré a la madre de Erm. Nada de lo que dijésemos era nuevo para ella, y aunque lo fuese, daba igual. Le iba a costar mucho convencerme de que era de fiar (sus probabilidades eran probablemente de 1 entre 50), y si no lo conseguía, no iba a ver la luz del día hasta que no hubiésemos termiando con aquello. En el mejor de los casos se iba a quedar encerrada en mi casa. En el peor, la metía en un calabozo de alta seguridad. - No te vi en la boda de Isaac, así que supongo que no estarás del todo enterado. - empecé a explicarle a Max - Para nosotros todo empezó ahí. Usaron un extraño veneno que trastornó a la gente y empezaron a atacarse unos a otros. Más tarde descubrimos que requerían sangre de estos dragones - una raza que se cree extinta por cierto - para elaborarlo. Juntando varias pistas, una profecía de Vilma, e información que recopilamos de los archivos de aurores, acabamos infiltrados en Hogwarts para vigila a vrios alumnos con aparentes vinculos con la organizacion que está detrás de este veneno. Conseguimos así además rescatar a Katherine e Isaac, que habían sido secuestrados en la boda para ser utilizados en experimentos. - tomé un poco de aire pensando si había algo más importante que me dejase en esa información básica. - Y tras más investigación llegamos a la noche de hoy. Sean nos consiguió información muy valiosa sobre las operaciones, financiación y demás de esta organización, así que realizamos una operación conjunta los aquí presentes, más Kegan Kath e Isaac. - obvié el hecho que Eileen se había largado por su cuenta sin hablar con nadie y sólo por suerte todo había acabado bien. - Nuestra misión era la extracción de las crías de dragón. Kegan y su equipo tienen cómo mision un dragón adulto. Tabatha tenía que sacar al jefe de aurores británicos de su despacho ya que tenemos claros datos que apuntan a que es parte de la organiacion, además de un topo. Y Vilma, Beth y el chico que está a tu lado, Erm, tenían que traer a la madre de Erm, quien también está metida en todo. - Sobraba decir que todos habíamos conseguido los objetivos, viendo la situación. Dejé que cualquiera interviniese si veía conveniente añadir algo. En la misión que habíamos llevado a cabo Clark, Sean y yo (con la ayuda de Jennifer) la verdad era que no tenía nada que añadir. Excepto por el fallo durmiendo a dos de los tres dragones, todo había salido como habíamos planeado y ni tan siquiera nos habían visto o se habían percatado de nuestra presencia. - Nos faltaban piezas para llegar a la pirámide, pero creo que nos acabas de dar la punta. - le dije refiriéndome al presidente Mr. Cabrón. No me sorprendía del todo. De hecho, ya había sospechado tanto de él cómo del canciller alemán. El único que sabía era de confianza era el británico, y no por británico, sino porque era mi padre. Mi padre. Le habían engañado bien engañado entre Gérome y Mr. Cabrón. Tenía demasiado trabajo y preocupaciones, no podía ocuparse de todo...
Se quedó en el baño, quitándose la suciedad y la rabia a base de agua y jabón, escuchando las buenas nuevas. Aunque, a decir verdad, nuevas serían pero buenas... Aquello implicaba otra aventura, otra misión. Otra misión suicida. ¿Por qué les había tocado a ellos ser los salvadores de la sociedad mágica no una sino dos veces?
Salió del baño mientras los demás atendían a Vilma y Emily ponía a Max, el bienhallado y reencontrado, al día con todo lo que se había perdido. Casi parecía profética su presencia allí. Sólo faltaba Anwen.
Miró a Zoey, descubriendo que ésta la observaba a su vez, sintiendo cómo la preocupación y el miedo salía a la superficie, filtrándose desde su interior, a sabiendas de que, otra vez el sentido del deber y de la justicia, la empujaban hacia la misma dirección. Parpadeó una vez antes de esbozar una sonrisa de disculpa en su dirección y alzar levemente los hombros en señal de impotencia.
Que contaran también con ellas.
La misión había sido un auténtico éxito. Isaac, Kegan y Katherine habían logrado liberar al dragón sin ser pillados y sin ningún tipo de problema. Ni siquiera tuvieron que luchar con aquel plan de infiltración tan bien trazado y ejecutado.
Y ahora había llegado el momento de usar el traslador que habían preparado para reunirse con los demás en el piso de Emily y Sean. Era el lugar de encuentro. Habían tardado un poco más de lo esperado así que esperaban que los demás ya estuvieran allí más o menos.
Isaac:- Vámonos, chicos.
Y ahora que estaban tranquilos y hablando, poniéndose al día e intentando trazar un plan correcto y posible - que no acabara en misión suicida mortal- del techo aparecieron tanto Kegan como Isaac y Katherine. Los que faltaban por llegar y al parecer ilesos.
Una vez se levantaron los recién llegados se encontraron con que el salón estaba llenísimo de gente: Vilma - con media cara hinchadísima y amoratada-, Eileen, Zoey, Emily, Sean, Tabatha, Lucas, Bella, Beth, Ermendrud, la madre de Ermendrud, Stana, Clark, otra mujer que aún no conocía y...
Katherine:- ¡¿Max?!- Katherine no cabía en sí de sorpresa al ver a su primo. Sin dudarlo corrió a abrazarlo. ¡Habían pasado años!- ¡No sabes lo que me alegro de verte...!
Ea, poneos de acuerdo. Postead y tal pero pronto saltaré así que más os vale tener un plan más o menos trazado aunque sea por whatsapp.
Le pone el hielo envuelto en el trapo a Vilma. Espera que con eso al menos deje de dolerle tanto. Seguro que como el frío entumece, ya no notará nada hasta dentro de un rato.
-Bueno... hay que atrapar al hombre más poderoso del mundo. ¿Cómo lo hacemos? La seguridad será extremadamente alta a su alrededor. El Servicio Secreto siempre está rondando por la Casa Blanca. Sé que se hacen visitas y tal, pero solo a zonas permitidas. Y sabiendo de la desaparición de vuestro jefe, seguro que se encierra en alguna habitación secreta y pone en marcha su plan antes de lo previsto.
Les mira.
- Así que... ¿qué hacemos? ¿Alguien tiene algún plan? Razonable, a poder ser.
Una cosa menos… había ido bien pero probablemente aún quedaba por hacer lo más difícil y teniendo en cuenta que acababan de "secuestrar" a un dragón, eso era mucho decir. Al llegar al lugar de reunión y ver a todos bien - menos la cara de Vilma - una parte de él que había estado preocupado por ellos se relajó y por ello se permitió un suspiro, esa preocupación estaba ahí desde que se habían ido.
Vio entonces a su viejo amigo Max y alzó una ceja acompañada de una media sonrisa mientras se acercaba a él. Iba a hablar con él pero Tabatha comenzó a hablar explicando detalles. Habría que celebrar luego el reencuentro.
La única parte buena de aquello era que con aquello podrían poner punto y final ya a aquella locura… la parte mala es que sonaba mucho a suicido. Por ahora Kegan decidió guardar silencio mientras intentaba pensar algo.