Teruki, molesto al parecer, ni siquiera espera a que termine de tocar, sino que se marcha a su habitación.
Tom abraza a Eleanor sonriente, pletórico...por fin está seguro de lo que hace. Al separarse de ella le acaricia las mejillas, perdiéndose en los brillos de sus ojos...le encanta verla feliz, ilusionada.
Sabes...no es la primera canción que compongo acerca de ti....he compuesto muchisimas...pero siempre tenía la sensación de que no estaban a tu altura
La besa suavemente, y se oyen silbidos en la sala común. La gente rie y bromea. Parece que el estrés de estos días se ha marchado de repente, dejándoles tranquilos. Tom se rie satisfecho. La gente ha empezado a organizar partidas de cartas en las mesas, y la gente se ha quedado a charlar, a hacer vida en común
¡¡Por fin algo de alegría en Hogwarts!! Tom coge de la mano a Eleanor y se acercan a un grupo que está organizando un juego. Se sientan, y comienzan a jugar con ese grupo. Juegan hasta tarde, riendo juntos y divirtiéndose
Os parece bien?? me he tomado bastantes licencias, si no os parece bien, lo cambiamos
Sonríe, sin aparente preocupación por la repentina escapada de Teruki, y juguetea con los dedos de Tom, ¡Anda ya! ¿Cómo no iban a estar a mi altura?, se ríe y le da un beso corto.
Sin poder concentrarse demasiado y con el corazón a mil por hora, aceptar sentarse a jugar con los demás, aunque apenas puede distinguir al resto de la gente. Ligeramente atontada, se deja llevar.
Tom juguetea por los pasillos con Eleanor mientras se dirigen a la sala común. Le hace cosquillas, la coge en volandas, corren, se rien, se besan....tontean felizmente.
Cuando se acercan a la sala común, Tom se pone un poco más serio
Oye El...¿que crees que encontraremos mañana? ya sabes...bajo el agua. ¿Estará allí el laberinto? quizá necesitemos alguna cosa más ahí abajo....¿se te ocurre algo, oh cazadora mía?
Eleanor sonríe, burlona, Pues habrá, muy probablemente, una sardina enorme que intentará comernos, y contra la que tendremos que pelear. Nos comerá a los dos, y pasaremos el resto de nuestra vida viviendo en su estómago y comiendo restos de pescaditos... ¡y empapados todo el día! Suelta una carcajada y se deja caer en uno de los asientos vacíos de la sala común, dejando sus piernas sobre uno de los brazos del sillón.
Suspira y se pone un poco más seria. Pues no sé, Tom. Ni siquiera sé qué haremos si realmente el laberinto está allí abajo.... Mira al vacío, pensativa, mientras juguetea con su pelo.