Tu turno se está acabando. Es un día lluvioso y la entrada a Manhattan está abarrotada. Has oído que ha habido un par de accidentes múltiples. Es un día perfecto para ir en moto, frío, lluvia, y según pasen las horas las calles se irán despejando. El Nueva York otoñal es la cidad de la libertad... Estás cambiándote, pero de repente oyes tu nombre pronunciado por un hombre de voz ronca. Tu jefe, que piensa que ya te has ido, le dice que tu turno se ha terminado.
Te asomas con disimulo y ves en su hombro el símbolo de la MCA. Él agente no parece muy convencido y pide refuerzos por el comunicador.
- Señor Bariesky, aparándonos la Ley Patriótica y en la resolución de Igualdad de la ONU, vamos a registrar su taller.
Arthur ha escuchado antes acerca de la ley patriótia y del MCA; pero no tiene idea de porqué le buscan. Los comentarios que le llegan acerca de esta gente los comparan con una inquisisión moderna, para la cual el fin justifica los medios. Y sobre todo acerca de los campos de "rehabilitación".
Es por eso que no puede evitar sentir un escalofrío al escuchar su nombre en sus labios. Él no ha hecho nada, pero eso no evita que le maltraten o torturen para valla uno a saber qué.
Presa de los nervios mira rápidamente si hay alguna salida alternativa por donde pueda salir sin ser visto. Pero luego se aconseja, quizás no es nada, una pregunta de rutina. No tengo nada porqué huir.
Respira profundo, y sale una vez cambiado a enfrentar al oficial.
No es necesario que registre el lugar. Yo soy Arthur Myers. En que puedo ayudarle oficial.
¿Es usted Arthur Myers? Ha sido denunciado por un buen ciudadano como Mutante. Necesito ver sus papeles acreditativos de sus pruebas de humanidad y si no los tiene le realizaremos una en este instante.
¿Mutante yo? Habráse visto semejante calumnia. piensa arthur, pero se cuida mucho de decir nada al respecto.
Saca sus documentos acreditativos. Los que le fueron entregados en el orfelinato al llegar a la adultez e independizarse. Siempre confiando que estuvieran correctos.
Aquí tiene oficial, puede comprobarlos todos, y si es necesario no tengo ninguna objeción en colaborar.
Nunca desafíes el orden o te meterás en problemas. Sin embargo una sensación de inquietud le sigue carcomiendo por dentro.
Saca un pequeño aparato parecido a un bolígrafo. De repente se pone el dedo en el oído... estás seguro de eso???
De repente, por la puerta aparece un hombre de negro... los soldados parecen nerviosos. El hombre con una sonrisa se aproxima a tí y extiende la mano.
Creo que no me conoces... Me llamo Caronte y he venido a reclutarte.
Un escalofrío te recorre la espalda al oír su nombre. Su reputación le precede...
¿Caronte? No me suena... ¿Espera, no eres ese tío? ...El jefe de la MCA. ¿Cierto?
Myers está atónito. Sabe que apenas hay imágenes de este hombre, y que es un gran misterio para el mundo.
Devuelve el gesto y estrecha su mano con fuerza, pero sin exagerar.
Reclutarme... ¿no entiendo a que se refiere, señor?
No entiendo nada de lo que ocurre. Primero la MCA me busca y luego su jefe me quiere "reclutar". piensa arthur, y es por esto que aun se mantiene alerta.
Caronte mira hacia atrás y sus hombres desalojan el taller en cuestión de segundos... Reclutarle, sí... darle a usted, Señor Myers, una oportunidad de sobrevivir... dígame... ¿sabe a que nos dedicamos?
A cazar mutantes y atraparlos en campos de "rehabilitación". Responde el motorista para sí. Sin embargo esta no debería ser su respuesta. Debe buscar una forma de endulzar las palabras, pues comprende que está en la boca del lobo, y su destino pendiendo de un hilo.
Tengo entendido que su organización se dedica a perseguir terroristas, sobretodo aquellos con capacidades especiales. ¿Me equivoco? Sin embargo la posibilidad de sobrevivr suena atractiva. ¿Cómo podría ayudarlo entonces?
Caronte sonríe satisfecho. ¿Sabe? Me gusta que sea consciente de su sitación, me gusta que me tenga miedo... y creo que es la sensación más lógica en este instante... porque sus pruebas siempre han dado positivo. Supongo, que se preguntará porque no esta en un campo de concetración. Yo les llamo: "Los por si acaso"... Sí... Algunos mutantes pocos poderosos, como usted, son protegidos por la MCA por si se necesitara de sus servicios más adelante. Ya es más adelante. ¿Tiene alguna duda?
¿Cómo es posible que yo sea un mutante? Miradme, no tengo brazos extras ni piel de colores, ni poderes extravagantes como cuentan las leyendas urbanas. Simplemente soy un mortal más. ¿No puede haber algún error? De verás, ¿si alguna vez las pruebas dieran positivo, yo debería saberlo, no?
En su voz hay mucho de procupación y desorientación que de desafío. Sin duda esta conversación ha tomado un rumbo inusitado. Si al final todo fuera una equivocación, su jefe no volvería a mirarlo de la misma forma.
Le repito, estoy dispuesto a ayudar, pero me parecen que tiene a la persona equivocada. Yo soy normal. Lo repite más para convencerse a sí mismo de las dudas que provocan las palabras de Caronte, que para convencerle a él.
Caronte coje una barra de metal. Te la da. ¿Puedes doblarla?
Has doblado cosas más dificiles que esa. Eres verdaderamente muy fuerte para ser una persona... aunque para tí, supongo, es algo de lo más normal.
Arthur toma la barra y un pestañar la dobla como si fuera de goma, y se la devuelve a Caronte.
¿Debía demostrarme eso algo? Hay mucha gente fuerte por ahí arrastrando camiones. Y no creo ande el MCA detrás de ellos.
Mira inquisitivamente a Caronte esperando una explicación para esa prueba. Realmente siempre ha notado ser más fuerte que la mayoría de la gente. Sería realmente un gen mutante en su sangre. Después de todo, nada sabía de sus verdaderos padres.
¡Y penasr que este sería un día normal como otros! Desde la visita de estos "amigos" todo ha cambiado sus perspectivas.
Sorprendentemente no puedes doblar la barra. Te notas débil... Él sonríe.
Una de mis habilidades es anular "poderes"... y esos "poderes" sólo los poseen los mutantes... Tú eres más fuerte de lo normal... seguramente porque tu madre estuvo expuesta a algún tipo de producto mutagénico durante el embarazo... pero no eres lo suficientemente poderoso para llamar la atención... y eso es lo que necesito...
Aún con un poco de incredubilidad, Myers accede al reclamo de Caronte. ¿Y si todo esto fuera cierto? La verdad es que ya comenzaba a picarle la curiosidad con tanta insistencia.
Además en caso que fuera cierto, era mejor estar del lado de la ley, que prisionero.
Bien, sr. Caronte. ¿Cómo puedo ayudarlo entonces?
Saca una tarjeta del bolsillo y te la da. Vete a esta dirección. Diles que tenías una cita con Lady Ash para sacarte del país porque eres un mutante y la MCA te ha descubierto. Déjate ayudar y nosotros contactaremos contigo. Si fallas, nos traicionas o similar... sonríe.
Arthur toma la tarjeta y la guarda en un bolsillo. Aun tiene dudas respecto a todo, pero está dispuesto a cumplir. ¿Debería preguntar que ocurrirá cuando llegue? se pregunta preocupado. Pero es mejor no pensar en eso ahora.
Deja a Caronte con su mirada inquietante y termina de cambiarse. Toma las llaves de su motocicleta y sale por el mismo lugar que están los agentes de MCA. ¿Hay algo más que deba saber? le pregunta a Caronte.
Hay muchas cosas que deberías saber pero no es el momento de explicartelas. Caronte se da la vuelta y camina hacia la salida...
Pasamos a la escena de La Casa Alegre.