Lo habían logrado. Anreip se había desintegrado y habían rescatado a Sheela. Pronto abandonaron aquel lugar (saqueando previamente los cadáveres, claro está) y el grupo inició el camino de regreso, tardando varias semanas en remontar el río. En un poblado lograron monturas, dromedarios concretamente. Unos animales grandes, fuertes y malolientes que hacían que a cada movimiento Anacteia se sacudiera de un lado a otro. Aquella similitud a pasados amantes nocturnos le hicieron decidir que le gustaban dichos animales y que deseaba llegar a un sitio donde poder disponer de una amplia habitación limpia, con una gran cama y numerosos días ociosos. Eto podría ser un lugar idóneo para ello.
Cuando llegaron a la ciudad y después de alojarse en la mejor posada para descansar, comer y beber como los dioses mandan, y echar una buena siesta, los cinco compañeros pronto quedarían en cuatro: Sheela se despedía en busca de su propio camino. Después de lo que había pasado y había visto, tal vez dedicarse a una vida más relajada era lo más sabio. Tras despedirse la hechicera se quedó ensimismada.
- Hemos salvado al mundo de no sé que, exactamente, y volvemos al punto de partida - dijo suspirando y apoyando su cabecita en su palma de la mano, mirando a ningún punto en concreto.
Y volvemos al punto de partida... Oye, momentos antes de ser detenida y metida en todo este embrollo yo iba a pasar unas horas intensas con un par de buenos mozos, recordó dibujando una sonrisa aviesa y hambrienta. Su mirada comenzó a buscar posibles candidatos en la taberna y encontró de inmediato a Grundar, frente a ella.
Humm. Tal vez demasiado grande. Más de lo que pueda abarcar. Pero, ¡Oye! Me gustan los retos, decidió traviesa mientras su mirada buscó un segundo objetivo para conformar el trío. Y evidentemente se encontró con Shaun.
No sé, no sé. Me pregunto si tendrá algo digno entre las piernas y sabrá cómo usarlo, pensó con serias dudas. Bueno, siempre se le puede dar una oportunidad, concluyó optimista. Abrió la boca para hacerles una proposición indecente pero justo apareció cierta sacerdotisa rapada, interrumpiendo.
Porras, la calva. En buen momento, pensó con fastidio.
- Hola Pack-Nur - saludó sin excesivo entusiasmo. Tuvo que disimular su desgana cuando la clérigo los arrastró al templo y aun más cuando, tras explicar la conjunción de soles, lunas y planetas, soltó lo de la invocación gorda en el límite de un año.
- No entiendo. Si el asunto importante va a acontecer dentro de un año... ¿Para que Anreip quería hacer un sacrificio hace un par de semanas? - preguntó extrañada -. ¿Y qué esperas que hagamos?
Y de paso... Entre tanta gente, ¿No hay más personas capaces de agarrar un palo, sujetar una espada o hacer chirivitas de luces mágicas? ¿Solo nosotros?, gruñó mentalmente.
Grundar estaba centrado en lo segundo que le gustaba despues de aplastar a los enemigos, comer y beber hasta hartarse. Y el buche del semiorco era de buenas proporciones.
Grundar siguó comiendo mientras Sheela se despedia
- Sheela cuidarse, si tener problemas llamar a Grundar. Aplastar enemigos, subió su jarra de cerveza, Por Gorum ! saludó a la picara, antes de vaciarla rapidamente y pasar a la siguiente.
- Ir otra vez a la piramide ? gruño ante las palabras de la sacerdotisa, agarró una pierna de cordero y otra gran jarra de cerveza antes de seguir a la sacerdotisa.
Al escuchar la explicacion de la sacerdotisa, el semiorco se perdió un poco.
- Anreip, volver aqui en un año..... Mmmm. Poder hacer lo mismo pero más fuerte, mnnnnn.
Se gira a Shaun y Anacteia. Si tener que usar piramide, propongo destruir piramide, dijo el semiorco, o poner trampa en la piramide para acabar con Anreip. ¿ Que opinar ?
"Grundar ¡Me gusta como priensas!" dice ante la idea del Druida.
"Ya hemos estado "a las caidas" de este brujo ¡Es el momento de cambiar las tornas!" Aunque en verdad, algo le mueve. Es el deseo de completar el trabajo. Anreip era solo un esbirro. Un mero peón de algo más grande, y no es algo distinto del mismo SHAUN MICHAELS, que es el peón de Feronia, así como del NYPD.
Pero el destino de un peón es ganar por el rey. Ganar la partida.