Veias delante vuestra un caballero clavando su espada un dragon, eso o un cocodrilo, y siendo sinceros, tampoco parecia poner muchas energias, mas bien se asemejaba un dueño cansado despues de un dia muy largo de jornada laboral jugando a "capturar el palo de metal puntiagudo" con su mascota con graves problemas de calvicie y dientes de mas, deseando que haga sus necesidades e irse directo a la cama.
-*Ejem*
Una tos os aparto la atencion del retrato de San george matando el dragon y os fijasteis en las tres figuras, que aunque su tamaño palidecia con la escala de los retratos de otras figuras religiosas venciendo las fuerzas del mal y ventanales que os rodeaban, preguntando seriamente con que tipo de escaleras cambiaban aqui las bombillas, su presencia y aura era el de gargantuesco titanes.
-Bienvenidos inquisidores.- Hablo una figura femenina de rasgos afilados y melena negra como la noche, cubierta de pies a cabeza por los ropajes tradicionales y carmesi de un cazador de la Malleus Maleficarum.- Primero de todo, felicitaros por vuestro gran trabajo, no solo habeis elminado una posible amenaza antes de que aterrorizara y arrebatara la vida de mas inocentes, sino que nos habeis otorgado una potencial testigo.- Dijo extendiendo sus brazos y mostrando una leve sonrisa de gratitud.- Es un honor para nosotros teneros hoy ante nuestra presencia, y me encargare personalmente de recompensaros. Pero antes, quiero oir vuestro testimonio de lo ocurrido en las ultimas horas.
A su lado estaban, sentando en la misma mesa, ahi donde se extendia detras de sus espaldas un simbolo correspondiente a su faccion, una mujer portando una armadura de ultima tecnologia brillando con luces de neon, su rostro mostrando media carne descarnada y marcada por claras marcas de garras y colmillos de hombres lobros y la otra un ojo frio e inquisitivo que se escondia en la media melena rubia que quedaba en su cabellera, Paine Spades, Lider de las Fuerzas Valquiria de la Inquisicion, y al otro lado, un hombre sobre-musculado en un traje a medida de gran calidad, tatuado en mas de una zona de su cuerpo, que dedicaba a Daniel una sonrisa afilada mas propia de algun dios egipcio con tendencia a devorar cosas muertras y del tamaño de una vaca que de un humano, El Carbon, lider del Culto Fenix en la Inquisicion.
Por descarte, hacia de la mujer de en medio, Luisa Cera, la lider de la Malleus Maleficarum, y aunque esto no se diga en alto, la verdadera fundadora y lider de la Inquisicion.
Daniel carraspeó sonoramente, echándole una rápida mirada a su compañero de penurias. Se había quitado el traje hecho polvo con el que habían ido al casino y se había puesto algo más sencillo, unos vaqueros y un jersey negro. Se había dado también la ducha más larga que recordaba haberse dado jamás. Estar ahí, con ellos también ahí, era mucho peor que haberse enfrentado con un enorme constructo de carne muerta y hielo en una casa maldita por la trágica intervención de una vampiresa en un caso relacionado con el cuchillo de un inquisidor. De locos.
- Gracias por la consideración - Empezó, mostrando más seguridad de la que realmente sentía, ajustando su imagen, su tono y su expresión corporal para causar una buena primera impresión a los líderes de inquisición. A diferencia de la dama del casino, a ellos si quería impresionarlos - Solo cumplimos con nuestro deber de la mejor manera dentro de nuestras posibilidades.
- Voy a intentar ser breve y conciso. Si en algún momento me pierdo en detalles o me ando por las ramas, espero sepan entenderlo. Ha sido una experiencia muy dura, tanto física como mentalmente hablando - Hizo una pausa para poner sus ideas en orden y arrancó con su testimonio.
- Estábamos inmersos en nuestro primer caso: la investigación de un hotel en el que estaban sucediendo cosas fuera de lo normal. Lo que empezó siendo un trabajo relativamente sencillo acabó derivando en una pesadilla psicodélica a muchos niveles. Nos enfrentamos a un tirano con vastos poderes infernales al que acabamos venciendo y, de forma totalmente casual, al final de la batalla contra él el techo del piso superior se nos vino encima, revelando que la habitación superior estaba completamente helada y contenía un cadáver.
- En el cuerpo encontramos unas pistas que nos llevaron a un casino de la ciudad, uno de mala reputación en el que casualmente tenía un contacto trabajando. Gracias a ese contacto y una serie de averiguaciones e interrogatorios, dimos con la identidad del muerto y con la de la que, creíamos, su asesina. Él resultó ser un pobre diablo que acabó hasta el cuello de deudas y ella una chupasangre bastante peligrosa.
- Cuando la chupasangre detectó que había entrado en nuestro radar intentó huir, por lo que la perseguimos hasta una casa común en un barrio común que a todas luces parecía abandonada. Allí nos dividimos y mientras John y Juanjo se encontraban y perseguían a la vampiresa, Mijaíl y yo investigábamos un poco más por el interior. Encontramos a la mujer del muerto en la bañera. Se había suicidado. Por lo que pudimos leer de su diario ella... - Desvió la mirada hacia un lado - Ella asesinó a su hijo y luego se quitó la vida.
- Apareció el fantasma del hombre y nos pidió que lo liberarámos, que destruyéramos los mementos que lo ataban al mundo material... Así que nos pusimos a ello. El cuchillo con el que se había suicidad la mujer fue el primero. En ese tiempo regresaron John y Juanjo y seguimos con la investigación de la casa. Rescatamos un perro que estaba encerrado en la nevera de la cocina y destruimos el segundo de los mementos, una especie de muñeco diabólico. Estábamos regresando a la salida cuando John detectó el tercero de los mementos, un retrato de bodas deformado por el mal. Antes de que pudiéramos quemarlo un gólem de carne muerta y hielo atravesó el suelo desde el sótano, atacándonos. Nunca había visto nada tan macabro y espero no verlo nunca jamás, aunque estoy seguro de que seré testigo de horrores peores.
- La batalla fue corta pero intensa. Lancé una granada incendiaria contra el cuadro mientras mis compañeros disparaban sin parar a la criatura, que no se detenía. Pensando que sería mejor llevar la batalla a campo abierto, hice una salida al exterior a través de una ventana mientras John cubría nuestra retirada. En última instancia cogí el coche de la vampiresa y lo estrellé contra la casa con la esperanza de que fuera suficiente para mantener a la cosa ocupada mientras el edificio ardía hasta los cimientos... Y al parecer, funcionó - Agregó con falsa modestia.
- Tenemos algunas pistas que seguir: Unos folletos de la iglesia en la que el matrimonio contactó por primera vez con la vampiresa, unas cuantas frases bíblicas que estaban pintadas por todas partes, unas advertencias que me dio el fantasma del muerto que encontramos en el hotel y el cuchillo con el que lo mataron en el hotel. Jenny parece que por fin ha identificado qué tipo de cuchillo es y a quién pudo pertenecer - Finalizó, cogiendo aire y soltándolo lentamente. Muy lentamente.
- Creo que eso es todo.
Cuando termino el informe Daniel, Lucia afirmo con la cabeza sorprendida y miro a su compañero lider.
-Debo decir que estoy impresionado, Carbon, no me esperaba tanta...
-¿Que?¿Memoria?¿Eficacia?¿Analisis deductivo?- Pregunto divertido el hombre, mientras se inclinaba hacia delante con las dos manos juntas.- Tu y el resto de la inquisicion teneis el prejuicio de que mi ala esta lleno de yonkis y pirados. Hariais bien en recordar de que ala pertenece la mitad de los chiflados que van con bata por estos muros.
-Cierto.- Dijo Lucia, respondiendo con una media sonrisa y volviendo a centrarse en Daniel.- Creo que no habeis dejado mucho sin relatar, inquisidor. Sin embargo, hay una cosa que aun inquiere saber para saciar mi curiosidad. Habeis dicho algo sobre una iglesia ¿Cual es el nombre de esta? Si es cierto que la vampira lo uso para contactar el matrimonio, cabe la posibilidad de que sea un nido de maldad que haya que eliminar cuanto antes.
Había previsto esa pregunta y sonrió cuando dio un paso adelante y dejó frente a los maestros de la orden el folleto de la iglesia que había encontrado en el salón. Regresó a su posición, junto a John, henchido de orgullo mal disimulado por las palabras y los elogios que le acababan de dedicar. Quizá con el tiempo acabara perdiendo la cabeza a causa de las cosas que sabía y que había visto o de las drogas, pócimas y ungüentos con los que tendría que trabajar, pero de momento aún era un chaval despierto.
- San Nicolás, se llama. Hacen reuniones para las víctimas del día de la Fuga - Explicó, incómodo.
John puso atención a todo lo que se decía, mas por cumplir que por verdadero interés. El realmente estaba allí solo para cazar y destruir, lo demás cobraba menor importancia, sobre todo si alguien mas podía hacerse cargo de ello.
Por ello simplemente escucho y esperó a la resolución de todo aquello. Seguramente tras esto tendrían un corto descanso antes de ir a por la iglesia o a algún otro lugar. De cualquier forma, había que descansar y prepararse.
Director: Supongo no has olvidado el asunto de los reemplazos y/o nuevos jugadores.
Por otro lado, habrá experiencia por la pasada escena?
Hubo un silencio sepulcral cuando Daniel menciono la iglesia, como el de alguien que acaba de pisar una tumba, y solo fue roto cuando la lider de la Valkyria retomo la conversacion.
-Lucia esa es...
-SI, LO SE.-La cazavampiros se mantenia quieta, pero el tono decia que su ser interior debia estar ebulliendo y temblando a alta presion.- Daniel, esa iglesia que acabas de mencionar, esa una iglesia fundada por la propia inquisicion, fue fundada a las victimas de la Fuga, a dia de hoy, muchos de nuestros miembros la visitan y rezan por aquellos que hemos perdido desde entonces. Si una vampira hubiese entrado ahi, no habria podido durar ni un segundo en la sombra antes de que tres inquisidores empezaran a apuntar con estacas, y otros tres preparar una fogata en el altar. Y no bromeo.- Indico con un tono mortalmente serio.- ¿Tienes alguna prueba de que esto sea verdad?
Cita:
No se me ha olvidado, pero lo estaba aplazando, mitad por falta de tiempo, mitad porque va ser un poco spoiler para vosotros. Intentare sino hoy, en esta semana.
Cita:
Si, pero aun no, prefiero darla una vez termines esta escena y pasemos a la siguiente, una vez os podais reunir con los nuevos.
Frunció el ceño, contrariado y sorprendido. No imaginaba que aquella iglesia tuviera que ver nada con una iglesia real. Mucho menos que tuviera que ver con la mismísima Inquisición.
- Solo ese folleto que encontramos allí, lo que nos dijo el espectro a Mijaíl y a mi cuando se nos apareció y el cuchillo que encontramos en la primera escena del crimen, en la habitación congelada del hotel - Negó - No son pruebas muy sólidas, pero es lo que tenemos... Por lo menos hasta que los equipos de científica revisen la casa... Si es que queda algo que revisar - Porque la última vez que la había visto estaba ardiendo y tenía un coche aparcado en el salón - El cuchillo... - Se rebulló, incómodo - Según Jenny debe pertenecer a un inquisidor. Es militar, está hecho de una aleación única e inscrito con salmos en latín de los que se utilizan en la Orden para dar poder a las armas.
No añadió nada más y dejó que fueran los líderes de la Orden los que sacaran sus propias conclusiones, pero para él estaba muy claro: Aquella iglesia era un nido de víboras y su líder, con casi toda probabilidad, un traidor.
John siguió callado, aunque entiendo ya algo mejor lo que sucedía allí, y pensó en hablar, pero su ímpetu belicoso no les llevaría a buen puerto, por lo que dejo que el niño mimado se hiciera cargo de explicar las cosas. Al fin y al cabo, lo descubierto estaba allí, no había nada más que decir; eran sus líderes quienes sacarían una conclusión de todo ello y decidirían que hacer.
Pero qué demonios, pensó John para sus adentros, se había olvidado del diario, en medio del combate lo metió en la chaqueta tras leerlo y no le dio más importancia hasta ahora. -Hay algo mas- exclamó mientras sacaba de su saco un libro algo pequeño y muy quemado.
-Era un diario, lo encontré en la chimenea justo debajo de aquel cuadro del que habló Daniel “buena memoria”- dijo con una ligera burla a Daniel.
Igual y ya lo tomaste en cuenta director y no agrego nada util.
Asintió, sonriendo, cuando John sacó el diario. No recordaba que su compañero lo hubiera encontrado ni que se lo hubiera enseñado a los demás, pero ahí estaba, lo cual era bueno, porque reforzaba la investigación. A ver qué decían los líderes al respecto de una prueba tan sólida como aquella.
- Bien visto Johnny - Concedió, utilizando el mismo tono que el militar, respondiendo al pique.
Cuando fue entregado a los directores, ambos leyeron con tanta celeridad que era posible, y al final, cuando la lider de las fuerzas Valkirias cerro el libro, se miraron entre ellos, pero en especifico, a Lucia.
-Esto no demuestra nada, podria haber sido en cualquier iglesia.
-Pero lo mas logico que sea en esta, despues de todo menciona la Fuga, y con lo que han dicho los reclutas...-
-¿Y si es una trampa?¿Una treta para que nos hagamos daño a nosotros mismos?- Respondio Lucia insistente, interrumpiendo a Spades, la lider de los Valkirias.- ¿Carbon dijiste que habia vampiros envueltos en todo esto?
-Si, asi es.- Continuo el gran hombre, torciendo el gesto.- Se encontro una vampiresa en la escena del crimen, muy posiblemente la culpable del estado de la segunda victima.
-Entonces solo puede ser el Culto de Set, estos tienen contactos con las sanguijuelas y saben de nuestros puntos debiles. Saben que si provocaramos una masacre en la iglesia que representa aquellos que hemos perdido en la Fuga, nos volveriamos igual o peor que ellos.- Remarco Lucia, dando un puñetazo a la mesa.- Nuestro real objetivo deberia buscar la base de estos y eliminarlos de una maldita vez, no provocar el miedo y la paranoia entre nuestras filas.
-Aun asi, no podemos ignorar las señales.- Replico Carbon poco convencido.
-No digo de ignorarlas, solo de examinarlas a fondo antes de actuar.
Fue en ese momento, cuando Lucia se volvio a vosotros, juntando las manos y clavando la vista como cual ave rapaz.
-Daniel Garcia, John Keats, habeis demostrado vuestra valia, pero la Inquisicion aun requiere de vuestros servicios, si es verdad que la iglesia anida a sectarios, es vuestro deber infiltraros y buscar evidencia irrefutable de esto.- Explico Lucia autoritaria.- Se os equipara como veais, se os dara tiempo para curar cualquier herida que tengais, y asi mismo se integrara a vuestro grupo nuevos reclutas, puesto que los otros tienen otras tareas pendientes. Creo que no es necesario recordar, que hasta que no se demuestre lo contrario, la iglesia y sus miembros son inocente, y cualquier uso de fuerza letal sera castigado con severidad ¿Queda claro?
Recibió la noticia del cambio de compañeros como un jarro de agua fría. Había creado vínculos con el ruso y el guardia civil e iba a acusar sus ausencias. Además, quedarse solo con John... Le echó una mirada de soslayo al soldado, recordando las veces que había dicho que él no era un hombre sutil, sino de acción. Prefirió no pensar en lo que se iba a complicar el trabajo desde ese punto.
- Con el debido respeto, cuanto antes nos pongamos sobre el terreno, mejor - Dijo devolviéndole la mirada a Lucía - Si la noticia de lo que ha pasado en la casa llega a quien sea que esté infiltrado en la iglesia o sus seguidores, es posible que hayan limpiado cualquier rastro antes de que lleguemos nosotros y nos sea imposible confirmar nada.
-Con el debido respeto- dijo John imitando sarcásticamente a Daniel. -¿Infiltrarnos como? señor. Soy un soldado, soy un cazador, yo persigo a la presa y la destruyo. Puedo investigar lo que gusten, pero no es mi talento el ser un cortes camarada que hace amigos y si infiltra entre las altas jerarquías. Si, necesitamos mas gente, pero gente capacitada en la tarea que ustedes desean. Al menos necesitamos de otros dos miembros del equipo, y la verdad es que un quinto nos vendría bien. En cuanto al equipo, si no vamos a ir armados, habrá mucho que planificar antes de saber que rayos vamos a necesitar señor-.
John no estaba cómodo con la tarea, que otros hiciera la estúpida tarea de ir a preguntar, el era un exterminador, el nunca se exponía como una presa, y justamente a eso le estaban mandando.
-Señor, que he de hacer si me encuentro con un vampiro allí dentro. ¿Le saludo cortésmente?- les preguntó John con cierta ironía en sus palabras. Pues demostrar culpabilidad era algo que simplemente podría tomar mucho tiempo y que anulaba por completo la libertad de acción.
Cuando John hablo, pudo notar como las miradas de los lideres se endurecian, Paine miraba con fria distancia y pena como quien ve un chiquillo a punto de quemarse y aprender una leccion, Carbon desvio la mirada aburrido con el puño en el menton, y Lucia... Su mirada parecian dos luceros a punto de quemar un hereje o dos a la pira mas cercana.
-John Keats, se lo que eres, mejor que tu mismo. Eres mas que un cazador o un soldado, eres un Inquisitore, eres un portador del carmesi, cuando sales a cazar, en todas sus facetas, incluidas aquellas que requieren mas cerebro o finura que fuerza, no estas solo, siempre estas con aquellos que han hecho el mismo juramento que tu, y deberias saber ya, que las habilidades de un grupo de inquisidores, es mucho mayor que la de sus miembros por separado. Como he dicho antes, y ahora repito por segunda vez, se integraran a vuestro equipo nuevos reclutas que sustituyan la falta de vuestros previos compañeros, y haremos cuanto sea posible para que estos suplen vuestras carencias, los cuales espero que trates con el debido respeto aquellos que van arriesgar sus vidas por guardar tus espaldas cuando mas lo necesites, el cual, hasta ahora que hayas demostrado delante nuestra, ha sido ninguno para tus compañeros o superiores.- Remarco una vez mas, con un tono que parecia no admitir un tercero.- Asi mismo, creo que has confundido mis terminos sobre fuerza no letal, no ireis desarmados, y si os encontrais un chupasangres, el unico saludo que espero de vosotros sea el de el cañon de vuestra escopeta a su frente, pero creo que no es mucho pedir, que antes de hagais cosas como coger una monja, y la prendais fuego o decidais sacarle los dientes con tenazas, os asegureis que es una hereje o un ser con cuernos ¡Y no una pobre anciana de 80 años devota de dios a punto de ser raptada por unos chiflados con nostalgia por cuando la inquisicion era llevada por Torquemada!- Dijo irguiendose sobre su asiento y dando un puñetazo enguantado, que hizo resonar toda la mesa con un eco.
-Lucia, John solo estaba siendo practico.- Intervino Spades echandose hacia delante en su armadura, pareciendo querer desmantelar la bomba que era Lucia antes de que fuera a explotar.- Estoy de acuerdo, que mirando el equipo con el que ha trabajado hasta ahora, haya tenido dificultades para trabajar de manera eficiente. Puedo comprender su frustacion por desear compañeros de los que pueda depender para hacer bien su trabajo.
-Hum, tengo que admitir que desde un principio no me gusto la idea de meter ese "camionero". Demasiado cerca del enemigo para mi gusto.- Sopeso Lucia con una mano en su rostro, ahora mas calmada y volviendose a sentar en su silla.- Me encargare personalmente de evaluar los nuevos integrantes de este equipo. Mientras tanto, descansad y recuperad vuestras heridas, os avisaremos en cuanto este formado. Ahora si no teneis mas preguntas.- Dijo alzando una mano y dando a entender que erais libres de marchar.
Daniel negó con la cabeza y, con un suspiro, se encogió de hombros cuando John intervino, dándolo por perdido. Después de la llamada de atención de Lucía, sin embargo, estaba más que molesto. Molesto por la actitud de su compañero y molesto por la forma en que aquella mujer había hablado de Mijaíl. A ese camionero le debíala vida y Lucía estaba siendo muy injusta con él. Pero se tragó su réplica mordaz igual que se tragaría las bromas que tenía pensado lanzar contra John. No era el momento, no era el lugar y mucho menos eran las personas adecuadas.
- No tengo más preguntas - Dijo, seco, para despedirse de los líderes con una mirada fría y distante, sin prestarle más atención al soldado. Solo le dedicó una cabezada cortés a Carbón, el líder de su ala y solo por puro protocolo antes de salir de la sala.
John no dijo más, para el todo eran tonterías. Como esperaban que se metieran en una posible trampa y tuviesen tiempo de preguntar quién era quien antes de abrir fuego, y más aún, como conseguir pruebas de que cada muerte estaba justificada.
Simplemente eran tonterías, no se podía hacer una misión eficiente de esa manera. Al menos, confiaba en que los nuevos reclutas fueran lo suficientemente útiles.
-Nos retiramos- exclamó con un saludo militar al tiempo que se retiraba. Aunque había cosas que discutir con el niño mimado, sobre todo en cuanto a la operatividad de sus fuerzas.