Julia termina de dejarlo todo preparado mientras empezáis a bajar lo más rápido que podéis. En total no habréis tardado ni veinte minutos en prepararlo todo, habéis sido rápidos, el tiempo que habéis estado expuestos ha sido insuficiente para que alguna de las atareadas naves que salen o vuelven de la omnipresente nave nodriza reparen en vosotros.
Julia no tarda en daros alcance. La bajada se hace casi tan dura cómo la subida. Tras llegar a la base del edificio podéis ver a Sam inquieta, asomándose por la alcantarilla cada dos por tres para ver su bajáis. En cuanto os ve llegar la pelirroja abre la tapa por completo para que podáis bajar. Ya en el subterráneo volvéis a reuniros. Sam, los niños y Tuco, están todos.
Motivo: Emisión de radio
Tirada: 1d20
Dificultad: 5+
Resultado: 18 (Exito)
Con el reencuentro apenas hay tiempo para explicaciones, guiados por los niños avanzáis a buen ritmo. Durante el trayecto no tenéis forma de saber si el mensaje ha sido enviado o si ha ocurrido algún percance hasta que una fuerte sacudida sacude todo el suelo. Caen cascotes y polvo del techo, por un momento parece que todo vaya a derrumbarse, pero finalmente las sacudidas cesan, seguís vivos. Que este temblor haya ocurrido más o menos al tiempo que se debe haber se emitido la señal sugiere que puede haber funcionado. Aunque eso es algo de que de momento no podéis averiguar.
Seguís andando hasta que casi una hora más tarde llegáis al exterior a través de un desague que da a un afluyente del Hudson, no estáis muy lejos del lugar donde dejasteis el chevy.
Tras salir al exterior os llama la atención la columna de humo y polvo que surge de un cráter donde hace un rato estaba el Empire State Building. Las naves que extraían metales de las ruinas se han escondido y varios halcones de combate sobrevuelan el lugar. Sin duda, una potente señal de radio tan cerca de su nave nodriza les ha alarmado y mucho.
Estáis bastante lejos, la misión ha salido bien aunque para escapar indemnes habréis de sortear un último peligro; los Behemoths. Las colosales máquinas permanecen quietas, aparentemente inertes, como silenciosos centinelas.
Al verles llegar respiraría tranquila. ¿Cómo ha ido?- Les pregunto en cuanto les veo, sin poder aguantarme más. Me avergüenza haberles dejado colgados. -¿Ya está hecho?
El lumbrera este intentó largarse por las alcantarillas, pero se perdió y volvió -Les informo señalando a Tuco. Si hubiera secuestrado a alguno de los niños podría haberle obligado a guiarle por las alcantarillas, pero yendo solo… Quizás eso indique en el fondo no es una mala persona, pero cuesta entender que alguien tan tonto haya conseguido sobrevivir durante tanto tiempo.
Cuando el suelo tiembla me apoyo contra la pared, por suerte los temblores cesan pronto. -Algo me dice que les hemos cabreado- Comento entre toses por culpa del polvo.
Me tapo la cara con la solapa del chaquetón para no inhalar más polvo. Me he acostumbrado tanto a la pesada prenda de abrigo que casi se me había olvidado que es de Vincent. Con todo lo ocurrido no había caído en la cuenta de que quizás la necesite. No es momento ni lugar, porque bajo el abrigo voy medio desnuda, pero tomo nota mental para devolverle el chaquetón cuando me agencie algo de ropa.
Al salir me quedaría mirando, no tanto al horizonte cómo a la máquinas. El edificio derruido me importa poco, pero si no vamos con cuidado con esas máquinas las cosas aún pueden acabar muy mal. Las únicas opciones parecen volver al coche o volver a las alcantarillas.
La primera idea que me viene a la cabeza es esperar hasta que se haga de noche, pero estamos en lo mismo de siempre. No sabemos si ellos ven mejor de noche lo que me recuerda otra nota mental; antes de volver a Scranton recoger cadáver de sectoide donde encontramos a Vincent y Lucciana. Hacerle una autopsia a una de esas cosas puede revelarnos muchas cosas.
Hay que cruzar. -Apunto comentado lo obvio. Decirlo en voz alta me ayuda a hacerme a la idea porque si una de esas máquinas nos ve, no creo que ninguno sobrevivamos.
-No podemos quedarnos aquí somos presa fácil, honestamente no se que es peor que uno de esos nos vea, o que nos acorralen las mascotas que tienen- Mientras hablaba buscaría pararme junto a David y tomaría su mano- La pregunta es como vamos a llegar al auto sin ser vistos- Centraría mi mirada en donde solía estar el Empire, no me molestaba su ausencia me había acostumbrado a ver ciudades destruidas, edificaciones, incluso me estaba acostumbrando a la muerte, estaba en todos lados, me molestaba que no les costara nada seguir eliminando nuestras cosas, y no tener una ventaja cuando ellos tenían tanto contra nosotros era aun peor, necesitábamos algo con que ganar un poco de terreno "Ojalá fueran alérgicos al agua, como en señales"-¿Creen que tengan alguna debilidad a algún elemento, material o cualquier cosa en esta tierra?- "¿De verdad vamos a tener que ganar en base a quien extermina antes al otro con mas puntos en contra que a favor?"
Sam y Cass proponen que nos adelantemos cuando lo único que me apetece es volver a las alcantarillas. Supongo que en el fondo no tenemos otra opción pero no es la primera vez que me sorprendo por el coraje que muestran las dos féminas de nuestro grupo.
Las cosas ya se han puesto en marcha, muchas cosas no dependen de nosotros mismos pero sujeto la escopeta entre mis manos, el arma serviría de poco en este caso, pero tener un arma en las manos me hace sentir, quizás erróneamente, que tengo el control de la situación.
-Si llegamos al caso de tener que disparar... apañados vamos.
-Podríamos intentar pasar de uno en uno, para minimizar los riesgos.
Es todo lo que puedo pensar en este momento. Estoy nervioso, muy nervioso posiblemente este temblando, pero que más da. No creo que los demás vayan a estar mejor que yo. No quiero morir y tampoco pienso hacerlo. Doy un último suspiro y aprieto el arma en mis manos. Levanto la vista hacia los demás...
-¿Alguna idea?
- ¿Es una reacción coherente? - Vincent se había alegrado de verlos a todos sanos y salvos, sobretodo a los niños y a Sam. Que Tuco estuviera con ellos le daba más peso a sus palabras, Tuco estaba allí por un buen motivo, no por casualidad, y si comenzaba a encajar, si entendía que ese era su lugar, todo empezaría a ir sobre ruedas. No hice ninguna mención al pánico a las alturas de su, ya por entonces, compañera de supervivencia. Aquella pregunta, lanzada cuando dialogan acerca de las máquinas y el Empire tiene como objetivo buscarle la lógica a todo aquello.
- Es evidente que son muy superiores tecnológicamente. - razonó analizando la situación. Le interesaba mucho la opinión de Julia, que había adelantado la reacción negativa de los alienígenas y a fin de cuentas era una especie de salvoconducto para la humanidad a una era en la que no son una especie extinta. - también nos superan físicamente, al menos, lo hacen sus soldados.
Tenemos que reunir la información con la que contamos. - no era necesario hacerlo en ese momento, pero haber reconocido varios tipos de alienígenas, al menos en lo que se considera una jerarquía, que entienden el problema de la aparición de razzias por parte de los humanos... - ¿una señal de radio es motivo suficiente como para actuar tan rápido?
O es una debilidad o tienen miedo. - supuse, aunque no era una idea que se hubiese cimentado en su mente hasta el punto de considerarse una verdad, sólo era posibilidades - aún contemplan una posible respuesta. Sino, ¿por qué actúan de ese modo?
Reflexivo se le escapó un pensamiento en voz alta, una referencia que no debía tener sentido, necesariamente, para ellos.
- El gusano pisado se enrosca, así disminuye las posibilidades de ser pisado de nuevo. En el lenguaje de la moral: humildad.
Sacudí la cabeza y miré a Cass con media sonrisa, ante los niños, me mostré tremendamente optimista.
- Tal vez la ondas de radio interfieran en su tecnología o en su cabeza. Como con las abejas. Tal vez nuestros nuevos amigos puedan ayudarnos más tarde con eso. - valoró la presencia de los niños como un verdadero tesoro.
Busqué con la mirada a Tuco.
- Me alegra que volvieras. Siento mucho la situación en la que te encuentras. No debe de ser fácil, pero confio en que todo irá a mejor.
Era un refuerzo que sólo podía decir por mi parte, no tenía potestad para obligar al grupo a tratarlo de forma diferente. El mismo debía ganarse el respeto.
Con la atención en David mesé mi barba, que emitió un sonido al roce muy característico.
- Quizás de uno en uno minimicemos el riesgo. O lo multipliquemos exponencialmente. - más opciones de ser detectados, y la posibilidad de que Tuco o los niños actuasen imprevisiblemente. - Deberíamos buscar un buen trozo de plástico opaco, lona o plástico grande que pueda taparnos a todos de su vista, y avanzar como un todo. Camuflarnos, vaya.
Se encogió de hombros, no sabía nada de los alienígenas, de modo que esperaba que ellos echasen abajo su propuesta o la secundasen.
- Tampoco es que tengamos mucho tiempo para buscar algo. - les alenté a darse prisa.
-Sabemos que no tienen visión calórica, ¿es así como se llama verdad? las manchas de calor que muestran en la televisión, si la tuvieran nos hubieran visto un millón de veces antes- Apretaría un poco los puños buscando con la mirada algo con que cubrirnos- Creo... que debo ir antes que ustedes a prender el motor, si por algún motivo falla, nos matarían a todos juntos-
Julia asiente a la reflexión de Vincent.-
Tan desproporcionada muestra de fuerza por una simple señal de radio solo demuestra… miedo. La pregunta es ¿a qué?
Ahora mismo no tenéis forma de saberlo aunque la señal es clara. Algo temen.
Motivo: Detectar a Cass
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 6(+2)=8 (Fracaso)
Motivo: Detectar al resto
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 8(+2)=10 (Fracaso)
Acuciados por el tiempo os veis obligados a cruzar. Cass se adelanta, la chica consigue pasar ante las máquinas sin ser detectada. La chica tatuada corre hacia el vehículo y consigue llegar sin problemas.
Vosotros vais detrás, con cuidado tratando de pasar desapercibidos, y nuevamente la máquina no repara en vosotros. Estas gigantescas máquinas, que derrotaron sin problemas a lo mejorcito del ejército, no han resultado ser muy eficientes para detectar “pequeñas” formas de vida.
Todos llegáis hasta el coche sin problemas. Tuco, Julia, los niños… sois demasiados para el coche pero os acomodáis. Tuco vuelve a meterse en el maletero, a regañadientes y los niños se sientan sobre vuestros regazos. La nave nodriza solo es un borrón en el lejano horizonte, avanzáis mucho más despacio que antes, pero suspiráis aliviados a medida que Nueva York va quedando atrás.
El viaje hasta Port Jervis solo os lleva dos horas y media. Desde las afueras, a medida que van pasando las horas esperando Dios sabe qué, os sentís un poco tontos. Por vuestra parte habéis hecho todo lo que se podía hacer, pero eso no garantiza que vuestro mensaje haya sido recibido. La espera se alarga, no tarda en hacerse de noche. Os repartís las últimas raciones que os quedan, insuficientes para mitigar el hambre.
La noche da paso a un nuevo día en el que nadie aparece. El segundo día de espera, sin comida, es aún más largo que el primero.
El tercer día, a mediodía, empezáis a pensar que todos vuestros esfuerzos no han valido para nada cuando un zumbido os advierte de la presencia de un helicóptero furtivo acercándose. El moderno aparato vuelva bajo y el batir de sus aspas hace mucho menos ruido que un helicóptero tradicional.
Tras hacerle señales, el aparato desciende hasta vosotros. Ni siquiera paran los rotores.
¿Doctora Julia Einard? – Pregunta un militar.
Soy yo.
-Suba señora. Hay que aprovechar las horas centrales del día. Sus máquinas y sus naves parece que funcionan peor durante esas horas.
Un segundo. ¿Qué pasa con ellos? ¿No pueden venir? Me han ayudado -Pregunta mirándoos. -Los niños, por lo menos.
Lo siento señora. Solo tengo órdenes de recogerla a usted y este helicóptero no está pensado para transportar pasajeros. No podemos llevar mucho peso. Dese prisa, pòr favor. Estamos muy expuestos.
La mujer hace un gesto de contrariedad- Gracias, por todo- Dice mirando a Cass sobre todo, con quien tuvo más roces -No lo habría logrado sin vosotros. Informaré al gobierno de que hay otros grupos de resistencia y buscaremos la forma de establecer contacto. Cuidaos.
Julia consciente de su papel en toda esta historia se apresura a subir al aparato que despega y se aleja tal y como llegó, dejándoos allí plantados, con una simple palmadita en la espalda tras todo lo que habéis hecho.
Tras la marcha de Julia y el helicóptero os quedáis un rato allí de pie con la incerteza de saber que os deparará el futuro. Parece que regresar a Scranton es la única opción.
El viejo chevy emprende la marcha, el viaje hasta Scranton sin ninguna prisa dura cuatro horas, pero sigue siendo infinitamente más rápido que si hubierais ido a pie. Durante vuestro viaje de vuelta no volvéis a ver ninguna nave.
Cruzáis el Delaware por el puente, muy cerca del lugar donde os encontrasteis con Vincent y Lucciana. Finalmente, la silueta ruinosa de Scranton aparece en el horizonte. Solo han pasado nueve días desde que os fuisteis, aunque parezcan meses. En este corto periodo de tiempo habéis pasado por muchas cosas, os han atacado, disparado, engañado, os habéis enfrentado a los aliens, os habéis metido en la boca del lobo y a pesar de todo ello seguís con vida, aunque no todos.
Famélicos, cansados, con el peso de quienes ya no están con vosotros. Solo regresáis la mitad de los salisteis de este refugio. No habéis salido indemnes, habéis hecho y os han hecho cosas que os han hecho cambiar. Ya no sois las mismas personas asustadas que abandonaron Scranton, quizás ya nunca volváis a ser los mismos.
Objetivos Principales.
Llegar a Nueva York [color=#00AA00]Completado[/color] 50 Puntos de experiencia.
Julia debe llegar a Alaska. [color=#00AA00]Completado[/color] 50 Puntos de experiencia.
Objetivos secundarios.
¿Que hacen los aliens en NY? [color=#FF9000]Incompleto[/color]
Un vademecum para Amber. [color=#FF0000]Fallido[/color]
Un motor de arranque para Nadia. [color=#00AA00]Completado[/color] 25 puntos de experiencia.
Los niños perdidos [color=#00AA00]Completado[/color] 25 Puntos de experiencia.
Objetivos Principales.
Escapar de Deckland [color=#00AA00]Completado[/color] 50 Puntos de experiencia.
Julia debe llegar a Alaska. [color=#00AA00]Completado[/color] 50 Puntos de experiencia.
Objetivos secundarios.
Integrarte en un nuevo grupo [color=#00AA00]Completo[/color] 25 Puntos de experiencia.
¿Qué hacen los aliens en NY? [color=#FF9000]Incompleto[/color]
Vanessa podría ayudarnos [color=#FF0000]Fallido[/color]
Los niños perdidos [color=#00AA00]Completado[/color] 25 Puntos de experiencia.
El militar sube los escalones del edificio de dos en dos. Cuando llega a la azotea le falta el aliento pero camina a buen paso con gesto serio.
-Por allí, señor -Dice el soldado señalándole el lugar hacia donde tiene que mirar mientras le pasa unos prismáticos. Vienen directamente hacia aquí.
El coronel abre la boca en un gesto involuntario mientras otea con los binoculares. El chevy azul es claramente visible. El coronel ajusta los binoculares enfocando haciendo girar la ruedecita, hasta que distingue varias de las figuras que vais en el vehículo. El hombre se quita los prismáticos de la cara y vuelve a mirar para asegurarse de que la vista no le engaña.
¿Señor?- Dice el soldado aguardando instrucciones.
Aborta. Son de los nuestros- Dice devolviéndole los prismáticos al vigía, con la mirada fija en la columna de polvo que levanta el vehículo a medida que os acercáis a Scranton – Esto sí que es un puto milagro de Navidad.