Partida Rol por web

Lamentablemente los puestos de los artistas y comerciantes de tales papeles y similares estaban ya recogiendo sus puestos. En cualquier caso, en cuanto Tolomeo pudo preguntar a uno de los comerciantes por el precio de cartas o naipes, su elevado precio quedaba fuera del alcance de las pocas monedas que le quedaban en los bolsillos.

El día iba tocando a su fín pero los compañeros aún tenían tiempo de buscar al guía del que tanto hablaban. Y en que mejor lugar que la taberna llena de buscavidas y pendencieros donde se habían conocido para buscar quien les dirigiera en la aventura que estaban a punto de embarcarse. Cuando preguntaron a la mesonera, esta sonrió y señalo con el dedo a un pelirojo que bebía y reía en una esquina del bar.

Cuando se fijaron en él, vieron a un hombre corpulento, entrado ya en sus mediados treinta, de hombros anchos y pelo poblado. No paraba de reír vociferando y bebiendo con un par de camaradas en una mesa a la esquina del bar. Llevaba varias marcas de cortes en la cara y los brazos, señal inequívoca de que había visto más de una hoja desenvainada.

En seguida se dio cuenta de que el grupo se fijaba en él, en parte por las señales de la mesonera. Apuro la copa y se dirigió en hacia ellos, para presentarse debidamente

- Tu buzscarr guía, zsi?? -dijo en un acento marcadamente norteño*- Donde ir? Yo llevarr... bien... ¡yo zse camino! ¡hahaha! Ademázs hablarr Latín**,  poco guiazs habla Latín-terminó, satisfecho de su maravillosa presentación.

Si, un guía.  Mucho gusto.  Mi nombre es Tolomeo Tolomei.

 Y como una primera prueba, si no te importa, te preguntaría, ¿cómo es el camino que lleva del monasterio de Jongløren a Falanda?  - Un camino que Tolomeo se conocía muy bien, y que pocos no-monjes se sabían.   Esa sería la prueba de que tanto el hombre realmente sabía de los Picos del Mundo.

- ¿Una prueba? Era interesante el buen hacer del monje, pero, ella misma, que había pasado muchos años en un monasterio, y en varias peregrinaciones, podría responder a eso. - Es pillo este viejo. Rió para sus adentros, y miró, con rostro divertido al aspirante a guía. Quería saber su respuesta, ya que si ella saltaba en estos momentos, rompería el intento del monje por evitar pagar a un estafador o a un tipo, que sin tener la competencia adecuada, aspiraba a un trabajo para el que realmente no estaba cualificado.

El nórdico miró con semblante inquisitivo al barbudo viajero que le planteaba la pregunta. Se atuso su propia barba con la mano izquierda mientras hacía un gesto, como de pensar, un tanto exagerado y teatral. Era evidente que sabía la respuesta y se estaba haciendo el interesante:

- zsi... zsi... -mientras seguía actuando a modo pensativo- Jongløren no fácil llegarr... mucho guía no zsabe... pero Viggo zsi ¡Ja ja! -decía satisfecho de si mismo al tiempo que abría los brazos, pareciendo un prestidigitador al terminar su truco- Camino no muy bueno, dirigirr hacia Landhoff primerro y luego camino a Mullenheim. 15 días antes de llegarr camino hacia Picos Mundo. Fácil con Viggo, solos perderr segurro -cruzó los grandes brazos sobre el pecho mostrando una amplia sonrisa.

Bueno, se volteó a sus compañeros, este hombre si sabe bien sus rutas en lo general.  Creo que podemos confiar que no nos acabará dejando en Argos.   Dijo con una sonrisa divertida en la ironía.

¿Lo contratamos, compañeros?  

Calista alzó una ceja y miró a Tolomeo de medio lado.

-¿Para qué preguntas nuestra opinión si luego haces lo que te da la gana? -se encogió de hombros- A mí me parece bien contratarle.

Ino, desconfiada, hizo una última pregunta: - ¿Y el precio? Había que saber si merecía la pena, no como inversión, sino como coste. Estaba claro que allí, algún desesperado, pobre pastor o cualquier desgraciado nos podría dar un servicio similar por un mucho más económico precio.

-¿Para qué preguntas nuestra opinión si luego haces lo que te da la gana? 

En ese caso estaría pidiendo una orden, no una opinión.  -Le contestó el monje muy amable y sabiamente. 

Claro, el precio, es importante.  -pensó ante la pregunta de ... la ¿paladina era?  Por como ella reza, pareciera que lo es.  Ojalá esté en paz con los conjuradores como yo.    

- Preszio normal, feinte monedas plata y tu pone comida y bebida. -dice con gesto muy tranquilo- Gremio dice preszio, gremio Falanda fuerte. Preszio no negocia. -tratando de hacerse entender, pese a que se da cuenta de que su parco vocabulario no ayuda a la hora de explicar el comienzo de la organización gremial de la ciudad.

    Pues por mi no hay problema - digo al ver la escena desde mi sitio y viendo que nos encontrábamos nuevamente en la taberna ... ese tipo en la barra... ¿ aun sigue tomando aquí ?... - se ve bastante animado el señor guía, ayudara a mantener los ánimos en nuestro trayecto, ademas se ve sano... ¿ eso es bueno... no ? - termino de opinar pues de guías nunca había sido muy experto ... siempre era de perderme y llegar a donde me llevaran mis pies... aunque si vamos a una montaña... mínimo que el guía no se este muriendo a la mitad de camino...

Estaba escuchando todo eso de la cosa del guía, y por mi no iba a tener problema en sí, dado que parecía ser sincero en eso. No sabía cuan real era eso, pero no me iba a molestar en sí, aunque me fastidiaba tener que contratar a alguien en sí... me recordaba bastante a la parte donde me vendían a otros cuando era un esclavo. Sin embargo, esa era la forma habitual de ganarse la vida, algo que no iba a cambiar en un principio. También resultaba un poco altiva la muchacha con respecto a todo, pero esperaba que se calmara con el viaje...

Me encogí de hombros, esperando indicar con eso que no tenía ningún problema al respecto. Conocía algunas partes del mundo, pero no todas, así que dudaba poder ser un buen guía, junto con que no poder hablar era algo que impedía serlo. Esperaba que todo fuera bien, y si no... tendría que pasar a dar guerra con mis habilidades.

Bien, dijo Tolomeo al ver el consenso en el grupo, serás nuestro guía.  Ve por tus cosas Viggo y nos vemos en un par de campanadas en la salida hacia los Picos.  

- ¡Muy tarde! ¡Muy tarde! -dijo gesticulando con las manos- Mañana, con zsalir Sol, ¿zsi? Yo vengo buscarr y marcharr todosz. -tras lo cual os tendió la mano a todos para cerrar el trato uno a uno- ¡No olvidar cerveza! ¡Ha ha! -dijo riendo, pero a la vez recordando el trato acordado- Bueno y ¿Hazcia donde tener que irr?