Partida Rol por web

Tras observar la escena con calma, miro a Saleh y asiento disponiendome a seguirle.

Mientras observais como Yusef corre hacia la refriega, los demás seguís a Saleh. Sabeis en vuestro interior que quizás sea esta la última vez que le veais con vida y por eso aunque él no se da la vuelta, le despedís con gran respeto.

Comenzais a callejear apartandoos de la multitud que o bien acude a la zona de la mezquita a ver que sucede o bien huye de ella. Aunque en vuestros pensamientos aparece con insistencia dar la vuelta y correr hacia la lucha, preferís ser más racionales y esperar el momento oportuno. Pues quizás esa sea la voluntad de Alá.

No tardais en llegar a la casa. Es una pequeña edificación de tres pisos y el vuestro según Saleh, es el segundo. Subís las escaleras y llegais a la puerta. Saleh golpea tres veces en ella de forma rítmica y espera. No sucede nada. Desconcertado, abre la puerta y podeis observar un pequeño piso, que ahora parece haber sido desordenado, abandonado a la carrera. Aunque desconoceis el motivo a Saleh le asaltan las dudas. La estrucutra tiene una sala que une cocina y sala de estar, un baño y dos habitaciones. Una de ellas tiene un armario abierto que ha sido saqueado.

-Aquí guardabamos varias armas.-Comenta Saleh.-Pero ya no están.-

Desconoceis las causas por las que no hay nadie ni tampoco por qué parece haber sido saqueado.

Detrás de tu cobertura en la furgoneta escuchas los disparos de los soldados hacía tu posición. Puedes observar el devastador efecto que produce las ametralladoras de los vehículos en las paredes y en las personas cuando varias de ellas caen literalmente reventadas por las balas. Das gracias a Alá por la suerte de no dirigirlas hacía ti y sales de la posición para hostigar a los soldados.

 Por suerte estos no te dan cuando abren fuego hacía tu posición con lo que te permite disparar a ti. En un momento un sentimiento de rabia se apodera de ti, la ira guía tus acciones...y la verdad no lo hace nada mal. La suerte del novato o no, pero lo cierto es que tu nula instrucción militar funciona a las mil maravillas cuando los proyectiles salen disparados. Con un tino increible aciertas en la cabeza al soldado que estaba al frente matándolo en el acto. Su casco no logra protegerle del impacto y acbas con su vida al momento. Te repliegas a tu posición al instante para no revelarte. Impresionado por la hazaña en tu rostro se dibuja una sonrisa...

Una explosión te devuelve a la realidad. Aun puedes ver humo saliendo de una ventana del piso superior a ti. Una granada de un RPG ha salido propulsada del piso y ha impactado a pocos metros del Humvee. La ametralladora pesada ya no dispara y parece que les ha hecho daño...

Sin necesidad de deciros nada ambos sabeis que algo va mal. Muhammad, gira la cabeza para cerciorarse que Izmat le sigue, pero su entrenamiento militar ha evitado lo que Izmat no. Su torpeza ha delatado vuestra posición. Alguien que ha tenido experiencia en el campo de batalla lo reconoce al instante. Aunque no podeis estar seguros de que os hayan visto os poneis en lo peor. Avanzais y os quedais en una terraza a unos 300 metros desde dónde podeis ver la batalla. A lo lejos observais a un soldado en una terraza con un fusil de francotirador abatiendo soldados. Si bien la superioridad numérica de los insurgentes es amplia, los soldados controlan la situación. Las torretas de los Humvees barren las calles matando a 3 hombres que no pudieron cubrirse a tiempo y el francotirador mata a 5 hombres antes de tener que recargar su arma. Por un momento se detiene y mira en vuestra dirección, ¿acaso os habrá visto?. El disparo es lejano y difícil, pero no imposible. Desde allí,Izmat, reconoce a Yusef. El hombre está pegado a una furgoneta y sale para disparar contra los soldados matando a uno de ellos con un disparo en la cabeza. Está en un sitio muy complicado para que salga vivo.

Continuais andando hasta el borde de la terraza.

Cuando llegais a la posición veis una explosión cerca de uno de los vehículos americanos. Un hombre ha salido de una ventana de un edificio y ha disparado un RPG desde ella. Si bien no ha impactado si que ha dañado al artillero de la torreta.

Parece que Ala me sonrie, puede ser el momento de huir, para poder  matar infieles otro dia, pero no puedo refrenar el impulso de abrir fuego contra el interior del hamvee, aprovechando la confusion generada por la explosion del RPG, tras disparar me dispongo a buscar una cobertura mas alejada del peligro.....

Miro a Muhammad y veo su Al kadesiah colgado del hombro. "¿que te parece si distraigo al francotirador infiel para darte tiempo a que lo elimines? lo mas seguro es que me haya visto y de aqui no nos va dejar salir con vida. Creo que  a ti no te ha visto, de ser asi es asi es una ventaja que deberiamos aprovechar"

 Me parece correcto Izmat.

Aléjate de mi unos metros sin que te vea y después, cuando me haya colocado y esté preparado, te haré una seña para que llames su atención, ten cuidado y cúbrete bien. Inshallah (Hágase la voluntad de Alá)

Mientras muhhamad se prepara, miro a mi alrededor en busca de algo con lo que despistar al francotirador americano.  Alah es grande y siempre nos muestra el camino, solo hay que tener los ojos bien abiertos. un objeto parecido por el que nos metimos en esta situacion, puede ayudarnos a salir de ella. Cojo la otra maceta que quedaba, tras mi patetico salto y la vacio de tierra y hierbajos. Enrosco mi turbante alrededor de ella. Muhammad ya esta preparado. Meto mi fusil por el hueco de la maceta y asomo el turbante por encima del murete como si de mi cabeza se tratase. Espero que esta treta sirva, por la gracia de Alah.

Tentando la suerte, vacias el cargador a lo loco contra el vehículo esperando que las balas sean guiadas por la mano de Alá y esta castigue a los infieles. Sin poder apreciar más que estas llegan a su destino, sales corriendo en dirección contraria a la refriega.

Sin embargo algo te alcanza en la espalda. El aire abandona tus pulmones con los impactos y caes al suelo empujado por alguna fuerza invisible. Cuando tu cabeza se aclara, te das cuenta de la situación. Un par de balas te han atravesado la espalda y han salido por el pecho. La sangre empieza a llenar tu camisa mientras te repones y te levantas. Desorientado, ni siquiera recuerdas haber dejado caer el fusil, pero este ya no lo tienes en tus manos. Avanzas lo más rápido que puedes y te pones a salvo al doblar la esquina. Casi sin fuerzas meditas cual será tu próxima acción.

En el preciso instante que te incorporas con la maceta como turbante un repentino dolor en la cabeza hace que pierdas el equilibrio. Con grandes punzadas de dolor abandonas la posición erguida para dar con tu espalda en el suelo. Te preguntas cómo has llegado hasta allí, pero todo es confuso y da vueltas. Algo rojizo empaña tus ojos y hace que el cielo adopte un color ambarino. Los segundos pasan y vas volviendo a la cordura para darte cuenta poco a poco que el líquido rojo es sangre, estás sangrando. Sin incorporarte te tocas la cabeza y puedes intuir una pequeña brecha sin importancia. El jodido francotirador picó en la trampa y tu exquisita suerte ha hecho que la bala no te mate.

Al momento, casi sin darte cuenta, te encuentras en el suelo con las manos llenas de sangre y riéndote. Una risa que bordea la histeria, pero que delata que eres consciente que has vuelto a nacer. De forma totalmente inteligente, te quedas en el suelo y gateas hasta una posición desde no vuelvas a estar en linea.

Sin tiempo a que le hagas una señal a Izmat, observas como el francotirador de la terraza abre fuego contra él. Cuando giras la cabeza para avisarle te das cuenta que la bala impacta en su craneo y cae al suelo. Aun blanco, ves como Izmat palpa su cabeza como un deficiente mientras de una pequeña brecha mana sangre. Sin entender aun como ha sobrevivido al impacto Izmat le ves empezar a reirse nerviosamente para acto seguido gatear para salir fuera de la linea de tiro.

Eso te saca de tu ensoñación para centrarte de nuevo en el soldado. Casi sientes un respeto reverencial a sus aptitudes, pues el tiro era mucho más que difícil. Pero ahora es tu turno y aunque sabes que dificilmente estarás a la altura y menos con el material artesanal que manejas, no vas a dejar de intentarlo. Cuando posas tu vista en las miras, ves como el soldado se levanta y se retira a toda pastilla. Dispara y corre, piensas, los entrenan muy bien a los jodios.

Calmas tu respiración y sabes que sólo tendrás un disparo. Aprietas el gatillo y la bala sale disparada. Su trayectoria empieza a abandonar la linea de impacto a medio camino y sabes que no llegará a su destino. Al momento, el impacto golpea cerca del hombre pero no le acierta....El cabrón nunca sabrá lo cerca que estuvo.

Abajo en el callejón observas como Yusef es abatido por los soldados y que aun así llega a salvaguardarse tras una esquina...

Maldicion! Me han dado, la sed de venganza se paga cara, pero Alá sabe que mi causa es justa, saldre de esta gracias a él, o morire por no haber sido un guerrero digno de su grandeza, renqueante, intento escabullirme entre los edificios y tenderetes esperando encontrar ayuda en la mezquita.....

La situación está muy mal. Sabes que has perdido mucha sangre y aunque haces todo lo posible por taponar con tus manos los orificios, la hemorragia no cesa. Empiezas a perder el sentido y todo te da vueltas...Caes desplomado en la calzada a escasos metros de haber doblado la esquina del callejón. En tu interior sabes que tus ansias de venganza se han visto satisfechas, pero maldices el infortunio de no haber podido salir de esta para seguir. La oscuridad te envuelve y dejas de pensar....

En tu último aliento, miras hacia el cielo y observas el azul intenso que este tiene en Irak. El Sol calienta tus últimos momentos pero aun así no puedes dejar de tiritar. Sabes que el momento ha llegado y te reunirás con tu creador. Allí todo esperas que sea más hermoso. Tu mujer, tu familia....deseas con ansia llegar cuanto antes. Por un momento el tiempo se detiene y tu visión se hace cada vez más borrosa. Percibes el azul del cielo alejarse como al final de un tunel y caes para no levantarte de nuevo. La paz te invade y descansas para siempre sabiendo que tus últimos pensamientos no fueron de venganza, sino el maravilloso rostro de tu mujer perdida....

Muhammad e Izmat, esperais en la terraza agazapados a que los humvees salgan pitando.  Los soldados heridos o muertos se han cargado en los vehículos. Sin embargo en la calle quedan los cuerpos de los insurgentes desangrandose y tiñiendo la calles de sangre. A los pocos minutos llegan las ambulancias de los hospitales a llevarse y atender a los heridos. Para algunos como Yusuf es tarde. Sus cuerpos serán llevados a fosas comunes si no son reclamados por algún familiar. Pero antes los infieles les sacarán fotos y buscaran coincidencias con aquellos a los que buscan. Como ahora vosotros.

Izmat aun con un fuerte dolor de cabeza se recompone y empieza con su compañero a bajar de las terrazas y volver al piso franco. Allí todos reunidos decidís abandonar el piso, llevandoos todos los documentos y equipos. Más tarde sería registrado.

Ahora, todos juntos, viajareis a algún otro lugar que os pueda servir como refugio para planear vuestras acciones.....

-FIN-