- Sigue soñando, valyrio -responde Leonor despectivamente.
Bueno, en vista de que no parece que andéis deseosos de intercambiar comentarios si no es con los PNJs... acelero la escena.
Continuáis viaje y, tal y como os había avisado el posadero, antes del mediodía llegáis a lo alto de una colina. Os detenéis brevemente para admirar el paisaje que se muestra a vuestros ojos.
El ancho y plácido río Mander describe un perezoso y amplio meandro a unos dos kilómetros de vuestra posición, paseándose tranquilo entre campiñas y campos de cultivo, con algún pequeño y muy bien cuidado bosquecillo manchando con una textura diferente el lienzo de retales que se extiende desde vuestros pies hasta el neblinoso horizonte. Justo enfrente vuestro, una agrupación de casas, la mayoría de madera, se yerguen junto a un embarcadero largo y bastante atestado. En el agua veis una barcaza ancha y de borda muy baja... uno de los remolcadores que os llevarán hasta Puertobanús, en la desembocadura del río.
Preguntándoos cómo puede una barcaza semejante, más parecida a una bandeja que a un barco, cruzar las aguas, Ser Agen os indica con el brazo que miréis unos kilómetros aguas abajo. Entonces descubrís que el remolcador es, efectivamente, remolcado aguas a favor de la corriente por el tiro de unos caballos de aspecto fuerte, seguramente de la raza percherona.
Hay mucho movimiento en los muelles, a pesar de la tardía hora que es. Parece que ni para comer se detienen los trabajos de carga del segundo remolcador.
- Démonos prisa- urge Leonor-. Vayamos hacia esas barcazas. Quiero llegar a casa de una dichosa vez, este viaje está siendo tremendamente agotador. Podemos comer en ellas.
- Vamos allá, señora... - Dominic dice, intentando pensar en los ingredientes de alguna poción para el mareo, por si acaso tuviera que prepararla...
Avanzáis por el camino y bajáis la loma hasta el río Mander. Antes de llegar ya os saluda el sonido del agua, los lejanos gritos de los estibadores, tal vez una campana de aviso... también os llegan los olores húmedos del agua remansada, mezclados con el perfume de las flores y los campos de cultivo.
Tardáis poco en llegar, tal vez porque todos deseáis abandonar el Camino y poner, por fin, pie en las Islas. Aunqe todavía os faltan unos pocos días, sabéis que la arte más larga del viaje ha finalizado.
Entráis en la amalgama de casuchas que rodean el embarcadero. Una suerte de aldea que ha crecido única y exclusivamente para dar todo tipo de servicio a los que usuarios del transbordador. Pasáis junto a tenderetes típicos de mercado de plaza de pueblo, cuyos dueños pregonan a voz en grito las excelencias de sus productos. Pasáis junto a un edificio de piedra (el único enteramente construido así) con ventanas veladas por cortinas de colores vivos y un cartel junto a la puerta que indica los servicios que ofrece incluso más explícitamente que las mujeres voluptuosas y escasamente vestidas que se apoyan en las paredes exteriores, saludando con una sonrisa y una promesa en los ojos a los viajeros. Aunque dirigen sus atenciones a todos los miembros masculinos de vuestro grupo, es evidente que sus miradas se detienen mucho más sobre la gallarda apostura de Ser Agen... quien ni siquiera las mira aunque no puede evitar la aparición de una leve sonrisa en sus labios.
Al llegar al embarcadero propiamente dicho, veis una inmensa cantidad de cargamento que espera a ser estibado por unos trabajadores de aspecto rudo y sudoroso. Un par de hombres con más ropa encima miran el trajín de los demás, apoyados junto a un tiro de caballos y bebiendo de unas jarras de madera de gran capacidad... y que se giran a miraros cuando os acercáis.
Un hombre bien vestido (por comparación con los demás) y acompañado de un muchacho que carga con un zurrón de cuero y varios pergaminos enrollados, va de carga en carga anotando en un libro de aspecto muy gastado, frunciendo mucho el ceño. Parece el práctico del embarcadero, justamente la persona con la que deberéis hablar.
-Creo que voy a ver si encuentro sitio en la posada -señala el caballero otra construcción junto al embarcadero pero algo apartada de las demás casas- para que podamos comer algo y descansar un poco nuestro cuartos traseros, ¿os parece, mi señora?
Sin esperar contestación, inclina levemente la cabeza ante Leonor y marcha junto a Tormenta hacia el lugar indicado.
La nueva dama de compañía de Leonor mira a su alrededor con ojos abiertos como platos. A pesar de que este lugar no está lejos de donde se crió, jamás ha viajado y todo esto le parece una auténtica novedad.
- Qué harta me tiene -rezonga Leonor, refiriéndose al caballero-. Bueno, da igual. Deberíamos hablar con el práctico del puerto para informarnos de cual es el próximo barco que sale para las islas... y regatear el precio del pasaje.
Leonor lanza una mirada calculadora a Tulpane.
- ¿Qué tal se te da eso del regateo? A fin de cuentas, tu padre era tabernero... sabrás de hacer cuentas y tal, ¿no?
Cita:
¡Capullo!
Dominic mira alrededor, con ojos curiosos, sin perderse el detalle de las miradas que se lleva Ser Agen.
- Con perdón, señora, creo que no es la mejor idea. Tulpane necesita algo de refinamiento, y tal vez no dariamos muy buena impresión si dejamos que vuestra dama de compañía negocie algo asi. Quizá sea mejor que me encargue yo, o vos si lo preferis asi.
POrque supongo, señor master, qeu quedariamos bastante MAL en esta situacion, no?
Lo cierto es que Tulpane es una PNJ...
- ¿Yo? -Leonor mira a Dominic como si se hubiera caído de un guindo-. ¿Hablar con el práctico del puerto? Ni hablar. Ve pues.
- Sabeis, por un casual, cuanto pago en la ida Ser Agen? - Pregunta antes de ir.
En ese caso, Dominic se acerca al práctico con paso tranquilo. - Buenas tardes, señor. ¿Podría hablar un momento con vos?
Cuanto sería un precio justo para eso, señor master? No soy familiar con los precios de este mundo.
(? Pasa algo, gente? No hemos tenido posts en cosa de una semana)
Volví a tener la impresión de que el último post había sido el mío...
Discúlpenme.
Volviendo al tema, vale con una simple tirada de Estatus (Senescal) a dif. 6
Tirada: 4d6
Motivo: senescal
Resultados: 3, 6, 4, 1
Dados van
14. Exito considerable
Conoces los precios por transporte en el transbordador del Mander. Junto al poste que sujeta la amarra principal ves una pizarrita con unos precios. Parece que han subido ligeramente, pero supones que será la inflación.
El próximo transbordador zarpará a media tarde. Esto es, en una hora y poco.
En ese caso, Dominic se acerca al práctico sin mas dilación y le pregunta lo mismo que en el post anterior.