Partida Rol por web

Todos los invitados entraron. Cada paso que daban para entrar en la mansión los hacia sentir muchas emociones, miedo, emoción, éxtasis, solo ellos saben que sintieron, pero la sola idea de que el amo y señor del universo se encontraba ahí dentro era suficiente para poner a por millón los latidos de una persona. 

Dentro de la mansión los invitados se encontraron con una gran sala muy bien iluminada y hermosamente adornada, una joya de la arquitectura. Los corazones de los artistas gozan con solo deleitar sus ojos en ese lugar.

Pero el momento de apreciar el lugar no duro mucho. Sobre las escaleras apareció una figura alta y musculosa. Fijandose mejor, se pudieron dar cuanta de que esta persona vestía un uniforme militar... Aleman.

El militar Aleman inspecciono a los invitados con la vista, algunos pudieron escuchar un ligero sonido mecanico que provenia del soldado. Después de unos segundos en silencio. El hombre hiso una pose de saludo nazi y alzo su poderosa voz que resosno por todo el lobby.

-¡Bienvenidos sean a la mansión del gran amo y señor! Mi nombre es Rudol Von Stroheim, soy uno de los sirvientes del amo y señor, su principal encargado de la mansión. He venido a recibirlos y a oriantarlos en lo que seran sus pruebas para elegir al nuevo sirviente del gran amo y señor. Primero necesito informalos de las dos reglas mas importantes de este lugar. ¡Primero! ¡Deveran seguir todas las ordenes que les suministre el personal de la mansión sin cuestionar lo que sea! Si yo les doy la orden de matarse a si mismos ¡tendrán que hacerlo! ¡Segundo! ¡Jamas podrán salir de la mansión hasta que se terminen las pruebas! ¡Todo aquel que salga sera castigado con la muerte! ¡¿Entienden?!

Este hombre hablaba mas con gritos que con palabras, pero a pesar de su tono todos pudieron entender claramente todo lo que decía.

No habían pasado ni cinco minutos desde que ingresamos a la mansión y las cosas ya habían subido mucho su nivel, esto es lo que yo llamaba una escalada verdaderamente fuerte.

Era de esperarse del Amo y señor, él sólo quería al usuario más fuerte y que mejor forma de ponernos a prueba que hacer que nos matemos unos a otros sin ninguna razón.

Lo mejor era irme con cuidado y mantener mi espalda vigilada el mayor tiempo posible.

Una vez allí dentro me encandila la opulencia, cada detalle de ese lugar es una señal de asombro y sorpresa para mi. Jamás había estado en una Mansión y el lujo no es algo de lo que esté especialmente habituada. Por esa razón mis ojos, igual que el de una niña pequeña, recorren al detalle todo lo que pueden captar mientras escucho una voz tridente que termina por robar mi atención al completo. 

Su vestimenta, el tono y el saludo, no es algo que me agrade. Se refleja como alguien intimidante, acojona un poco y más aún con lo que tiene para decir. No sé en donde nos hemos metido, pero habla de muerte y pruebas, observo al resto un tanto preocupada ya que me harían añicos más de uno. Así que por defensa propia, voy caminando* hacia atrás y me choco con alguien, lo cual me doy vuelta y me disculpo. 

- Perdona... - digo con la voz temblorosa. 

Y me quedo cerca de la puerta, un poco alejada, visiblemente asustada. 

Winston se quedó boquiabierto al entrar, jamás en su vida había visto tanto lujo, ni un interior tan sumamente grande e iluminado.

Por ello apenas escuchó las palabras de aquel hombre que tanto le intimidaba. Pero escuchó lo suficiente- ¿Matarnos a todos? Debe de ser una metáfora… ¿Verdad?- La seriedad y potencia de aquel hombre y todo lo que decía le había quitado ligeramente el aire y le había dejado de piedra, sobre todo la que hablaba de castigar con la muerte. Si no hubiese sido por el terror que eso le produjo habría salido corriendo enseguida.

Tan de piedra, sorprendido por aquella charla y extasiado por la belleza del lugar que no reaccionó a tiempo y alguien chocó contra él. Se giró para pedir perdón y vio a la chica de la entrada, la que más le impresionaba de todas.

-"Perdona…"- dijo. O fue lo que intentó decir. En realidad le salió un balbuceo y se puso tenso y estirado mirando al frente, por suerte el maquillaje cubría su rubor.

^{-No nos hemos presentado, soy Winston Will, un placer}- Volvió a decir, en un tono bajísimo, pero esta vez la chica estaba cerca.

-¡¡WUOOO!! Tienes buena voz, friends ¡Podrías ser un gran cantante!- -DieMaio ya estaba allí y eso debía hacerse patente. Se acerco al hombre que les daba la bienvenida y se puso justo a su altura, con las manos en las caderas y mirando por encima de su hombro.

-¿Irnos? ¡Quien querría irse con este lujo!-Se acerco a su oreja. -Echa a los demás, ya no tienes que seguir buscando, my friends. -Se alejo dando un paso atrás, para seguir admirando lo que seria su casa en poco tiempo.

El muchacho de cabellos blanquecinos y pañuelo rojizo miró a los presentes y los siguió. No comprendía muy bien qué era lo que estaba pasando pero su mirada tampoco parecía importarle demasiado, él había llegado ahí con un único propósito y objetivo. Dar el espectáculo musical de su vida... y no iba a retractarse ni por nada ni por nadie... en especial que la gente moviera sus bocas abriéndolas y cerrándolas, y moviendo sus lenguas arriba y abajo, izquierda y derecha, exhalando e inhalando el aire del alrededor...

-. . .

No dijo nada, tan solo se quedó mirando a aquel hombre haciendo aspavientos en las escaleras. No era mucho, pero era un trabajo honesto... si es que mirar a un hombre hacer aspavientos fuera un trabajo, claro está... ¡Pero si lo fuera, que no quepa duda alguna que sería honesto!.

    Luego de darle un par de vueltas al asunto el canoso señor se quedaba tranquilo, pues el mismo creía que la decisión correcta era la de haber dejado a su yegua en la entrada, pues la misma siendo tan sagaz y temeraria, quizás no la podría haber controlado de intentar atizar al extraño hombre del monóculo de metal

  Molesto por lo que estaba oyendo Casterwill simplemente intenta sopesar el momento, aunque por su rostro estaba claro que no le estaba sentando para nada bien.

   ¿ De esto se trata todo... ?, tsk...

Pensaba que vuestro Amo estaría mas interesado en un desafío menos Banal y aleatorio, y no solo reunir a un puñado de extraños y jugar a vuestro simon dice...

Entramos y la cosa ya se puso intensa. Aprecio uno de los sujetos dentro de la lista de peligros de la nación, Rudol von Stroheim, un hombre tan loco como imponente. Pero este ruso no es fácil de intimidar, mas bien, las palabras del Aleman le dieron una idea al Vulvacov, ¿y si retara al ser supremo? ¿y si saliera de la mansión? ¿que le intentarian hacer? Su Stand, Rodina-soldat, era implacable, estaba diseñado para el combate intenso, y su habilidad especial "Suka Blyat" detenía cualquier ataque especial hecho sobre el, ningún otro Usuario de stand ha podido derrotar a este Ruso, tal vez, incluso era el usuario mas poderoso de los presentes. La idea de retar al "Amo y señor del universo" sonaba divertida. Pero debía esperar, todavía no tenia suficiente información.

En ese momento justo cuando hago unos pasos hacia atrás con la intención de alejarme, de hacerme muy pequeña, es que me choco con aquel chico vestido de soldado y el rostro pintado. Sin poder evitar la sorpresa, lo miro a los ojos e intento que no vea rechazo alguno de mi parte. Vaya a saber cuál es el motivo de aquel maquillaje, a mi me gustaría llevar uno similar. 

Si con eso fuera invisible... 

- No pasa nada, mi culpa. No te vi, lo siento mucho...- me disculpo.- Hm... - 

No lo escucho bien y me acerco un poco más, así entiendo lo que dice. Así descubro que se llama Winston, hermoso nombre tiene. 

- Hola, me llamo Sunday, encantada. - digo y extiendo la mano. 

Espero que no sea mucho, pero al menos alguien que quiere pasar desapercibido es para mí una persona que comparte mucho más de lo que imagina conmigo. No me importa su apariencia, sino si actitud y en un lugar lleno de gente excéntrica eso es lo de menos. 

​​​​​

 Mochi estaba parada bien derecha y con la mirada fija en aquel sirviente del amo del universo. Su expresión mostraba determinación, aunque era evidente que había un poco de ansiedad en sus ojos. Toda aquella situación era chocante hasta para el guerrero más aguerrido de la Tierra. Pero ella estaba allí para demostrar que era digna de tener el título de ayudante. Ella quería llegar a lo más alto, y haría lo que tuviera que hacer para ello.

- ¡Por supuesto que entendemos! ¡Muy encantada de conocerle, Herr Von Stroheim!

 Mochi quizó levantar el brazo y hacer un saludo similar al del sirviente, pero por alguna razón su otra mano le detuvo el gesto.

Espero que esto no sea muy complicado, mi salud no es que sea demasiado fuerte que digamos; por suerte la medicina me ayuda a mantenerme bien sana y salva de momento... -Comentó la muchacha de cabellos de distintos colores- Me podéis llamar Arudo-chan, si queréis. Y espero poder ser una buena asistenta.

Vaya vaya así que no podremos salir hasta que esto haya terminado - Espero tener la fortaleza para sobrevivir - el tono de voz de Mónica era dulce y suave así que esas palabras hicieron que sonará muy lindas - Entonces será un tipo de torneo de descalificación? - había muchas dudas al aire

Stroheim se quedo en silencio mientras escuchaba las quejas y comentarios de los invitados. Entonces cuando creyó que ya era momento para hablar volvió a alzar su voz.

- Entiendo sus dudas y sus preocupaciones ¡pero! también les voy a explicar las razones de las practicas del gran amo. Esta información les concierne a todos los presentes. -tomo aire antes de seguir hablando.

- ¡Hemos detectado que hay personas entre ustedes que vienen con objetivos que podrían perjudicar al amo y señor! por eso decidimos cambiar las pruebas que teníamos planeadas por una competencia de eliminación. Estamos seguros de que hay aquellos que intentaran hacercarse a sus objetivos a costa de las vidas de los demás presentes. ¡Entonces, el gran amo y señor del universo decidio que la mejor manera de juzgar sus habilidades sera eliminando a los intrusos! Para esta tarea se les dará el permiso de eliminar a uno de ustedes cada vez que sufran un ataque. Para esto tendrán que votar a quin consideren mas sospechoso, entonces, alguno de los subordinados de la mansión se encargara de verificar la veracidad de su juicio. Cuando todos los infiltrados hallan sido eliminados, las pruebas normales se realizaran por los sobrevivientes. ¡¿Entendido?!  

Llegué al interior de la mansión y me quedé maravillado con todo lo que había alrededor. No dije demasiado, tan solo miré a los que habían llegado antes que yo, así como lo que aquel siervo del Señor estaba diciendo. Al principio me sorprendí, pero luego tan solo sonreí. No había nada que yo o mi Stand no pudieran lograr.

Al entrar al lobby de la mansión, Asuka quedó perpleja. Había estado en innumerables mansiones previamente pero la mansión del gran amo y señor del universo hacían parecer a la propia mansión de su familia y todas aquellas como míseras pocilgas.
Un hombretón con acento alemán impartía las reglas del juego. Otro que habla a los gritos, joder.
-¿Son familiares?- preguntó al sujeto de pelo blanco.*

 El sirviente de aspecto alemán daba a entender que había intrusos entre los aspirantes a ayudantes del Señor del Universo que tenían objetivos distintos a los de los demás. Lo cual avergonzaba y le provocaba repulsión a Mochi. El solo pensar que estaba cerca de personas que querían atentar contra aquel ser de luz y poder le daría arcadas hasta a la persona más estoica en la tierra. Y Mochi era algo muy contrario a una persona estoica.

- ¡OH POR DIOS! ¡¿Cómo es posible que se hayan metido entre nosotros personas con motivos tan horrendos?! ¡Debemos encontrarlos, antes de que puedan perjudicar a nuestro amo y maestro!

¿Cómo puede ser? 

Es lo que me pregunto al escuchar aquellas palabras, nada de eso es coherente. Soy una chica que no sabe dar ni un solo golpe, como estaría en contra de algo semejante. No lo entiendo y me acojona un poco. 

Así que quedo en un rincón, allí siendo totalmente invisible para el resto. No me apetece ninguna situación dónde la tensión sea participe de un montón de reacciones desfavorables. 

Me da miedo, mucho miedo. 

El hombre miró como la gente seguía abriendo y cerrando la boca; no entendía muy bien de qué trataba todo eso, pero cuando de repente una pequeña niña se le acercó para seguir gesticulando con la mandíbula y la lengua, este discretamente se apartó hacia atrás cruzándose de brazos.

-¡NO PRECISO DE SERVICIOS SEXUALES DE GENTE PEQUEÑA! -Exclamó gritando a los cuatro vientos- ¡POR FAVOR! ¡ALÉJESE DE MI!. ¡NO ESTOY INTERESADO EN IR A LA CÁRCEL AÚN!.

Con esto hecho, el hombre se alejó de la pequeña Asuka Narana.

Así que una competencia de eliminación, vaya situación para complicada, bueno tocará hilar fino para llegar hasta el final.

Tras escuchar las indicaciones del personal me cruzo de brazos y me recuesto contra una de las paredes de la habitación a observar a todos los presentes mientras intento determinar cuantos de nosotros llegaremos hasta las pruebas finales, pues era un hecho que esto iba a convertirse en una jodida carnicería y la verdad es que no me apetecía terminar en el menú.