Partida Rol por web

Recibido Recon, aquí Bravo.

Denegada la petición de refuerzo aéreo, repito, denegada la petición de refuerzo aéreo.

Deberán dirigirse a los muelles para realizar extracción en barco.

Esta será la última comunicación no oficial para la misión Verne.

La extracción deberá realizarse en los muelles con la ayuda de un barco.

Corto.

Había que regresar al Hall antes de tomar un nuevo rumbo.

Bueno, eso es mejor que nada, supongo... Pensó para si la científica, que ahora al menos tenía un método viable para abandonar aquella horrible pesadilla.

Aunque eso significaba tener que atravesar ella sola todo aquel edificio del que se había demostrado permeable a los depredadores del exterior, así como cruzar la isla plagada de seres que la iban a ver como poco más que un bistec poco hecho.

Con un poco de suerte, una vez en el exterior quizás podría encontrar un vehículo con el que llegar de la forma más rápida a los embarcaderos.

¡Aclárate, Sophia, un paso tras otro!-se reprendió, dándose cuenta de que aún siquiera había logrado salir del laboratorio de una pieza.

Tras revisar la estancia y darse cuenta de que no existía otro camino que volver sobre sus pasos, se armó de valor y haciendo uso de lo que le funcionó la primera vez, abrió lentamente la puerta, asegurándose de que el carnívoro no se encontraba acechándola. Sin darse tiempo a dudar,  se internó en la estancia permaneciendo agachada, moviéndose tan silenciosamente como supo.

De nuevo en la sala principal hubo información que antes pasó desapercibida para ti debido a que no era una necesidad.

Había un panel informativo donde indicaba el acceso para llegar a los muelles. Teniendo en cuenta que no había apoyo aéreo, ¡la única opción viable era ese lugar! Aquella fue una valiosa información que lograste.

Si dichos datos eran correctos lo que debías hacer era seguir las instrucciones indicadas para ir rumbo al plan B para salir de allí.

Por suerte parecía que la ruta hacia el muelle la alejaba de las zonas de los carnívoros. Eso no era ningún seguro de vida, puesto que había comprobado a las malas como algunos dromesáuridos habían llegado hasta el edificio en el que se encontraba, y como ellos podría ser el caso de cualquiera de los demás depredadores, si bien confiaba en que fuesen animales de costumbres y por lo tanto, la mayoría siguiesen por sus recintos.

No había tiempo que perder por lo que el plan de Sophia estaba claro, hacerse con algunas botellas de agua, algo de comer y  salir de allí cuanto antes, tratar de buscar un vehículo y si no partir siguiendo el camino marcado en el mapa.

Aquel podía ser un buen lugar donde fisgonear, ya no solo porque podía haber algún superviviente escondido (aunque las probabilidades eran bajas) sino porque quizás hasta haya algo de comer, algo en buen estado (aunque fuese prefabricado) con tal de reponer fuerzas.

Entraste en la cocina con cuidado para descubrir que el lugar estaba repleto de cacerolas y más utensilios para cocinar a lo largo de la estancia.

El lugar estaba abandonado como el resto, no por suciedad sino por desorden. Un caos que hizo pensar que allí en el pasado tuvo que haber ocurrido algo horrible. ¿Qué hubiera pasado si la invasión de los dinosaurios hubiese ocurrido con el parque abierto? habría sido una masacre con cientos de civiles como víctimas.

Llegaste a la conclusión de que si la energía seguía funcionando podía haber alimentos perdurables en los almacenes o incluso en las cámaras frigoríficas. Existía hasta la posibilidad de que existiese algún botiquín de primeros auxilios.

Todo aquel desorden solo significaba una cosa: PELIGRO

Estubo a punto de abandonar la idea de hacerse con provisiones y salir de allí pitando, pero su cuerpo empezaba a acusar la falta de azúcares, le dolía la cabeza y los músculos se quejaban emitiendo contínuos y molestos pinchazos. Si debía llegar al embarcadero más le valía estar en la mejor condición posible.

No iba a rebuscar demasiado porque era consicente del peligro que estaba corriendo. Cogería lo primero que puediese llevarse a la boca, ya fuese azucar refinado, fruta, pan... cualquier cosa que le pudiese otorgar energía y, si en un primer vistazo no encontraba agua saciaría su sed en el grifo y continuaría su camino.

¡Bingo!

Revisando un poco el lugar encontraste una nevera repleta de comida precocinada que a pesar de no estar en su estado óptimo se podía usar para saciar el hambre y así favorecer a recuperar energías. Había incluso litros y litros de refresco, la cafeína vendría como el mejor aliado frente a tantas horas de tensión por estar en un lugar hostil.

Examinando un poco más las instalaciones se pudo avistar el botiquín de primeros auxilios: vendas, desinfectantes, ungüentos contra quemaduras ¡y hasta un poco de morfina! sin lugar a dudas aquella cocina se había convertido en el oasis que necesitabas.

Parecía que al fin tenía un golpe de suerte. El miedo y la preocupación desaparecieron el tiempo que estubo llenándose el estomago de refresco y comida.
Casi podía sentir como el azucar empezaba correr junto con sus glóbulos rojos por la sangre y eso la reconfortó en gran medida. Por primera vez desde el accidente del helicóptero se sentía optimista.

Una vez se hubo saciado se puso en pie con precaución, pues seguía siendo plénamente consciente de la presencia de depredadores en las inmediaciones, pero por más que esperase nunca podría tener la certeza de que se habían ido por lo que debía ponerse en marcha cuanto antes.

Sigilosa pero rápida, abandonó el hall rumbo al exterior. En aquella explanada sabí aque no tenía cobertura visual pero los potenciales peligros tampoco, por lo que se sintió algó más segura. Una vez fuera repasó con la vista la zona por si encontraba un vehículo disponible.