Sophía tragó saliva en cuanto puso un pie sobre el asfalto. Por un momento se sintió desnuda abandonando la cobertura de los árboles si bien ella había sido la primera que se había opuesto a tomar la senda arbolada, pero se había acabado acostumbrando a no ver más allá de unos pocos metros y encontrarse expuesta de esa manera le producía en parte una sensación de desprotección.
El edificio principal era impresionante. Era una mezcla entre un estilo colonial y un estilo modernista. Era grande y probáblemente estaba repleto de largos e intrincados pasillos, pero lo cierto era que cualquier cosa le parecía mejor que quedarse a la intemperie al abasto de los grandes depredadores del parque. Con un poco de suerte el edificio aún sería seguro... Valía la pena conservar las esperanzas.
Avanzamos para no estancarnos