Casey...nooooo!! grité a mi compañero mientras veía espantado como el dinosaurio volador se le llevaba con su pico, aún con la bengala agarrada. Era inevitable sentirme culpable, yo le había dicho que tirase la bengala...con los ojos vidriosos miraba como la luz roja se alejaba de nosotros. De repente sentí un fuerte rugido...no había tiempo para lamentaciones, pues un spinosaurus se apareció ante nosotros!!! -Joderr. Mierdaa- con un giro conseguimos quitarnos de encima a aquella bestia parda, pero el incansable spinosaurus ahora nos perseguía a toda velocidad. Pisé el pedal hasta el fondo, agarré el volante y rezé para que aquel Jeep pudiera dejar atrás al veloz spinosaurus, aunque tenía mis dudas. Entonces miro a Calvin y el me mira a mi- Dispara Calvin, dispara- Desesperado por lo poco que avanzábamos dije a Calvin que disparase, no quería ponerle en peligro pero algo teníamos que hacer para intentar parar a ese carnívoro.
Motivo: Maniobrar
Tirada: 1d6
Dificultad: 5+
Resultado: 2 (Fracaso)
A pesar de los volantazos de Miller en plena persecución, Helen pudo agarrarse con cierta dificultad a los barrotes del jeep, y giraba la cabeza hacia atrás de vez en cuando, comprobando el horror que se os echaba casi encima. Por su parte, Miller no podía acelerar más, y avanzaba por el interior del complejo, en el terreno pedregoso, lo más rápido que podía. El rugido del spinosaurus era como un terrorífico tañido de muerte ¡estaba a punto de alcanzaros!
Enseguida Roy contempló que el jeep se acercaba a la valla perimetral, y pensó en girar con otro severo volantazo. No obstante, todos tuvísteis la suerte de ver que en la valla había un gran hueco provocado, seguramente por un impacto (como cuando el spinosaurus había derribado la entrada con su cuerpo). Claro que, aquel destrozo sólo estaba en la parte baja del perímetro, y comprendísteis que los otros supervivientes del complejo, los que supuestamente habían huido de allí, había impactado su vehículo contra ésta, logrando romperla y escapar. A vosotros no os haría falta aquello, el jeep podría acceder por el agujero.
Instantes después atravesáteis el hueco, y el spinosaurus, que sólo miraba hacia abajo, no se percató de la gran vaya semiesférica. Se golpeó la cabeza contra ella, quedándose rezagado más atrás... Pero aquello no fue el fin de la persecución. Un buen depredador nunca desiste a la primera. El gran animal cogió un leve impulso y corrió hacia delante... ¡¡BAAAMMM!! Y entonces golpeó la valla, justo por encima de vuestra vía de escape, acabando de destrozar ese tramo de contención... Aquello os dieron unos preciosos segundos de ventaja.
¡¡YESSSSS!! ¡MUY BIEN ROOY!! -decía contento y eufórico el miiltar White mientras comprobaba mirando hacia atrás que el animal se había quedado rezagado. Ahora ya habíais salido por completo del complejo, y os encontrábais en plena jungla. ¡Sí,señor! Buena juga...¡¡Uueeeeeeeeee!!
En esos momentos, un gran cancho se interpuso en vuestra trayectoria (más bien en la trayectoria de la rueda delantera derecha). El jeep tomó aquella gran roca en el camino, la cual era bastante grande, y todo el vehículo (con vosotros dentro), se levantó en el aire, haciendo un gran tirabuzón en medio de la noche. Los faros giraron en redondo, al igual que vuestras cabezas en el aire*.
Entonces los tres salístes volando del vehículos unos metros hacia delante, sin apenas daño (el susto había sido tremendo, pero no tanto como lo que se avecinaba). Estando ahora tendidos y algo magullados, contemplábais cómo el spinosaurus aún era ilumiando por las luces del complejo, y había logrado atravesar la entrada... ¡y ahora corría hacia vosotros! El jeep había quedado volcado, ruedas hacia arriba, y moverlo sería una opción imposible, pues el animal gigante estaba a unos segundos de alcanzaros.
Cuando todo lo veíais negro, girásteis la cabeza con el fin de buscar una dirección para poder escapar... pero delante de vosotros había un precipicio, y más abajo la desembocadura de un gran río. Estábais en lo alto de un pequeño acantilado y más abajo una gran masa de agua se acumulaba por la caída de un río que moría allí. El spinosaurus ya había puesto foco en vuestros pasos. Era cuestión de segundos que fuérais su próxima cena.
*: El salto que dáis es más o menos así, con giro incluido.
Horrorizada, dirigí una mirada a mis dos compañeros, sabiendo que no disponíamos de mucho tiempo de reacción. Si nos quedábamos quietos, el Spinosaurus acabaría con nosotros en pocos segundos, convirtiéndonos en una cena de lo más suculenta para el dinosaurio. Si, por el contrario, decidíamos lanzarnos río abajo corríamos el riesgo de matarnos en la caída debido a la gran altura a la que nos encontrábamos, pero al menos tendríamos una oportdunidad de sobrevivir.
-¡Saltad, rápido! -le indiqué a mis dos compañeros, con gran nerviosismo.
Tomando carrerilla, decidí hacia delante y ejecutar un gran salto para lanzarme a la masa de agua que teníamos a nuestros pies. En esos momentos, trataba de poner la mente en blanco, evitando pensar que podía matarme en la caída.
Me incorporé lo más rápido que pude y miré a mis compañeros, ambos estaban bien. El Jeep le dimos por perdido, tendido ruedas arriba era imposible levantarlo con un spinosaurus que ni por asomo se daba por vencido, le teníamos justo delante. Ahora estábamos totalmente indefensos, sin el vehículo, a merced de aquel dinosaurio cuya intención era claramente cenarnos.
Hice caso a Helen. Guardé la pistola rápidamente en la mochila, confiando en que sobreviviríamos a la caída, cogí carrerilla, dí un salto en el aire y me dejé caer hacía el agua.
Mientras las pisadas del spinosaurus resonaban cada vez más y más, al tiempo que el suelo temblaba, cogísteis carrerilla y os lanzásteis precipicio abajo. Calvin hizo lo mismo, aunque sopesó la situación unos instantes, pues pensaba en su ametralladora, la cual, si se mojaba podía encasquillarse y trabarse (y aquel arma era un buen seguro de contención). Acompañado de un sonoro "¡mierda!", tomó unos pasos de carrerilla y se lanzó unos segundos después de vosotros. El gran dinosaurio estaba justo ya detrás de él, y lanzó un mordisco en la dirección del militar del cuál éste pudo librarse por los pelos...
Los tres caísteis precipicio abajo, en mitad de la noche, sin saber muy bien si caeríais en el río, una palmera, el frío suelo rocoso o un afilado saliente... Lo último que vísteis fue el spinosaurio rugiendo y mirando hacia abajo, para luego darse la vuelta y desaparecer allá arriba, en el borde del acantilado.
Escena cerrada. Seguimos en la siguiente escena.